México D.F. Miércoles 12 de mayo de 2004
Llover sobre mojado
La Habana. "Nada más fíjate en la
cara de la gente", dice Yunier Acosta, un joven mulato que hace fila en
la casa de cambio del edificio Focsa, del céntrico barrio del Vedado.
Tres mujeres esperan, con el rostro pegado al cristal
de una tienda de enseres de cocina, que cerró "por inventario".
Adentro los empleados revisan la mercancía y la guardan en cajas,
que volverán a ser abiertas, quizás, con nuevos precios.
"Lo que te viene a la cabeza es el periodo especial",
dice Concepción, una de las clientas frustradas. "En 1993, m'hijo,
si hubieras estado aquí..."
En el pasillo en penumbras de este pequeño centro
comercial las caras de gravedad pueden estar reflejando, en efecto, los
recuerdos de los peores momentos de la crisis de los noventa, cuando la
Unión Soviética se despedazó y arrastró a Cuba
al borde del abismo (el "periodo especial en tiempos de paz").
Los cubanos ahora viven una recaída que ya se temía:
el periodo especial dentro del periodo especial. Algo así como llover
sobre mojado.
Anoche, ansiosos consumidores se agolparon a gritos frente
a la tienda Panamericana, de 25 y G, en el Vedado, que apenas pudo contener
a la clientela. Hoy en el mall de Carlos III, la policía tuvo que
formar una barrera para ordenar la fila que esperaba llegar a los comestibles.
Pero la Manzana de Gómez, una centenaria lonja
comercial, ha cerrado sus rejas y la calle Neptuno, típica ruta
de compras, languidece sin sus ríos de gente, sus bicitaxis, su
escándalo habitual.
GERARDO ARREOLA, CORRESPONSAL
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