México D.F. Viernes 7 de mayo de 2004
Un grupo de 28 trabajadores se desangró
en presencia del mandatario estatal
Enfermeros arrancan promesa de reinstalación
a Melquiades Morales
Fueron despedidos por intentar formar un sindicato en
el Hospital del Niño Poblano
LA JORNADA DE ORIENTE
Puebla, Pue. 6 de mayo. Las 27 enfermeras y un
enfermero a quienes el pasado 18 de abril les fueron rescindidos sus contratos
en el Hospital del Niño Poblano (HNP) por haber intentado crear
un sindicato protestaron ante el gobernador Melquiades Morales Flores desangrándose
los brazos con jeringas desechables.
Esta
nueva manifestación, que se sumó a la huelga de hambre que
iniciaron el pasado sábado, obligó al mandatario estatal
a prometer a los afectados que serán reinstalados en sus puestos
de trabajo. Otra promesa fue que sus salarios serán homologados
con los del personal de la Secretaría de Salud.
Sin embargo, los quejosos anunciaron que no suspenderán
la huelga de hambre y no levantarán el plantón que mantienen
en el zócalo de esta ciudad hasta que se cumplan las promesas que
hizo el gobernador, pero sobre todo que la Junta Local de Conciliación
y Arbitraje otorgue el registro del sindicato al personal médico
del HNP.
Otra demanda que mantienen es la realización de
una auditoría y la destitución del director del nosocomio,
José Luis Peñaloza, a quien acusan de incurrir en diversas
anomalías, entre las que destacan pésimas condiciones en
el servicio por falta de material clínico, presiones para que se
apoye a los candidatos del Partido Revolucionario Institucional, la existencia
de una nómina confidencial para beneficiar a los allegados del titular
del HNP y el desvío de recursos para atender a los pacientes privados
de los jefes del nosocomio.
Esta mañana los manifestantes marcharon del zócalo
hacia Casa Aguayo -sede del Poder Ejecutivo del estado- para tratar de
dialogar con Morales Flores; sin embargo, durante el trayecto se enteraron
de que en esos momentos el mandatario firmaría un convenio con su
homólogo de Colima, Gustavo Alberto Vázquez Montes, en el
salón de protocolos ubicado a un costado del palacio municipal.
Fue así como el grupo -en su mayoría enfermeras-
interceptó al gobernador cuando descendía de su camioneta.
A gritos y recriminando la actitud que asumió en los últimos
días por no haber escuchado sus exigencias, pidieron ser reincorporados
a sus respectivos cargos.
"¡Melquiades, la salud no se vende! ¡Solución,
exigimos solución, solución!", manifestaban las enfermeras,
ante el rostro desencajado del mandatario estatal, quien levantaba las
manos para tratar de tranquilizarlas.
El jefe del Ejecutivo estatal ingresó al inmueble
donde firmaría un convenio con su similar de Colima, el cual pretende
reducir los niveles de corrupción en las dependencias estatales
poblanas, pues el año pasado la organización Transparencia
Mexicana ubicó a Puebla en primer lugar en esta materia, mientras
que Colima fue la entidad con mayor transparencia.
No obstante, la manifestación continuó afuera
del recinto oficial. Las enfermeras comenzaron a desangrarse y con el líquido
mancharon unas mantas, sus vestimentas y la camioneta del gobernador.
Al término del acto, Morales Flores trató
de salir por la puerta trasera, pero de nueva cuenta fue interceptado por
los inconformes quienes mostraron las manos y brazos sangrados.
Los gritos, las consignas y los empujones se volvieron
a presentar, por lo que fue necesario que una veintena de granaderos de
la Policía Preventiva Estatal (PPE) resguardara al mandatario.
Morales Flores aceptó dialogar con una comisión,
por lo que les pidió que ingresaran al salón de protocolos.
Después de 40 minutos, el gobierno del estado se comprometió
a reinstalar, a partir de este viernes, a los 28 despedidos. Asimismo,
exhortó al personal a mantener la tranquilidad y respecto hacia
la autoridad.
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