México D.F. Jueves 13 de mayo de 2004
La realidad es inasible, pero si logro captar
una voz me daré por satisfecha: Cristina Pacheco
Reflejar el brillo de las personas, clave para Aquí
nos tocó vivir
Después de 26 años de transmisiones ininterrumpidas,
la audiencia del programa ya abarca varias generaciones La periodista
se dice orgullosa de ser una contadora de historias
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
Si después de 26 años de transmisiones ininterrumpidas,
un programa como Aquí nos tocó vivir conserva las
preferencias de la audiencia televisiva, se debe -evalúa la periodista
y conductora Cristina Pacheco- a su cercanía con la realidad.
En pleno auge de video escándalos y reality
shows, con una oferta plural que va de "lo anodino y lo soez a la reflexión
y el análisis", Aquí nos tocó vivir permanece
"fiel a sí mismo, un documento periodístico acerca de la
vida cotidiana, de los personajes que len dan brillo y vigor".
Lo más cerquita de la realidad
A Cristina Pacheco no le quita el sueño "estar
a la moda" ni es esclava del rating: "el programa cambia y se enriquece
todos los días por una razón: va detrás de la realidad,
lo más cerquita que podemos ir de la realidad.
"Sé
que nunca la vamos a alcanzar y que no se puede abarcar del todo, pero
si logro captar una voz, una presencia que sea auténtica, que nos
cuente algo de la vida colectiva, pero sobre todo de su propia vida, me
doy por satisfecha, ése es el objetivo del programa".
-En medio de video escándalos y reality shows
¿cómo se mantiene una audiencia para programas como el suyo?
-Mentiría si dijera que no me interesa que la gente
vea el programa. De entrada, lo que me importa es hacer mi trabajo, pero
quiero que llegue a las personas. La única manera de lograrlo es
no disfrazarme ni disfrazar el programa en aras de agradar, porque entonces
empiezas a hacer concesiones y si las haces perviertes tu capacidad de
trabajo. Me parecería lamentable que en aras de estar a la moda
traicionara el principio del programa. Además, el público
sabe cuándo se le da gato por liebre.
Aquí nos tocó vivir no sólo
conserva su audiencia, sino que ésta ya abarca varias generaciones:
"Hay personas que me empezaron a ver hace 26 años. Eran jóvenes
o se acababan de casar, y ahora los hijos y los nietos de esas personas
siguen viendo el programa.
El relato de las vidas da continuidad al programa
Durante los años ha mantenido contacto con muchos
de sus entrevistados, y como de lo que se trata es de contar experiencias,
"en el relato de esa vida está la continuidad del programa, no es
que yo vaya a buscar a la gente, es que la gente ya estaba ahí desde
antes".
-Además de la propuesta, ¿esos logros tienen
que ver con la presencia de usted, a quien ya se considera una institución?
-Eso no me gusta, se me hace muy ampuloso. Soy nada más
una periodista y lo digo de corazón. Soy una periodista y una escritora.
La palabra "institución" no me cuadra muy bien.
-¿Cómo se definiría?
-Como una trabajadora permanente, terca, apasionada, ávida.
Se me antoja grabar todo, se me antoja hacer todo. Me incita acercarme
a todas las ventanas, asomarme y ver lo que hay ahí. Por ejemplo,
en esos pequeños talleres del centro que son un mundo mágico
de esta ciudad y de este país.
-¿Cómo hace para mantener durante tanto
tiempo el gusto, la pasión, la capacidad de sorpresa?
-Porque me encanta lo que hago. Porque debo mucho al periodismo
que han hecho otros compañeros de la profesión. Porque creo
en el servicio que hace el periodismo y porque soy una contadora de historias.
Uno de los medios más maravillosos para contar historias es el periodismo,
sobre todo cuando una quiere contar la vida, nada más.
-¿Le han afectado los cambios en la televisión
pública?
-Como espectadora, tal vez. Como conductora no, porque
los medios -periódicos, revistas, televisión y radio- tienen
muchos carriles. Yo sé cuál es el carril por el que tengo
que ir; sé cuál es el deporte que practico. Haría
muy mal saliéndome de mi carril e irme a competir con Ana Guevara.
Me pondría una paliza de aquellas. Le repito, yo nada más
soy una periodista: no soy vedette, no soy una mujer del espectáculo,
no soy música ni pretendo serlo, tampoco funcionaria ni política.
"Lo que pretende el programa es tomar las huellas digitales
de cada persona, esas huellas digitales son su habla, su memoria, su trabajo,
su manera de realizarlo; la forma de relacionarse con la muerte, la forma
en que ve la vida. La gente sabe que en mi trabajo va a encontrar la voz
de una periodista, cuyo interés fundamental es oír otras
voces. Nada más."
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