México D.F. Martes 4 de mayo de 2004
Absurdos
e inaceptables, los argumentos de la expulsión, subraya el
diplomático
Rechaza Bolaños los
舠pretextos舡 de Creel
BLANCHE PETRICH
El embajador cubano en
México, Jorge Bolaños, se despidió ayer de los
mexicanos con un mensaje en el que desmintió y rechazó
los tres motivos centrales que el gobierno esgrimió para llevar
la relación bilateral a la antesala del rompimiento.
Sobre la acusación que
hizo el secretario de Gobernación, Santiago Creel, de que en la
última visita a México de los dirigentes del Partido
Comunista Cubano José Arbesú y Pedro Lobaina, y el
consejero político de la misión diplomática
Orlando Silva, que los acompañó en sus actividades,
hubieran actuado de manera 舠indebida舡 o fuera de los marcos
constitucionales, la rechazó 舠categóricamente舡.
Anunció que 舠a su debido tiempo舡 La Habana ofrecerá
舠mayor información舡 al respecto. También dijo que haber
alegado como una razón para la expulsión del embajador y
su consejero del país la declaración de la
cancillería cubana emitida en ocasión a la
deportación de Carlos Ahumada fue 舠un mero pretexto, sin
fundamento alguno舡.
Y remató expresando que
resulta 舠totalmente absurdo e inaceptable舡 que las autoridades
mexicanas hubieran intentado justificar las medidas que se anunciaron
este domingo a partir del discurso del presidente Fidel Castro con
motivo del Día del Trabajo, en el cual criticó al
gobierno de Vicente Fox por 舠haber reducido a cenizas舡 la rica historia
de la diplomacia mexicana.
Rodeado por unos 20 empleados
y funcionarios de la embajada, Bolaños puso fin a sus tres
años de trabajo al frente de la misión cubana en
México con un emotivo mensaje leído ante decenas de
periodistas que habían hecho guardia frente a las rejas del
inmueble desde tempranas horas del día. Una prolongada
ovación y una consigna 舠¡Viva Cuba!舡, dio pie a un breve
acto que concluyó con el himno de Cuba entonado por cubanos y
mexicanos que lloraban a lágrima viva.
Eran las seis de la tarde. A
mediodía, en una entrevista radiofónica, el secretario de
Relaciones Exteriores, Ernesto Derbez había asegurado sin
titubear que 舠tenía información舡 de que Bolaños
partiría del país esa misma tarde, precisamente a las
seis. 舠Falso舡, se dijo en la embajada cuando se solicitó una
confirmación del dicho del canciller.
舠Por la sencilla razón
de que a esa hora no hay cómo irse. El embajador sale
mañana, en un avión de Cubana.舡
Bolaños,
diplomático de larga carrera, no abrió su
declaración con quejas ni protestas. 舠Mi primer pensamiento
舑dijo cuando finalmente los aplausos con que fue saludado lo dejaron
hablar舑 es para los que desde anoche se han congregado
espontáneamente ante las puertas de nuestra embajada a mostrar
solidaridad con Cuba y para los que aún allí permanecen
en representación del pueblo mexicano. Va también para
los miles de mexicanos que emitieron cartas o llamadas
telefónicas, y que nos han ofrecido en estas pocas horas su
mensaje de apoyo (...) para los millones de mexicanos que, fundidos en
un lazo solidario de hermandad indestructible con mi pueblo, piensan
hoy en Cuba舡.
Y sólo entonces
entró en el núcleo político del diferendo. Al
rechazar las imputaciones de Creel, quien asegura que Arbesú,
Lobaina y Silva actuaron fuera del marco que establecen los acuerdos y
tratados vigentes, Bolaños afirmó, 舠con toda
convicción, que los dos primeros viajaron legalmente a
territorio mexicano, con pasaportes diplomáticos; que tuvieron
un programa de reuniones con representantes de amplios sectores
políticos, siempre dentro del respeto a la Constitución,
a sus leyes y a las normas que rigen la conducta diplomática舡.
Añadió que 舠en
ningún caso reali- zaron acciones contra el pueblo de
México, sus autoridades ni sus instituciones oficiales舡.
Reiteró que
ningún funcionario cubano 舠ha violado las leyes mexicanas; hemos
actuado siempre con pleno respeto al noble y fraternal pueblo
mexicano舡.
Le siguió un apretado
recuento de las tormentas que tuvo que sortear durante su
gestión:
舠Nuestra embajada se ha
mantenido trabajando en estos años a pesar de la posición
del gobierno de México contra Cuba en la Comisión de
Derechos Humanos de Ginebra; pese al tratamiento irrespetuoso hacia el
jefe de Estado cubano en la Cumbre de Monterrey, a pesar de la crisis
desatada por la irresponsable actitud del ex canciller Jorge
Castañeda, cuando provocó la penetración de
cubanos en la embajada de México en La Habana, en el intento de
emigrar hacia Miami.舡
舠No se modificarán
programas de intercambio cultural舡
Después prometió
que 舠el colectivo de diplomáticos舡 que deja tras sí
continuará sin modificar los programas en curso de
cooperación e intercambio cultural, el programa de becas para
que jóvenes de bajos ingresos puedan estudiar en Cuba
gratuitamente, en la Escuela Internacional de Medicina y la Escuela
Internacional del Deporte (actualmente son 400 alumnos mexicanos los
beneficiados por estos programas) y los proyectos de
alfabetización que se desarrollan en varios estados de la
República, que en diciembre arrojarán 舑adelantó舑
un primer resultado de 150 mil mexicanos alfabetizados.
Al partir este martes, dijo
finalmente, 舠me llevo el abrazo sincero de los mexicanos y mexicanas舡.
Cerró su declaración con un sonoro: 舠¡Hasta la
victoria siempre!舡 Los presentes, algunos padres de los becarios
mexicanos que estudian en la isla, cubanos residentes en México,
solidarios con la revolución cubana y personal de la embajada
respondieron casi al unísono: 舠¡Venceremos!舡 Muchos no
contuvieron las lágrimas. Nunca pensaron que vivirían ese
momento.
Después de los abrazos
y las consignas, las promesas de seguir juntos y las despedidas, el
edificio modernista de la calle Mazaryk, construido en 1976
舑época de oro de la relación bilateral舑 por el arquitecto
isleño Fernando Salinas, empezó a verse grande y
vacío. En torno a los emblemáticos vitrales del pintor
Mariano Rodríguez, realizados por Mario Gallardo, comenzaron a
apagarse las luces. Los espejos de agua del frente, obra de Luis
Martínez Pedro, se llenaron una vez más. Ojalá que
no la última.
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