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México D.F. Miércoles 28 de abril de 2004
BAJO LA LUPA
Alfredo Jalife-Rahme
Irak: petropolítica y el nuevo Petrolistán
Los atentados terroristas son ahora mediáticos
PARECIERA QUE Bajo la Lupa da ideas a los terroristas islámicos, cuyos actos finales benefician a la petrocracia y a la bancocracia, que van de la mano como las dos caras de Juno. Más tardamos en describir el control estadunidense-israelí del petróleo en la región norteña de Kirkuk -donde se asientan los kurdos sunitas de origen ario-, así como el dominio británico de la producción petrolera en el sur chiíta de Basora (Bajo la Lupa, 18 de abril), que fuerzas oscuras perpetrar atentados contra las instalaciones off-shore en Khor Al-Amaya. En el contexto de las truculencias contables de las "cuatro hermanas" anglosajonas (Exxon-Mobil, Chevron-Texaco, BP y Shell), Ƒa quien le conviene un nuevo "choque petrolero" similar al de 1973?
LOS ATENTADOS TERRORISTAS son ahora mediáticos. Los multimedia del eje Estados Unidos-Gran Bretaña-Israel de inmediato atribuyeron los atentados en una terminal petrolera en la costa de Basora a la trasnacional islámica del terror Al Qaeda, mientras que, en forma insólita, el nacionalista iraquí chiíta Moqtada Sadr se los imputó a los servicios secretos británicos (lo cual tiene mayor lógica). El juvenil imán Sadr (quien, incluso, ha marcado sus distancias con los vertiginosos juegos geopolíticos de la teocracia chiíta de los ayotolas de Irán, lo que, en última instancia, lo podría llevar a su inmolación, como se nota en el asedio a la ciudad sagrada de Najaf) ha sido exorcizado como "radical" (sic) por los mismos medios del eje de la permanente "guerra preventiva" (y por quienes les hacen el juego en forma caricatural, quizá por excesiva ignorancia). Ahora resulta que defender su terruño es ser "radical" y "engendro del mal" (pues sí: para los intereses de las trasnacionales oleosas), mientras someterse a los designios de la petrocracia anglosajona y su bancocracia es ser lubricantemente "propositivo" y "moderado". šQué tiempos! Así las cosas, el mismo Abraham Lincoln hubiera sido también exorcizado como un inveterado "radical" por los multimedia dominados por los racistas huntingtonianos y los neoconservadores straussianos, los "nuevos moderados" aliados al partido Likud y su dirigente, el general Ariel Sharon, a quien Baby Bush consagró como "hombre de la paz" (sic). Tal es la "neoparla" y su "doble lenguaje" con fines propagandísticos de los tiempos orwellianos que se viven, donde predomina la antimateria, en términos de física, ética y estética.
BUENO, PUES EN el mundo de la materia, la geopolítica no ha variado; por el contrario, ha regresado por la puerta grande y en lo concerniente al petróleo y al gas se expresa como una genuina Petropolítica, título del libro próximo a salir del muy solvente autor Michael T. Klare, quien nos deleitó con el volumen imprescindible Las guerras de recursos y quien acaba de publicar un luminoso ensayo "Estrategia energética de Bush-Cheney: obtener el resto del petróleo mundial" (Foreign Policy in Focus, enero de 2004), en el que, por cierto, destaca México: "En la búsqueda del petróleo, Estados Unidos se entromete en los asuntos domésticos de los países productores", por lo que emplea una doble estrategia: una energética, que "asegure más petróleo del resto del mundo", y otra militar, que "mejore su capacidad de intervención". Ni más ni menos que la globalización petro-financiero-militar.
