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México D.F. Martes 4 de mayo de 2004
Plenos de melancolía, las 14 canciones que integran la
producción Voz d舗amor
Con su nuevo disco, Cesaria
Evora hace arrolladora declaración de amor a su tierra
ARTURO CRUZ BARCENAS
Cesaria Evora, ganadora del
Grammy 2004 por mejor álbum contemporáneo de world music y recientemente
nombrada por la ONU embajadora internacional contra la hambruna, como
parte del Programa Mundial de Alimentación, promueve su nuevo
disco, Voz d舗amor,
número nueve de su carrera.
Las 14 canciones que integran la producción son
una arrolladora declaración de amor de La Dama de Mindelo a San
Vicente, una de las islas del archipiélago de Cabo Verde,
conocido como El Pequeño Brasil.
Las canciones son Isolada, tema que conlleva
la melancolía del mundo por la añoranza de caricias y la
falta de amor, así como la afección de Cesaria por su
quebrantada nación que obliga a muchos de sus hijos al exilio. Jardim prometido ayuda a
comprender la pasión por su tierra. En esta versión de Greenfields de los
Brothers Four (1959), Teófilo Chantre, autor de cabecera de
Cesaria, transforma un simple lamento en un himno lleno de esperanza
para el futuro de una nación, en la que, a pesar de que nunca
llueve, 舠los corazones de su gente siempre reverdecen舡.
En Mar
de canal le habla directamente a las almas
de sus compatriotas, al expresar el miedo y resentimiento al mar del
canal entre San Vicente y Santo Antón. Con Monte Cara hace
alusión al carnaval y festival de Bahía. Ramboia y Nha Coração Tchora, escritas por Manuel de Novas, eterno compañero
de Cesaria, ilustran perfectamente la ambivalencia de una isla donde la
melancolía y felicidad van y vienen.
La producción de Voz d舗amor estuvo a cargo
del pianista Fernando Andrade, quien ha acompañado a Cesaria en
el escenario desde principios de 2000 y participó en su anterior
álbum, São Vicente di longe. Cuenta con artistas de Cuba, Madagascar (Régis
Gizavo) y Brasil (Hamilton de Holanda), quienes enriquecieron al
álbum con su peculiar estilo musical.
Historia de una diva
Cesaria Evora, uno de los
fenómenos musicales más relevantes de los últimos
tiempos, es originaria de Mindelo, San Vicente, Archipiélago de
Cabo Verde, antigua colonia portuguesa en las costas occidentales de
Africa. La Diva de los Pies Descalzos, como es conocida en el mundo, ha popularizado los
ritmos tradicionales de Cabo Verde: la morna y la coladeira, su
más alegre compañera, que comparten un tronco
común con el fado portugués y la samba brasileña;
además, regularmente se relaciona a la morna con el blues y a la
coladeira con la beguin antillana.
Postulada en cuatro ocasiones
al Grammy, ha recibido numerosos reconocimientos por su
contribución a la world music. Autodidacta, Cesaria Evora empezó su carrera a
los 16 años cantando en los bares de Mindelo, la música
le viene por herencia: su padre fue violinista y su tío un gran
compositor de mornas de Mindelo. En los años 70 se retira de la
música y hacia la segunda mitad de los años 80 regresa a
la música y se internacionaliza.
A sus 60 años, Cesaria
Evora ha inscrito la esencia caboverdiana en la historia de la
música contemporánea, con temas que le cantan a Cabo
Verde, al exilio, a los amores frustrados, a la nostalgia y a la
tristeza. Su canto, profundo, cálido y melancólico, ha
sido comparado por la crítica internacional con el de grandes
cantantes, como Billy Holiday y Edith Piaf.
Cesaria hizo su debut
comercial con Mar azul, en 1991 como resultado, empezó a tener mayor
cobertura de prensa. En 1994, durante una gira a Brasil,
compartió escenario con el legendario Caetano Veloso. En 1995,
el álbum Cesaria, ya con gran éxito en Francia, fue sacado a la
venta en más de 20 países, incluyendo Estados Unidos y
recibió la primera de las postulaciones al Grammy, que ha
acumulado en su carrera. Después se embarcó a su primer tour por Estados Unidos,
que incluyó The Bottom Line en Nueva York, donde se han
presentado artistas como Madonna, David Byrne, Branford Marsalis y
otras estrellas, los cuales son fans de la música de Cesaria.
El disco Café atlántico fue
editado en 1999 y meses después la artista se presentó
por primera vez en México.
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