México D.F. Miércoles 12 de mayo de 2004
Piden a Rodríguez Zapatero acoger el
mensaje y al grupo armado dejar la violencia
Intelectuales y ONG instan a ETA y a Madrid a abrir
un diálogo sobre Euskadi
Como primer paso sugieren al gobierno acercar a los
presos etarras a cárceles de la región
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 11 de mayo. Un nutrido grupo de intelectuales,
activistas y asociaciones internacionales de defensa de los derechos humanos
pidieron en un manifiesto se abra un proceso de "diálogo" para iniciar
una vía de pacificación del histórico conflicto del
País Vasco, al reclamar "gestos recíprocos" tanto al gobierno,
del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, para que sea
receptivo a este mensaje, como al grupo armado vasco ETA, para que "deje
las armas" y abandone definitivamente la violencia.
El Nobel de la Paz argentino, Adolfo Pérez Esquivel,
fungió como vocero del manifiesto, al que dio lectura hoy en Barcelona,
en representación de organizaciones, como la Federación Cultura
de Paz, presidida por el ex director de la UNESCO, Federico Mayor Zaragoza,
y de activistas como Colin Archer, secretario de International Peace Bureau,
Chico Withaker, secretario del Foro Social de Porto Alegre y la presidenta
de The Haghe Appel for Peace, Cora Weiss.
Ante "un momento histórico" como el que vivimos
desde los brutales atentados del pasado 11 de marzo en Madrid y la posterior
derrota electoral del derechista Partido Popular (PP), los firmantes del
manifiesto instaron a las partes en conflicto a "dar pasos hacia delante"
para "buscar soluciones mediante el diálogo". Las medidas que debe
adoptar el nuevo gobierno español para acercar "la paz a Euskadi"
son, a juicio de los activistas, al menos tres: el acercamiento de los
presos etarras a prisiones de la región, la desaparición
o derogación de la Ley Orgánica de Partido Políticos,
creada ad hoc por el anterior gobierno del derechista José
María Aznar para ilegalizar a la coalición de la abertzale
(nacionalista) vasca, Batasuna, considerada brazo político de
ETA, y, por último, "la profundización del diálogo".
"Pedimos a ETA que deje las armas y al gobierno español
a que tome medidas para favorecer el diálogo", entre ellas un reclamo
histórico de los independentistas radicales vascos -el acercamiento
de los presos a cárceles de Euskadi, negada de forma sistemática
por la anterior administración española-, señalaron.
A juicio de los impulsores del manifiesto estamos ante
"un momento histórico" para resolver definitivamente el histórico
conflicto vasco, al sostener que "los atentados del 11 de marzo supusieron
un rechazo unánime y absoluto de la violencia" y que "el relevo
en el gobierno español puede favorecer un espacio de búsqueda
de soluciones a través del diálogo que, desgraciadamente,
fue inexistente en los últimos años".
El Nobel de la Paz criticó la política de
Aznar en relación con el conflicto, una vez que asumió que
"la lucha contra ETA se trataba de un problema policial y negó el
trabajo de mediación realizado hasta el momento", como Pérez
Esquivel realizó durante el gobierno del socialista Felipe González.
Los firmantes del manifiesto exigieron con firmeza a ETA
que "haga un gesto claro y contundente para abandonar la violencia y dejar
las armas, lo que contribuiría a crear un clima de serenidad, tranquilidad
y apertura política que permita la resolución del conflicto
vasco".
El documento leído por Pérez Esquivel subraya
que es esencial que en Euskadi y en el Estado español "se pueda
discutir libremente sobre los proyectos políticos de futuro que
la sociedad vasca quiera plantearse".
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