Yo soy mi mejor amiga
Mario Reyes
Carmen Hernández es una adolescente de 16
años, cursa la secundaria y entre sus planes está estudiar
arte dramático, sus ratos libres los dedica a escribir anécdotas
en un pequeño diario que siempre la acompaña y es aficionada
a los libros de superación personal.
Fue hace poco más de un año cuando en compañía
de su tía se enteró de su seropositividad, la noticia se
la dio una doctora del Hospital Infantil, quien sin más expresó:
"las pruebas salieron positivas, tienes VIH". Hasta ese día, Carmen
jamás había escuchado hablar sobre la epidemia, a pesar de
que su madre falleció por esa causa cuando ella contaba con sólo
nueve años de edad. La transmisión del virus se había
dado durante el embarazo.
Desde ese momento su vida cambió, la actitud de
sus familiares se modificó: regaños, burlas y maltrato emocional
fueron ahora la constante. Sin embargo, cuando llegó a la Fundación
Domus Alipio, dedicada a cuidar a niños y niñas portadores
del VIH, su perspectiva se transformó al darse cuenta de que no
era la única en tomar medicamentos antirretrovirales y que tenía
vivencias que compartir con personas a las que ahora considera su familia.
"Ahora estoy convencida de que soy una persona normal,
quiero estudiar una carrera y ejercerla, pienso que el VIH no me impedirá
hacer lo que deseo, la única diferencia es que tomo pastillas y
me puedo enfermar más que otras personas", señala Carmen
en charla con Letra S.
"Mi llegada a la fundación representó un
gran alivio ya que en la colonia donde vivía, una de las vecinas
se enteró de mi caso y se armó un argüende tremendo,
no quería salir a la calle porque cada vez que lo hacía se
formaba la bolita y empezaban a murmurar sobre mí. En la escuela
nunca tuve problemas debido a que mis compañeros nunca se enteraron
de que soy seropositiva, y espero que nunca lo hagan porque aún
hay mucha ignorancia sobre el tema, incluso algunas maestras buscaban adoptarme
porque estaban enteradas de los problemas que tenía con mis tíos.
"Por el momento no tengo novio, pues lo que más
me interesa es estudiar. En ocasiones pienso en ser madre, pero rechazo
la idea ante el temor de contagiar a mis hijos. En cuanto al matrimonio,
tampoco representa una gran ilusión pues mi papá y mi padrastro
golpeaban a mi mamá al grado de enviarla por meses al hospital.
"La relación con mi mamá siempre fue súper,
nunca me habló con groserías y me enseñó a
ser autosuficiente. A veces me siento triste y muy sola, pero sé
que no lo estoy del todo pues me tengo a mí, ¡yo soy mi mejor
amiga!"