El intercambio mercantil con ese país ha caído 50%, señala el titular de Economía

舠No han variado un ápice舡 los nexos comerciales con Cuba, asegura Canales

 舠Espero que los diferendos políticos se superen mediante el diálogo舡, expresa

 MIRIAM POSADA GARCIA

Las relaciones comerciales con Cuba 舠no han variado un ápice舡, por lo que las inversiones de mexicanos y cubanos no corren riesgo alguno, aseguró el secretario de Economía, Fernando Canales Clariond, al destacar que tiene como encomienda in­crementar el flujo comercial con ese país, toda vez que en los últimos años ha caído casi 50 por ciento.

Expresó que aun cuando el Banco Na­cional de Comercio Exterior (Bancomext) cerró sus oficinas en La Habana, la sección de negocios de la embajada mexicana dará continuidad a las operaciones comerciales entre ambos países, así como a los litigios por préstamos que existen entre Bancomext y Cuba desde hace muchos años, al igual que a los créditos que continúan fluyendo hacia ese país.

舠Las relaciones comerciales entre Mé­xico y Cuba quedan como siempre, sin ninguna dificultad, sin ningún problema. Se pueden hacer contratos de importación y exportación; siguen las relaciones bancarias, de pago de las obligaciones que genera el flujo comercial, todo queda como siempre ha estado.舡

Precisó que no existen riesgos para las inversiones de empresarios mexicanos en Cuba, ni las de ese país en México. En es­pecial, indicó, porque ambas partes están protegidas con el Acuerdo de Protección Recíproca de Inversiones (APRI).

Insistió en que la actividad económica y financiera con la isla 舠no han variado un ápice舡. Aseguró que se mantienen en 舠el amplio sentido de la palabra [es decir] inversión, financiamiento, cooperación, el intercambio de productos, tráfico aéreo, marítimo, de financiamiento, de petróleo establecido en el Pacto de San José, todo continúa como siempre, sin ningún cambio ni detrimento a la relación de México con ese país en estos temas舡.

Incluso, señaló, la instrucción de la Presidencia de la República consiste no sólo en continuar la relación comercial, sino en incrementar el volumen en todos los frentes, como el comercial, servicios, inversión, financiamiento, 舠y espero que los diferendos en asuntos políticos se superen mediante el diálogo舡.

Agregó que el mecanismo para continuar con las operaciones comerciales y de negocios en Cuba consistirá en el contacto con la oficina de negocios de la embajada mexicana, porque 舠aun cuando se retiraron los embajadores, las sedes si­guen trabajando de manera regular舡.

Comentó que a pesar de que Bancomext cerró su oficina en La Habana, como resultado de un programa de reducción de gastos, se mantiene la presencia de los intereses comerciales y financieros, así como los instrumentos de financiamiento que México ofrece a través del banco.

Aseguró que hay líneas de crédito abiertas por distintas agencias financieras del gobierno mexicano hacia Cuba, las más importantes a través de Bancomext, de las cuales algunas están en litigio desde hace años por motivos comerciales y otras que fluyen sin problema.

Agregó que de 1996 a 2002 el comercio entre México y Cuba ha venido a la baja, al pasar de 353.5 millones de dólares a 154.3 millones. Durante 2003 mostró un ligero repunte, 162.7 millones de dólares, monto que representa menos de uno por ciento del comercio total de México durante ese año.

La balanza comercial con Cuba durante 2003 fue superavitaria para México, pues las exportaciones ascendieron a 142.4 millones de dólares contra 20.3 millones de importaciones.

Los principales productos que México exporta a Cuba son barriles, bidones, cajas y recipientes similares, tapones o tapas, botellas o tarros, cajas de papel o cartón corrugado, trasatlánticos, barcos para excursiones, trigo duro, preparados para alimento de animales, aparatos de grabación o reproducción de videos, compresores para frigoríficos, jabón y manufacturas de plástico.

México compra a Cuba cigarros, puros y cigarritos, remolcadores y barcos empujadores, vacunas, alcohol etílico sin desnaturalizar, ron y demás aguardientes de caña, desperdicios y chatarra de fundición de hierro y acero, medicamentos, preparaciones para exámenes radiológicos, camarones, langostinos y demás decápodos, semillas, semimanufacturas de hierro sin alear, langostas, máquinas y aparatos, gomas y extractos de glándulas o de otros órganos o sus secreciones.