México D.F. Jueves 13 de mayo de 2004
Los préstamos hipotecarios aumentaron en $11 mil 900 millones en un año
Suben tasas de referencia; afectarán el repunte de los créditos bancarios
En las últimas semanas los Cetes a 28 días pasaron de 5.91 a 6.94 por ciento
ROBERTO GONZALEZ AMADOR
Las tasas de interés de referencia han ido en aumento las últimas tres semanas, en momentos en que el mercado mexicano de préstamos comenzaba a repuntar después de varios años de estancamiento. Los especialistas y funcionarios atribuyen el repunte de los réditos a eventos externos sobre los que México no tiene control, pero internamente los usuarios que empezaban a regresar a las sucursales bancarias tienen ahora un elemento de duda.
Dirigentes bancarios aseguran que sigue siendo un buen momento para que las familias piensen en solicitar un crédito hipotecario, un segmento del mercado bancario que estuvo vedado desde la crisis de 1995 hasta apenas el año pasado, cuando comenzó a repuntar. Entre marzo de 2003 y el mismo mes de este año, el crédito otorgado por la banca comercial para financiar viviendas aumentó en 11 mil 900 millones de pesos, de acuerdo con el Banco de México.
La razón del repunte está en las bajas tasas de interés y en el hecho de que los bancos tienen una opción más amplia de instrumentos que les permiten tomar financiamiento a mayor plazo, para a su vez canalizarlo al segmento de hipotecas. Las tasas de interés de referencia, que en diciembre de 2000 se ubicaban en niveles de 17.6 por ciento anual para el caso de los Certificados de la Tesorería de la Federación (Cetes) a plazo de 28 días, se situaron esta semana en 6.94 por ciento, indican las cifras del banco central.
El descenso en el nivel de las tasas de interés de referencia, que marcan la evolución de los réditos hipotecarios, fue significativo en estos poco más de tres años, pero en las últimas semanas la situación ha comenzado a invertirse. El 22 de abril, la tasa de interés de los Cetes a 28 días fue de 5.91 por ciento y a partir de ese momento aumentó ininterrumpidamente hasta alcanzar 6.94 por ciento esta semana. Para especialistas financieros, la razón del incremento es que se anticipa un repunte de réditos en Estados Unidos y, como los otros países en desarrollo, México requiere elevar sus réditos internos para conservar la mayor parte de sus flujos de capital.
En el camino, los usuarios o potenciales usuarios de créditos hipotecarios pueden resultar afectados. Hasta este miércoles, ningún banco comercial había modificado sus ofertas de financiamiento para la compra de vivienda. Sin embargo, este diario logró confirmar que los ejecutivos de varias instituciones estaban reunidos por separado ayer en la tarde para revisar sus estrategias, luego de tres semanas seguidas de incremento en las tasas de referencia.
Los planes de financiamiento bancario comprenden un amplio abanico, con ofertas que van desde una tasa fija de 9.90 por ciento que ofrece Scotiabank Inverlat durante los primeros cinco años del financiamiento y que a partir del sexto aumenta a un rédito equivalente a la tasa de interés interbancaria de equilibrio (que ahora es de 7.25 por ciento) más seis puntos porcentuales. Otros bancos, como Banamex-Citigroup, BBVA Bancomer y Santander Serfin tienen planes con tasas fijas o variables, pero en todos los casos con topes máximos. Los contratos, hasta ahora, protegen al usuario contra variaciones bruscas en los réditos.
Otras opciones de financiamiento son las que ofrecen las sociedades financieras de objeto limitado (Sofoles) hipotecarias, así como la Sociedad Hipotecaria Federal. En este caso, existen planes con créditos denominados en Unidades de Inversión (Udi) y en pesos. En los primeros, el valor de la Udi -y por tanto del crédito- se congela al momento de la firma del contrato y el pago mensual aumenta cada año en la misma proporción que lo haga el salario mínimo. Aquí la tasa de interés es en promedio de 10 por ciento anual. En los préstamos denominados en pesos, los réditos se sitúan entre 14 y 15 por ciento anual, pero las mensualidades son fijas durante toda la vigencia de la deuda, que puede ser hasta de 20 años.
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