PUES YA QUE hablamos de México, nuestro amigo Arnulfo R. Gómez, asesor de un importante centro de pensamiento empresarial, nos ilustra de que el petróleo fue el único rubro que creció (28.83 por ciento) el año pasado en las exportaciones. Entonces, Ƒpor qué la prisa temeraria del salinista Felipe Calderón Hinojosa en desear desprenderse de lo único que funciona en el país, que es el petróleo, para beneficiar a la petrocracia texana? Curiosamente, en forma masoquista el neoliberal panista Calderón Hinojosa, un clon del salinista-zedillista-cordobista Luis Téllez Kuenzler (quien pronosticó un precio de 6 dólares por barril) fue el único que se pronunció contra la muy acertada política de alza de los hidrocarburos concertada por la OPEP, según reportó The Financial Times. Calderón Hinojosa, quien sabe más de sánscrito que de petropolítica, parece preocuparse mucho más por los consumidores de gasolina de Estados Unidos que la propia dupla Bush-Cheney, a la cual le importó un comino su suerte, como demostró fehacientemente durante la crisis energética de California. ƑQué diantres tiene que hacer el salinista (šchispas!: creo que ya me contesté la pregunta) Calderón en la superestratégica Secretaría de Energía, si no fue siquiera seleccionado por los fracasados head-hunters del foxismo en caída libre?
UNA PETROPOLITICA NECESITA petropolicías y los conquistadores anglosajones del oro negro han instalado a 14 mil en las zonas petroleras de Kirkuk y Basora, quienes se suman a los 10 mil mercenarios de la empresa privada Blackwater (cuya traducción al español es metafóricamente sublime: "agua negra") y a 3 mil agentes de la CIA que sabrá muy bien coordinar el nuevo embajador John Dimitri Negroponte, un operador del criminal Irán-contras, que también resucita por la puerta grande en la región: la triangulación subterránea, apta para espeleólogos, de Estados Unidos con Irán e Israel, y donde México en la etapa salinista (šqué casualidad!) y los moradores del "edificio Omega" de Paseo de la Reforma jugaron un rol determinante a través de los servicios secretos israelíes del Mossad. Amiram Nir, jefe del contraespionaje israelí y uno de los principales operadores del Irán-contras en México, pereció en un extraño "accidente de avión" y fungía como cultivador de aguacates (sic) en Uruapan, la ciudad natal de Calderón Hinojosa, lo cual, desde luego, constituye una travesura simpática de la "historia negra".
HUMBERTO MARQUEZ (Asia Times, 27 de abril) cita a Francisco Mieres, anterior embajador de Venezuela en Moscú, quien en forma sorprendente revela que Arabia Saudita le vende crudo a Estados Unidos con "un descuento de un dólar por barril" (Ƒcual será la razón?), y que si se contabilizara el gasto militar actual del Pentágono en Medio Oriente, que proporciona protección para el libre fluir del petróleo, su costo real para Estados Unidos sería del orden de 200 dólares el barril. ƑSignifica que el precio del barril mexicano, que no requiere de tropas militares para su extracción, representa una verdadera ganga? ƑEntenderá esta dimensión de la petropolítica el salinista Calderón? Es lo que denominamos desde hace más de 10 años "valor estratégico agregado" del petróleo mexicano, que no requiere la presencia militar de Estados Unidos (hasta ahora) para su extracción, lo cual no ha sido capitalizado (Ƒdeliberadamente?) por los petrofóbicos gobernantes del cataclísmico neoliberalismo: la tríada maligna Salinas-Zedillo-Fox y sus respectivos funcionarios menores en la Secretaría de Energía.
MIERES AFIRMA QUE el objetivo de Estados Unidos con la invasión de Irak era producir 3 millones de barriles al día, a un precio de 15 dólares el barril. A nuestro juicio, se trata de una grave equivocación que comete Mieres, quien no distingue la dicotomía entre Estados Unidos como tal, y la petrocracia texana como superestructura althusseriana que tiene sus propios intereses parasitarios, que explota de la estructura gubernamental y que no necesariamente van aparejados con el bien común de la gran nación estadunidense, que todavía no se percata de que vive bajo una dictadura plutocrática, como muy bien ha demostrado en sus libros más recientes Kevin Phillips -curiosamente, miembro del "viejo" Partido Republicano, antes de que éste fuese capturado por los televangelistas milenaristas de Pat Robertson, quienes se aliaron a los neoconservadores straussianos y al partido Likud, lo que engendró el híbrido de los "cristianos sionistas". El ex embajador Mieres peca quizá de ingenuidad petropolítica (Ƒel caso de Calderón Hinojosa?) y la dupla Bush-Cheney, que miente en todo y para todo, pudo haber también engañado con sus propósitos desinformativos de reducir el precio del petróleo. Sería muy difícil entender la forma en que se pudo haber escapado de las manos a la dupla Bush-Cheney un precio del barril de 15 dólares a los casi 40 dólares que rasguña en la variedad West Intermediate Texas, cuando, además, se vaticina un incremento sustancial para el verano ardiente e incandescente de la antigua Mesopotamia. Cabe recordar, con la humildad de rigor, que Bajo la Lupa, a contracorriente del grueso pelotón de "expertos" (sic) que pulula en forma disfuncional, se pronunció desde 1998 por el escenario geoestratégico del "fin del petróleo barato" (El lado oscuro de la globalización, Ed. Cadmo & Europa, 2000). Humberto Márquez, del Asia Times, cita a Victor Poleo, otro profesor universitario de economía petrolera, quien admite que "la invasión a Irak ha procurado negocios lucrativos a las compañías de Estados Unidos" (así está mejor dicho), en especial, para "aquellas que pertenecen al directorio petrolero que gobierna en Washington", lo cual tampoco es un secreto de Estado.
