México D.F. Lunes 26 de abril de 2004
MEXICO SA
Carlos Fernández-Vega
El escudo del secreto financiero
Crack bursátil, rescates, Amigos de Fox y Pemexgate
Credibilidad de Hacienda en duda
DE TIEMPO ATRAS, el discrecional uso del secreto financiero ha sido eficaz herramienta (léase pretexto) de la autoridad hacendaria para sustentar su negativa cuando de proporcionar información "delicada" se trata, aunque ésta sea de interés público y en ella se involucren recursos del Estado.
EN INCONTABLES OCASIONES (crack bursátil, Ficorca, fideicomisos priístas en el banco de Cabal Peniche, Tesobonos, Fobaproa-IPAB, rescates carretero y azucarero, Amigos de Fox y Pemexgate, por citar sólo algunos casos), la Secretaría de Hacienda y los organismos financieros dependientes de ella caminaron por esa cómoda senda, hasta que, por exceso de confianza -o elevado grado de desesperación-, el truco les falló y la bomba reventó en sus manos.
PARA GOLPEAR AL enemigo político número uno del grupo instalado en Los Pinos, la SHCP violó su propia regla y en lugar proceder ante la autoridad judicial, o cuando menos notificar en tiempo y forma al gobierno del Distrito Federal para que actuara en consecuencia, decidió filtrar información confidencial relacionada con los oscuros movimientos de Gustavo Ponce Meléndez, ex secretario de Finanzas del GDF.
LA PIFIA DE la Secretaría de Hacienda, con Francisco Gil Díaz a la cabeza, resultó descomunal: provocó la reacción -así fuera para cubrir el expediente- del Departamento del Tesoro (en carta de William Fox -sin parentesco con el inquilino de Los Pinos-, director de la Unidad de Investigación contra Crímenes Financieros del Departamento del Tesoro, a María Concepción Patiño Cestafe, directora de la Unidad de Inteligencia Financiera de la SHCP, "suspendió" para México los beneficios del acuerdo bilateral sobre intercambio de información financiera, no así los correspondientes a Estados Unidos) y retroalimentó el ya de por sí enrarecido ambiente político del país que en nada contribuye a que las cosas caminen correctamente.
NO FALTARON LOS jilgueros oficiales y oficiosos que más allá de justificar la actitud de Hacienda se apresuraron a pronosticar sangrientas devaluaciones, crisis apocalípticas, incalculable fuga de capitales, congelamiento de tratados comerciales, cierre de fronteras y cualquier cantidad de sandeces, derivadas todas ellas de la mencionada "suspensión" unilateral del acuerdo referido.
EN MÉXICO, PUBLICAMENTE, la Secretaría de Hacienda ha negado ser la responsable de difundir dicha información y, por ende, la responsable de violentar el acuerdo bilateral con Estados Unidos, pero todo indica que ante la autoridad del vecino del norte su comportamiento ha sido mucho más humilde, con el objetivo de que el Departamento del Tesoro le levante el castigo y haga a un lado la mencionada "suspensión".
GIL DIAZ TENIA en agenda viajar a Washington para participar en la reunión de primavera del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, durante la cual de cualquier suerte se reuniría con el secretario del Tesoro, John Snow, el mismo que con sus nada afortunadas declaraciones en torno a la "solidez" del dólar provocó el deterioro del billete verde y el incontenible avance del euro.
ESTA ULTIMA FUE una pifia igualmente descomunal, por lo que el intercambio entre Snow y Gil Díaz se dio en un lenguaje entendible para ambos, con la diferencia de que quien asistió en búsqueda del perdón fue el mexicano.
EN MEXICO, LA Secretaría de Hacienda intentó resolver la gravedad del asunto mediante un comunicado oficial de ocho líneas ("declaración conjunta de los señores Francisco Gil Díaz y John Show ") fechado en Washington: "En el marco de las reuniones de primavera del FMI y el BM, comentamos la reciente violación al acuerdo bilateral sobre intercambio de información financiera. Coincidimos en que el intercambio de información entre México y Estados Unidos es esencial para combatir el lavado de dinero, el terrorismo y el crimen organizado; Acordamos que este asunto debe resolverse de inmediato y nos comprometemos a trabajar juntos para poder reanudar cuanto antes este importante intercambio de información".
EN ESTADOS UNIDOS, sin embargo, la actitud del titular de la SHCP parece que fue algo distinta: "Admite Hacienda manejo inadecuado de informes. Un funcionario del Tesoro comentó que el gobierno mexicano habría reconocido que no trató la información confidencial de manera adecuada; John Snow calificó la revelación de una indagatoria que hizo sobre las operaciones de Ponce Meléndez de un hecho "desafortunado". Mientras, Francisco Gil Díaz -dependencia que fue la primera instancia en recibir el reporte que después fue hecho público- no hizo declaraciones a la prensa en esta ciudad. En la práctica, el funcionario mexicano decidió ceder toda la iniciativa de comunicación sobre el tema al Departamento del Tesoro". (La Jornada, Jim Cason y Roberto González Amador)
LA VOCERIA DE la SHCP, tal vez después de constatar que su comunicado de ocho líneas no sirvió para nada, en su informe semanal mostrose más generosa con las palabras: "La Dirección General Adjunta de Investigación de Operaciones de la Secretaría de Hacienda enfatizó el pasado 19 de abril que en el convenio suscrito entre el gobierno de México y el Financial Crime Enforcement Network del Tesoro de Estados Unidos, se acordó que ninguna de las dos dependencias puede dar a conocer la información que una entregue a la otra, salvo a las autoridades judiciales federales respectivas. Por lo tanto, es infundada la presunción de que la SHCP haya incurrido en alguna omisión, al no proporcionar al jefe de Gobierno de la ciudad de México información sobre el caso Ponce. Los ordenamientos jurídicos expresamente lo prohiben, y el único receptor autorizado de la información una vez integrada la denuncia de hechos es la PGR y, en caso de proceder, el Poder Judicial de la Federación. También aclara, como lo hizo en su momento el gobierno estadunidense, que jamás ha recibido video o grabación alguna de parte del Tesoro de Estados Unidos o de otra dependencia del gobierno de ese país".
Eso dice, pero es un hecho que un secretario de Hacienda sin credibilidad no aporta beneficio alguno para el país.
Las rebanadas del pastel:
EL NIÑO VERDE debe estar feliz: su cochinero -el primero de 2004- se ha ido cubriendo con los sucesivos. [email protected]
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