.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Migración
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
Fotografía
Cartones
CineGuía
Suplementos
Perfiles
La Jornada en tu PALM
La Jornada sin Fronteras
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo electrónico
Búsquedas
Suscripciones

P O L I T I C A
..

México D.F. Martes 4 de mayo de 2004

Gonzalo Martínez Corbalá

Las relaciones México-Cuba

En la situación generada en las relaciones con Cuba se puede decir que equivale, para todo efecto práctico, a una ruptura de relaciones con todas sus consecuencias, excepto la cesación de relaciones comerciales, las que, en todo caso, tampoco cuando se trata de una ruptura total se interrumpen, dado que lo normal es que algún país amigo de ambas partes se haga cargo de las relaciones comerciales y consulares entre los dos países.

Esto normalmente sucede cuando hay circunstancias de carácter verdaderamente grave, que se interponen entre dos países, al punto de que llegan a hacer imposible la comunicación oficial de orden diplomático a través de los agentes y canales del servicio exterior establecidos precisamente con esos propósitos.

En el caso de Cuba no es la primera vez que se presentan asuntos difíciles para mantener la autonomía que corresponde a nuestras relaciones internacionales en el marco del ejercicio irrestricto de la soberanía nacional, pero sí es el primero, que yo recuerde, en el que no se hubieran hecho los esfuerzos necesarios para poder limar las asperezas entre los dos jefes de Estado a través, por supuesto, de los embajadores de ambos países, cuya acción directa y personal muchas veces puede conjurar el riesgo de llegar al punto de la ruptura de relaciones.

En este caso concreto que se presenta en estos momentos, en que las relaciones entre Cuba y México han llegado quizás al más bajo y más áspero nivel de toda su historia, nos queda, desde luego, un factor que no conocemos y que ha sido mantenido como reservado por la Secretaría de Gobernación, aduciendo para ello argumentos que tienen que ver con una supuesta gravedad de ciertos hechos que habrían ocurrido en los días anteriores, y precisamente por la importancia que le da el propio secretario de Gobernación a este asunto es por lo que nosotros 舑la opinión pública mexicana en general舑 tendríamos que saber de qué se trata, para poder formarnos un juicio más objetivo respecto a la procedencia de medidas tan severas que, repetimos, equivalen a una ruptura de las relaciones entre México y Cuba.

En 1981 se dio un caso parecido, por su origen, al que se presentó en la reunión de la ONU de jefes de Estado en Monterrey, cuyo desenlace, completamente fuera de control, es quizá una de las raíces profundas de lo que está sucediendo ahora mismo, sólo que entonces se resolvió de manera muy diferente, invitando previamente al comandante Fidel Castro, quien se había sentido excluido de la reunión, que se verificaría en Cancún, de 22 jefes de Estado, llamada Norte-Sur a Cozumel, a encontrarse con el presidente José López Portillo, quien le explicó de una manera muy franca y muy abierta las razones por las que no se invitaría al presidente de Cuba para estar presente en esa ocasión, ante el rechazo tajante del presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan.

En esa reunión en Cozumel, que se llevó a cabo con planteamientos directos, sinceros y honestos por ambas partes, a final de cuentas el presidente de Cuba se dio por satisfecho de las explicaciones recibidas del presidente de México, quien se ofreció además a representar las necesidades de los países de América Latina que, como México y Cuba, se esforzaban entonces, como lo hacen ahora, por encontrar un camino para satisfacer las aspiraciones de ambos pueblos.

Al terminar la reunión, momentos antes de abordar nuevamente la nave en la que se había transportado el comandante Castro, el embajador de México, a punto ya de abordar de regreso El Pájaro Azul, pidió instrucciones a López Portillo, quien contestó escuetamente: 舠Lo único que tengo que decirle, Martínez Corbalá, es que el comandante Castro es todo un hombre y un caballero舡.

Soluciones al caso presente, creemos que por difíciles que sean, no son imposibles; que exigirían, seguramente, el atemperamiento de ambas partes con el deseo y el propósito firme de que se normalicen las relaciones entre los gobiernos de México y de Cuba, que representan, sin duda, a dos pueblos que han estado tradicionalmente identificados en muchos aspectos históricos y culturales.  Vale la pena el esfuerzo, son muchos años de relaciones diplomáticas y de pueblo a pueblo que no se pueden tirar por la borda pensando, primordial y esencialmente, en el interés de nuestro propio país, México.

Es muy importante que en la cuarta frontera, la del Golfo, se mantenga un gobierno que obedezca a los intereses del pueblo de Cuba, legítimamente juzgado por los propios cubanos y no por otros gobiernos, lo que daría la ocasión de recuperar el camino, que en algún momento se perdió, de la mejor tradición de las relaciones exteriores de México: absoluto respeto a la soberanía de todos los pueblos y a la aplicación de la doctrina Estrada, todo lo cual es una sólida garantía  para nuestra propia seguridad nacional y para que todos los países del mundo respeten también la soberanía nacional de México.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4329 y 4110
Email