México D.F. Jueves 13 de mayo de 2004
Es el país con más gente privada
de su libertad en el mundo: The Economist
En el sistema carcelario de EU, abusos parecidos a
los de Irak
El encargado de reabrir Abu Gharib fue obligado a renunciar
como director de prisiones de Utah en 1997 Golpizas, violaciones y extorsión
encabezan la lista de quejas en penales estadunidenses
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 12 de mayo. Con 2 millones
de presos, gastos por 167 mil millones de dólares, condiciones tan
malas que existe la preocupación de que Al Qaeda encuentre terreno
fértil para el reclutamiento, y abusos físicos y sicológicos
-comparados con los casos de tortura realizados por las fuerzas de ocupación
en Irak recién revelados-, el sistema de justicia criminal estadunidense
ofrece el lado oscuro del "modelo" democrático que tanto desea exportar
el gobierno de George W. Bush a todas las esquinas del mundo.
Las
recientes revelaciones del abuso de prisioneros en Irak no son noticia
para los reos estadunidenses. Entre los responsables del actual escándalo
en Irak están los mismos que han sido culpados de maltrato en las
prisiones de Estados Unidos. Por ejemplo, está el caso de Lane McCotter,
integrante del equipo nombrado por el procurador general, John Ashcroft,
para ayudar a reconstruir el sistema de justicia criminal iraquí,
y quien fue el encargado de dirigir la reapertura y entrenar a los guardias
de la ahora famosa cárcel de Abu Gharib donde ocurrieron los abusos
documentados en las fotos que han dado la vuelta al mundo.
McCotter, informó el diario The New York Times,
había sido obligado a renunciar como director de prisiones de Utah
en 1997 después de la muerte de un reo cuando estaba encadenado
y desnudo. Después obtuvo empleo como ejecutivo de una empresa privada
de prisiones, y una de sus instalaciones estaba bajo investigación
del Departamento de Justicia por condiciones de inseguridad y carencia
de atención médica cuando Ashcroft lo envió, como
parte de un equipo, a Irak.
McCotter fue policía militar en Vietnam, y después
director de la prisión del ejército en el fuerte Leavenworth.
Después de salir de las fuerzas armadas, y antes de ser enviado
a Irak, fue director del sistema carcelario en Nuevo México y después
en Texas.
El comandante en jefe George W. Bush, máximo líder
militar de la invasión a Irak, conoce bien la pésima situación
del sistema carcelario en Texas. Según el Times, algunos
de los peores abusos en las cárceles y prisiones de Estados Unidos
ocurrieron en Texas, cuyas instalaciones estaban bajo supervisión
federal durante gran parte del tiempo del mandato de Bush como gobernador
del estado, por los casos de violencia de guardias contra los reos y sobrepoblación.
Un juez ordenó la injerencia federal en las prisiones de Texas al
encontrar que los guardias estaban permitiendo que los líderes de
bandas compraran y vendieran a otros reos como esclavos sexuales.
El número de quejas y demandas legales por maltrato
en las prisiones estadunidenses incluyen de todo: golpizas, violaciones
sexuales, extorsión, vejaciones... y se extienden por todo el país.
Hay casos de humillación, como obligar a los hombres a ponerse calzones
de color rosa, ser encapuchados, obligados a caminar de rodillas y abuso
sexual.
Según el Sentencing Project, organización
dedicada a investigar abusos en el sistema de justicia criminal, durante
los últimos 25 años más de 40 sistemas penitenciarios
estatales han sido sometidos a algún tipo de orden de un tribunal
por condiciones de brutalidad, sobrepoblación, falta de atención
médica o pésima alimentación. O sea, no se trata de
casos aislados y excepciones. De hecho, la violencia en las cárceles,
todos lo saben, es algo que siempre han tolerado las autoridades
La crítica situación del sistema carcelario
estadunidense es resultado, en parte, de que el país ocupa el primer
lugar en el mundo en porcentaje de población encarcelada. Más
de 2.1 millones de personas están privadas de su libertad en este
país, cuatro veces más que hace 25 años. Esto es resultado
de la imposición de una política más punitiva, que
ha condenado a más gente con penas más largas.
Esta semana el Sentencing Project emitió un informe
en el cual registra que casi 10 por ciento de todos los reos en prisiones
federales y estatales cumple condenas de cadena perpetua, un incremento
de 82 por ciento desde 1982. En California y Nueva York, esa cifra se incrementa
a 20 por ciento de la población encarcelada.
El Sentencing Project señala que estas condenas
severas no son resultado de un incremento en la tasa de criminalidad, ya
que la misma se ha desplomado 35 por ciento en la última década,
sino de las leyes más punitivas que se han impuesto a nivel estatal
y federal. El costo para mantener cada reo condenado a cadena perpetua
para un gobierno estatal es de un millón de dólares, calcula
el Sentencing Project.
El costo de la "lucha contra el crimen" en Estados Unidos
-policía, prisiones, tribunales- ha llegado a índices récord
de 167 mil millones de dólares en 2001, la cifra más reciente,
según el Departamento de Justicia, un incremento de 150 por ciento
en términos reales desde 1982.
El New York Times reportó que el gasto público
de los gobiernos estatales y locales en el sistema de justicia criminal
representa 7 por ciento del total, aproximadamente lo mismo que se dedica
al sector salud.
Estados Unidos es el mayor encarcelador en el mundo, señala
The Economist, ha incrementado su población encarcelada por
un factor de cuatro en estos últimos 25 años. Hoy, unos 700
de cada 100 mil habitantes del país más libre del mundo están
en prisión, cinco veces la tasa en Gran Bretaña. Casi uno
de cada 8 hombres estadunidenses ha sido condenado por un delito mayor;
uno de cada 20 ha estado en la cárcel (uno de cada cinco de los
hombres negros). Y al parecer, el sistema de castigo no funciona pues dos
tercios de los ex reos son nuevamente detenidos en un periodo de tres años
tras salir de la cárcel. Los números son tan elevados que
cada año 600 mil reos cumplen sus condenas y salen de la cárcel;
un número equivalente a la población de Washington DC.
Terreno fértil para Al Qaeda
Son tan malas las condiciones que recientemente el Congreso
empezó a preocuparse de si las cárceles estadunidenses se
podrían convertir en un terreno de reclutamiento para grupos terroristas
como Al Qaeda.
Pero este es el modelo que Estados Unidos busca exportar
a países no democráticos, como el caso de Irak. Cuando Ashcroft
anunció su equipo para reconstruir el sistema de justicia criminal
iraquí el año pasado declaró, de acuerdo con el New
York Times, que "ahora todos los iraquíes podrán probar
la libertad en su tierra nativa, y ayudaremos hacer que esa libertad sea
permanente al asistirlos en establecer un sistema de justicia criminal
equitativo basado en un régimen de ley y normas básicas de
derechos humanos".
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