México D.F. Martes 4 de mayo de 2004
Anuncia
La Habana la deportación del asistente de Carlos Ahumada
Acto de 舖舖prepotencia,
soberbia, necedad y mentira舗舗, la
expulsión de diplomáticos: Cuba
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 3 de mayo. La cancillería cubana afirmó hoy que la
expulsión de sus dos principales diplomáticos en
México y el retiro de la embajadora mexicana en La Habana se
deben a 舖舖la prepotencia, la soberbia, la necedad y la mentira舗舗, y
recibirán 舖舖oportuna respuesta舗舗.
Al mismo tiempo anunció
la deportación este lunes del asistente de Carlos Ahumada,
Antonio Martínez Ocampo, quien estuvo aquí 28 días
en prisión 舠corroborando las declaraciones舡 del dueño del
Grupo Quart.
El Ministerio de Relaciones
Exteriores aludió así en un comunicado a su anuncio del
pasado 28 de abril, según el cual Ahumada reveló a las
autoridades cubanas que la difusión de los videos en marzo fue
una operación política planeada, que involucra a
funcionarios y personalidades públicas mexicanas.
La cancillería
emitió esta tarde dos comunicados; en uno se limitó a
reproducir citas textuales de los anuncios del gobierno mexicano del
domingo, sobre la baja del nivel de las relaciones.
El embajador cubano en
México, Jorge Bolaños, fue informado de su
expulsión en la víspera, sólo cinco minutos antes
de que fuera anunciada públicamente, indicó el
ministerio.
De 67 años, con misiones
en el Reino Unido, Polonia, Checoslovaquia y Brasil, Bolaños era
viceministro primero de Relaciones Exteriores, antes de ser designado
en 2001 embajador en México, función que cumplió
conservando su rango dentro de la cancillería.
La declaración
también reseñó, sin comentarios particulares, la
acusación mexicana a las actividades de José
Arbesú, jefe del Area de América del Departamento de
Relaciones Internacionales del Comité Central del Partido
Comunista de Cuba (PCC), y de Pedro Lobaina, encargado de la
sección mexicana en ese aparato.
Ese departamento funciona como
una especie de cancillería paralela, con énfasis en las
relaciones entre el PCC y partidos y organizaciones sociales
extranjeros. Algunos de sus funcionarios ocupan cargos en las embajadas
cubanas, como Orlando Silva, el ahora expulsado consejero
político.
El comunicado del Ministerio de
Relaciones Exteriores concluyó con la advertencia de una
舠oportuna respuesta舡, en una indicación de que el conflicto
bilateral aún tiene niveles por escalar.
En el otro informe, la
cancillería anunció la deportación de
Martínez Ocampo, quien llegó a Cuba como turista, junto
con su jefe, el 27 de febrero pasado.
Como parte de las
investigaciones que realizó la Seguridad del Estado en Cuba
sobre Ahumada, Martínez Ocampo fue detenido el 5 de abril. Una
semana después le fue dictada la prisión provisional y el
16 de abril el gobierno de México fue informado del caso.
舠A pesar de que el señor
Martínez Ocampo estaba arrestado por sus estrechas relaciones
con el señor Ahumada Kurtz, de quien actuó como estrecho
colaborador y mensajero en todas sus actividades, el gobierno mexicano
no solicitó su extradición舡, señaló la
declaración de la cancillería.
Martínez Ocampo no tenía sentencia ni
orden de aprehensión en México y las
autoridades cubanas tampoco le imputaron cargo alguno durante su
encarcelamiento.
El comunicado indicó que
Martínez Ocampo 舠fue tratado con el debido respeto舡, tuvo
asistencia consular y recibió la visita de su esposa.
舠Desde su arresto, y durante el
desarrollo de la investigación, el señor Martínez
Ocampo respondió a las preguntas formuladas en relación
al caso, corroborando las declaraciones realizadas por el señor
Ahumada Kurtz舡, según el informe oficial.
Igual que su jefe,
Martínez Ocampo fue deportado porque 舠pudo ocasionar serios
daños a nuestro país con sus actividades, estrechamente
asociadas a las que se imputan al señor Carlos Ahumada舡,
advirtió la cancillería.
Desde un extremo del acceso
principal al aeropuerto internacional José Martí se pudo
observar esta tarde el movimiento de tres autos compactos y una
patrulla de la policía en torno a la nave de Mexicana de
Aviación que realizó el vuelo ordinario al Distrito
Federal.
Ese movimiento fue la
única indicación visible de que Martínez Ocampo
estaba saliendo entonces de Cuba de regreso a México.
La oficina de operaciones de la
aerolínea en la terminal aérea fue ocupada por agentes de
seguridad vestidos de civil que impidieron el paso de particulares.
Aún permanece detenido
aquí, en la prisión de Villa Marista, un tercer mexicano:
Enrique Arcipreste del Abrego, perseguido en México por fraude
procesal y falsificación de documentos.
