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México D.F. Miércoles 21 de abril de 2004
Coinciden especialistas en que hay que dar manejo
razonable a la biotecnología
Descubren que transgénicos provocan alergias
y graves males respiratorios
Aún escasa, la información sobre los efectos
de éstos en la salud y el medio ambiente
ANGELICA ENCISO L.
Aunque en el debate sobre transgénicos las opiniones
de los especialistas están polarizadas, hay coincidencia en que
es necesario dar un manejo razonable a la biotecnología y de que
aún hay poca información sobre los efectos de éstos
en la salud y el medio ambiente. Sin embargo, ya se han encontrado casos
en los que las alergias ocasionadas por estos productos se han convertido
en enfermedades respiratorias graves.
En
el foro Los transgénicos como solución al hambre en el
mundo, organizado por La Jornada y Casa Lamm, Peter Rosset,
del Centro para el Estudio de las Américas en Berkeley, recordó
que en la reunión del Convenio de Biodiversidad, que se realizó
en Kuala Lumpur hace unas semanas, se denunció el caso de una comunidad
en Filipinas, situada cerca de siembras de maíz transgénico
que tiene insertado la bacteria BT, cuyo polen llegó a las viviendas,
lo cual ocasionó casos graves de alergias. Ahí se desconocía
a qué se debían esos padecimientos, pero cuando se tomaron
muestras de sangre se encontraron anticuerpos del BT.
Además, agregó, hay una nueva investigación
con ratas, las cuales, tras haber sido alimentadas con transgénicos,
presentaron rasgos de los genes en diferentes tejidos. El especialista
puntualizó que la investigación sobre los efectos de éstos
en la salud es limitada, porque a este rubro sólo se destina uno
por ciento de los recursos totales que se orientan al estudio de la biotecnología
en el mundo.
Hasta ahora las investigaciones sobre los efectos de los
transgénicos en la salud hablan de alergias por el consumo o por
la cercanía de la población a los cultivos que sueltan polen.
En cuanto a los daños al medio ambiente, se ha encontrado incremento
de malezas que se hacen cada vez más resistentes a los plaguicidas,
precisó el especialista.
Las promesas de las empresas productoras de organismos
genéticamente modificados -productos vivos a los que en laboratorio
se les inserta un gen de una especie diferente- de elevar los rendimientos
en los productos y reducir el uso de plaguicidas no se han cumplido, ya
que en los hechos se ha presentado lo contrario, señaló,
por su parte, Ana de Ita, del Centro de Estudios para el Cambio en el Campo
Mexicano.
Agregó que en México hay presión
de los industriales para que se levante la moratoria en la siembra de maíz
transgénico, las cuales son apoyadas por Víctor Villalobos,
actual responsable de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad
y Organismos Genéticamente Modificados. Este funcionario, expresó,
ya prometió a los empresarios que se cancelará esa prohibición.
Esa decisión pondría en riesgo el cultivo
de maíz criollo en el país, que es su centro de origen, además
de que la "contaminación" del grano que se dio en Oaxaca fue inducida
por las importaciones de maíz que hacen las tiendas Diconsa, las
cuales distribuyen el grano comprado en Estados Unidos, de donde provienen
los transgénicos, y se revuelve con el maíz tradicional en
los 23 mil puntos de venta que hay en las comunidades y ejidos de todo
el país.
Rolf Immler tiene una opinión diferente. Defendió
la idea de suspender la prohibición de sembrar transgénicos,
porque ha limitado el desarrollo de la investigación en el país
y de encontrar soluciones para el maíz. Además, el argumento
de que en el mundo hay suficientes alimentos y de que el problema reside
en la distribución no es válido para descalificar los transgénicos,
ya que mientras esa situación social no se resuelva es necesario
elevar las cosechas, sostuvo Rolf Immler, quien participó en representación
de Agro Bio, asociación que en México agrupa a las trasnacionales
productoras de transgénicos: Bayer, DuPont, Monsanto, Dow y Syngenta.
En su turno, José Enrique Tron, director de la
Cámara del Maíz Industrializado, señaló que
México no debería importar maíz, pese a que esta industria
consume 5.5 millones de toneladas del grano, y advirtió que si no
hubiera "barreras políticas" las compras mexicanas a Estados Unidos
llegarían a 15 o 18 millones de toneladas.
Rechazó las cifras oficiales de producción,
de 19 millones de toneladas del grano al año, "ya que en realidad
no se generan más de 14 millones". Además de las mentiras
del gobierno, dijo, están las de los investigadores, por lo que
es necesario que a la biotecnología se le permita fortalecer la
producción del maíz.
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