SIN SER ECONOMISTA petrolero, James K. Galbraith (Los Angeles Times, 26 de abril) analiza en forma extraordinaria los efectos que tendrá la invasión a Irak en la economía de Estados Unidos, los cuales se pudieran subsumir en un "Vietnam económico", no en términos metafóricos, sino comparativos en sus consecuencias: por el efecto consabido de la economía de guerra, ayer en Vietnam como hoy en Irak, "primero se generó crecimiento económico, pero luego vino la inflación, seguida por un choque mundial de las materias primas, la crisis petrolera de 1973, un desorden monetario internacional y una década de perturbaciones económicas". Nuestros amigos del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM tienen la fortuna previsora de mantener vínculos de colaboración académica con James K. Galbraith, quien ironiza sobre el efecto efímero del "acuerdo secreto", propalado en el libro Plan de ataque, de Bob Woodward, para apoyar la relección de Baby Bush mediante la reducción del precio del petróleo de parte de Arabia Saudita: "no hay que esperar que tal generosidad dure más allá de la elección". Con todo y las bajas manipuladas con fines electoreros transitorios en el "mercado estratégico" de la petropolítica, las tendencias son irreversibles al alza.
MAI YAMANI, INVESTIGADORA del Instituto Real de Asuntos Internacionales (RIIA, por sus siglas en inglés), con sede en Londres (mejor conocida como "Chatham House", y que no pocas veces marca la pauta de la petropolítica británica), coincide con los postulados balcanizadores y vulcanizadores de los círculos israelíes-estadunidenses del partido Likud sobre el ascenso chiíta y la fragmentación de Arabia Saudita en la provincia oriental de Al-Hasa, la provincia chiíta más rica del mundo (ver "Baby Bush y el petróleo saudita", Bajo la Lupa, 21 de abril): "los chiítas se han despertado por el accidente de la geografía que colocó el mayor abastecimiento en el mundo en áreas donde los chiítas forman la mayoría: Irán, la provincia oriental de Arabia Saudita, Bahrain y el sur de Irak. Bienvenidos a la nueva comunidad de naciones de Petrolistán". La antropóloga Yamani ("El Ascenso del Petrolistán chiíta", Project Syndicate, marzo de 2004), comete muchos errores (da por hecho la desbaazificación y abulta a los chiítas de Arabia Saudita en 20 por ciento, cuando representan 5 ciento, aunque, eso sí, muy bien ubicados), pero acierta en resaltar la emergencia del petrochiísmo: "después de haber sido los perdedores en las últimas décadas, los chiítas tienen ahora la oportunidad de reequilibrar las cosas y ajustar viejas cuentas (sic), así como controlar la riqueza de Petrolistán. Pero no lo obtendrán sin un combate que se puede volver largo y sangriento". Quizá la antropóloga Yamani peque de excesiva candidez, porque la petrocracia y la bancocracia anglosajonas no crearon el caos en Medio Oriente, a través de la globalización petro-financiero-militar, para que en última instancia los chiítas solos se queden con las riquezas del Petrolistán, que pasa por el control total de la dupla Bush-Cheney, de acuerdo con la petropolítica de Michael Klare.
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