México D.F. Domingo 9 de mayo de 2004
Chisme, insulto y superficialidad marcan el
escrutinio a la esposa del Presidente, señala
Sefchovich: Marta Sahagún se arrogó la
causa femenina
La investigadora analiza en libro de reciente aparición
la figura de la primera dama ''desde la perspectiva ciudadana''
Su discurso, inocente e ignorante, indica la autora
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
Marta Sahagún de Fox está en boca de todos.
Por la notoriedad que le da ser la esposa del Presidente, cada uno de sus
actos o palabras son objeto de intenso escrutinio público. El problema
-evalúa la socióloga e historiadora Sara Sefchovich- es que
dicho escrutinio ha dejado al margen la crítica y el análisis
serios para centrarse en el chisme, el insulto, la superficialidad. Eso
no beneficia al proyecto democrático del país.
Alarmada, la académica decidió llevar a
cabo un trabajo en sentido contrario a esa tendencia y escribió
un libro que desde el título busca distanciarse de la maledicencia
y la trivialidad, sin renunciar al análisis y la crítica:
Veinte
preguntas ciudadanas a la mitad más visible de la pareja presidencial
con todo y sus respuestas (también) ciudadanas (editorial Océano).
Autora
de La suerte de la consorte, a Sefchovich se le considera pionera
en la investigación sobre las esposas de los gobernantes de México,
a quienes la historiografía había olvidado. Ahora, para su
nuevo trabajo, eligió una serie de temas centrales del debate político
derivados de los hechos, los discursos y las declaraciones de Marta Sahagún.
En entrevista, la integrante del Instituto de Investigaciones
Sociales de la UNAM repasa las razones y los propósitos de su más
reciente libro.
-¿Por qué el énfasis del título
en la palabra ''ciudadanas''?
-Por varias razones. La primera es que se ha puesto de
moda hablar mal de la esposa del Presidente: insultarla, hacer chismes;
se han dicho cosas terribles. Se han hecho análisis sicológicos
y una serie de artículos superficiales que poco contribuyen a entender
un fenómeno del que todos los mexicanos somos responsables. Es nuestra
cultura política la que permite esos fenómenos.
Así las cosas, Sara Sefchovich quiso diferenciar
su libro de otros: "No porque sea yo especial, sino porque llevo muchos
años trabajando este tema".
La segunda razón es que "no se ha hecho un análisis
como el que propongo, sustentado en el actual debate político y
social de México, que es el que a los ciudadanos nos interesa discutir.
Me refiero a cuestiones como lo público y lo privado, la educación,
la participación ciudadana, la lucha de las mujeres, la transparencia,
la legitimidad. Según mi punto de vista, desde esos temas tenemos
que entender un fenómeno como el de la señora Marta Sahagún".
-Dice que todos somos responsables. ¿De qué
manera ha contribuido la opinión pública al fenómeno?
-Hay un diferencia entre opinión pública
y ciudadanos. Aunque hay ciudadanos que hacen opinión pública,
no son sólo ellos, son también los medios, lo cual no significa
que no son ciudadanos, pero son otros sus intereses y otros sus planteamientos.
Y los políticos, que son ciudadanos también, pero tienen
otros intereses. Por eso prefiero siempre hablar de ciudadanos, aquellos
que a lo mejor no tenemos modo de expresarnos públicamente o que
lo que se expresa públicamente no necesariamente dice lo que nosotros
creemos. Por eso utilizo el término.
Veinte preguntas ciudadanas... "contiene todo un
aparato de análisis que no me saqué de la manga, sino que
proviene de cuestionamientos hechos por lectores, de conversaciones, de
gente que me escribe. Es un diálogo entre el nivel académico,
la participación ciudadana y lo que existe en los medios. Sin cualquiera
de esos elementos, sería un análisis trunco, superficial".
-Pero parece que la ciudadanía demanda justamente
lo que ofrecen revistas como Hola o los libros de chismes.
-Como decía al principio, todos creamos ese fenómeno
porque tenemos una cultura política que compra esas cosas. Vende
más una revista con un chisme que un libro de análisis, pero
también existen muchos ciudadanos que quieren entender las cosas
desde una perspectiva más profunda. Trabajo en este país,
quiero entenderlo, y el esfuerzo que hago es en ese sentido. Estoy convencida
de que habrá gente que entienda este esfuerzo y que esté
harta de que los movimientos sociales y la lucha de las mujeres se expliquen
de manera superficial o con base en rumores, insultos y chismes.
Sara Sefchovich deja claras su diferencias con el discurso
y los actos de Marta Sahagún: "Cuando llega y llora frente a un
micrófono diciendo que ella representa la causa de las mujeres,
pues no es así. Habrá, no lo dudo, mujeres para quienes es
un modelo, pero la causa de las mujeres es concretamente una agenda en
favor de las mujeres.
''Hay mujeres que llevan mucho tiempo trabajando en eso;
no puede alguien levantarse un día y pensar que la forma que inventa
en ese momento es la mejor para luchar por las mujeres. Es un tema con
una larga historia de gente que ha estudiado, que ha militado, que ha puesto
en práctica, que se ha equivocado, que ha corregido. No puedes llegar
alguien y borrar todo de un plumazo".
-Una constante del libro es señalar cómo
Marta Sahagún habla en nombre de las mujeres, de los pobres, de
los indígenas, de la colectividad ¿lo hace con malicia política?
-No, lo hace con inocencia y con ignorancia. Ese es el
verdadero problema. Porque la señora ni siquiera tiene tras de sí
una historia política que pudiera hacer pensar que tiene malicia
política. Por eso hago un capítulo dedicado a sus credenciales:
no tiene detrás una militancia realmente significativa y mucho menos
un trabajo teórico significativo. Entonces ¿qué hay
atrás? Hay ganas, buenos deseos, buenas intenciones, pero lo que
trato de demostrar en el libro es que si las buenas intenciones no se compaginan
con el conocimiento, con la experiencia, no sólo no sirve, sino
que descompone.
Otras consortes que hicieron ruido
-¿Es inédito en el país un fenómeno
como el de Marta Sahagún?
-No del todo. Si vamos para atrás, veremos que
hubo primeras damas, algunas virreinas, que hicieron ruido. Claro, todo
con las dimensiones del momento histórico. La emperatriz Carlota
hizo ese ruido; Carmelita Romero Rubio de Díaz hizo ese ruido. En
este siglo, las señoras de Portes Gil y de López Mateos hicieron
ese ruido. No se diga las señoras de Echeverría o de López
Portillo.
''Marta Sahagún coincide con un momento en que
el espectáculo es muy atractivo, y la vida de los que tienen poder,
dinero y fama llama mucho la atención. Entonces, en este momento
histórico ambos fenómenos coinciden con nuestra cultura política".
-El título del libro se refiere a "la parte mas
visible de la pareja presidencial". ¿Se puede deducir que hay al
interior de esa pareja una lucha por el poder?
-No lo sé. Insisto mucho en todo el libro en que
me baso sólo en su parte pública y que, justamente, me niego
a penetrar en cualquier cosa que pudiera ser una interpretación
de la vida privada. No creo que como ciudadanos nos corresponda. Eso sí
le hace daño al país.
-¿Y cuándo lo privado afecta lo público?
-Por eso también hago en el libro una diferencia
entre lo público y lo privado: ¿hasta dónde llegan
cada uno? Para eso me basé en gente que ha estudiado el tema y lo
ha analizado. Me importa mucho esa diferencia, porque este no es un libro
de chismes o de insultos, sino un pretexto para analizar nuestra situación
política y nuestro proyecto democrático.
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