Arcipreste tiene una orden de
aprehensión vinculada con su reclamo del predio Paraje San Juan,
expropiado por el Gobierno del Distrito Federal en 1989. Llegó a
Cuba el 24 de diciembre de 2003 y fue detenido el 20 de abril, cuando
la Seguridad del Estado cubana lo relacionó con Ahumada.
El pasado 26 de abril
México pidió la detención de Arcipreste con fines
de extradición, la cual debe fundamentar en el plazo de 40
días que fija el tratado bilateral vigente, que en este caso se
cumple el 5 de junio.
La embajada en La Habana
La embajada de México en
La Habana quedó este lunes oficialmente a cargo de la encargada
de negocios, la primera secretaria Olga García Guillén,
quien también es la jefa de la sección consular.
No fue posible precisar la hora
de salida y el vuelo en el que la embajadora Roberta Lajous
viajó de regreso a México, pero García
Guillén dijo a La Jornada que la diplomática ya estaba esta tarde en el
Distrito Federal.
Aunque técnicamente Lajous no ha dejado de
ser embajadora mexicana en Cuba y puede regresar a ocupar su plaza, su
abrupta retirada marca al menos un primer corte de su gestión,
de 17 meses.
Egresada de El Colegio de
México y autora de una investigación sobre la
política exterior de Porfirio Díaz, Lajous ingresó
al servicio diplomático mexicano en 1979.
Fue subdirectora de Organismos
Regionales y de Relaciones Económicas Multilaterales, directora
general de América del Norte y de Europa, embajadora en Austria,
Eslovenia, Eslovaquia y Croacia, y representante ante organismos
internacionales con sede en Viena.
Lajous fue directora del
Instituto Matías Romero de Estudios Diplomáticos y
presidenta del Comité de Admisión del Servicio Exterior
Mexicano. En 2001 fue designada representante adjunta ante Naciones
Unidas y un año más tarde embajadora en Cuba.
Cuando llegó a La Habana, en noviembre de
2002, las relaciones bilaterales estaban en su nivel más bajo
hasta entonces, tras el voto mexicano en favor de la resolución
sobre Cuba en la Comisión de Derechos Humanos (CDH) de Naciones
Unidas, el choque por la asistencia del presidente Fidel Castro a la
cumbre de Monterrey y la difusión, aquí, de una
conversación privada entre el líder cubano y el
mandatario mexicano Vicente Fox.
Al deterioro de las relaciones
se sumó entonces el colapso político del embajador
Ricardo Pascoe, quien fue descalificado públicamente tanto por
Castro como por la cancillería mexicana.
Aunque México
repitió el año pasado el voto en la CDH, el clima
bilateral mejoró en el segundo semestre de 2003, cuando se
entrevistaron en dos ocasiones los cancilleres Luis Ernesto Derbez y
Felipe Pérez Roque, se reanudaron mecanismos bilaterales
congelados y fue designada una nueva agregada cultural mexicana para
ocupar un cargo vacante.
Pero este año el tercer
voto mexicano consecutivo en la CDH en favor del proyecto sobre Cuba y
las derivaciones de la captura de Ahumada en la isla terminaron por
precipitar las relaciones bilaterales a un nivel sin precedente.
En forma paralela, pero con un
mensaje convergente sobre el distanciamiento político, el Banco
Nacional de Comercio Exterior decidió cerrar su oficina en La
Habana el mes pasado, aunque está sin solución ni
negociaciones en curso la deuda cubana con esa entidad, de unos 380
millones de dólares, que se litiga en tribunales europeos.
El actual declive de las
relaciones bilaterales se incubó durante el gobierno de Carlos
Salinas, cuando dos líderes del anticastrismo fueron recibidos
en Los Pinos.
El distanciamiento
creció en la gestión de Ernesto Zedillo. Como efecto de
distintos desencuentros, ambos países redujeron silenciosamente
sus embajadas al nivel de encargado de negocios: México cinco
meses durante 1995 y Cuba nueve meses entre 1999 y 2000.
El escaso petróleo que
México vendía a Cuba dejó de fluir. Se retiraron
las inversiones mexicanas en telefonía, cemento y textiles, y ya
no se concretaron otras ofertas en crudo y vidrio.
Un discurso de Zedillo hostil
al gobierno cubano, durante la cumbre iberoamericana de La Habana
(1999); la entrevista de la entonces canciller Rosario Green con el
disidente Elizardo Sánchez, en la embajada mexicana aquí,
en esa misma ocasión, y el choque verbal y público entre
Zedillo y Castro en Panamá (2000) reflejaron el deterioro.
Cuba y México tienen 102
años de relaciones diplomáticas, que en 1927 se elevaron
al nivel de embajadas. En este lapso nunca se había producido la
expulsión de un embajador o el retiro de otro en forma de
represalia política.
Ni siquiera cuando Cuba
descubrió, en septiembre de 1969, que el encargado de prensa en
la embajada mexicana en La Habana, Humberto Carrillo Colón,
trabajaba para la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos.
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