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México D.F. Domingo 9 de mayo de 2004
LA ADVERTENCIA DE CHOMSKY
En
la entrevista con Noam Chomsky que se publica hoy en páginas interiores
de este diario, el lingüista estadunidense y agudo crítico
del gobierno de George W. Bush señala que el fracaso estrepitoso
del jefe de la Casa Blanca en la invasión a Irak y en la situación
general en Medio Oriente lo está obligando a hallar un nuevo blanco,
lo que explica su renovado asedio contra Cuba con una retórica particularmente
virulenta, siempre adornada con los adjetivos de "libertad" y "democracia",
pero en esta ocasión, lamenta Chomsky, "está arrastrando
a México" en esta campaña. Este análisis arroja luz
sobre la reciente confrontación entre los gobiernos mexicano y cubano,
y la sobredimensionada y poco clara reacción del primero, que llevó
la relación bilateral al borde de la ruptura. Si bien el presidente
Vicente Fox y el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Ernesto Derbez,
han reiterado en los días recientes que no secundarán el
recién anunciado plan de la administración Bush para reforzar
el hostigamiento al gobierno de Castro, con medidas que afectan gravemente
libertades fundamentales de estadunidenses y cubano-estadunidenses, en
los hechos debe reconocerse que existe en este tema una fuerte presión
desde Washington sobre la política exterior del foxismo.
En la desafortunada coincidencia entre la crisis cubano-mexicana
y la agresión verbal de Bush contra su "enemigo" de ocasión,
no pasa inadvertida la posición que ha sostenido en estos días
el secretario de Gobernación, Santiago Creel, y que él mismo
sintetizó en esta frase: "el problema es con Castro". En este contexto,
la falta de claridad en los argumentos expuestos por los secretarios Creel
y Derbez para bajar el nivel de la relación diplomática con
la isla, así como la insistencia en mantener en reserva la información
que pudiera sustentarlos, juegan en su contra y en favor del análisis
de Chomsky.
En cuanto a la estrategia de los "enloquecidos" gobernantes
de Washington, el reconocido intelectual apunta que, para el consumo interno,
el ataque contra Cuba siempre funciona y es un tema fácil de manipular,
lo cual le facilita a la Casa Blanca y al Pentágono desviar la atención
de los electores del desastre militar y humanitario en que se ha convertido
la invasión a Irak. Además, reforzar el embargo contra la
nación caribeña forma parte de las "doctrinas unilaterales"
que el presidente estadunidense ha estado invocando desde el comienzo de
su gestión, las cuales le arrogan el derecho exclusivo, señala
Chomsky, de "emplear la fuerza y la violencia" contra el enemigo que fabrica
para consumo de su población.
Las verdades que apunta Chomsky dejan al descubierto las
motivaciones de la administración Bush, y en esta perspectiva se
hace ineludible la necesidad de que el gobierno mexicano defina con claridad
su política hacia Cuba, demuestre su voluntad de mantener "la mano
extendida" a esa nación, comenzar a dar los pasos para resarcir
los daños en la crisis bilateral y, sobre todo, demostrar en los
hechos la convicción de que no se apoyará la política
intervencionista de Washington en contra de La Habana.
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