México D.F. Jueves 13 de mayo de 2004
La especialista ha estudiado el tema durante 14 años y publicado varios trabajos
Lingüista francesa teme que en pocos años la lengua purépecha ya no se utilice
Destacó que por los sufijos que emplea, se puede multiplicar prácticamente sin límite
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
El purépecha, en la actualidad hablado por más de 100 mil personas en el noreste de Michoacán, es un caso único entre las lenguas originarias de lo que ahora es México.
Se trata -explica la investigadora francesa Claudine Chamoreau- de lo que los especialistas llaman una "lengua aislada", es decir: una lengua de la que, por lo menos hasta ahora, no se han podido establecer "relaciones genéticas ni lingüísticas con ninguna otra del mundo".
Refiere algunos trabajos académicos que la relacionan con el quechua que se habla en la zona andina de Perú y el zuni (o zuñi) que hablan los indios navajos en el sur de Estados Unidos: "pero son más hipótesis que certezas. Los trabajos históricos y arqueológicos aún no permiten asegurar ninguna relación".
Al momento de la llegada de los españoles en el siglo XVI, más de un millón y medio de personas hablaban purépecha, en un área de 70 mil kilómetros cuadrados que abarcaba, además de Michoacán, lo que hoy es Jalisco, Guanajuato, Querétaro y partes del estado de México y Guerrero.
Claudine Chamoreau ha dedicado 14 años al estudio de la lengua también conocida como tarasca (término que para los purépechas tiene una connotación despectiva). Sobre el tema acaba de publicar en francés el libro Parlons purepecha (Hablemos purépecha), publicado por L'Harmattan y presentado anoche en la Casa de Francia.
Durante un viaje turístico a México, la académica entró en contacto con la lengua y al percatarse de que había pocos estudios sobre al respecto, la eligió como tema para su realizar su doctorado en lingüística: "el hecho de que fuera una lengua aislada le daba una gran importancia. No hay muchas lenguas en el mundo con esa característica".
Uno de sus rasgos notables es lo que los lingüístas denominan "aglutinante sufijante", y que se refiere a la gran variedad de sufijos con que cuenta (más de 60). Así, por ejemplo, a una palabra se le pueden añadir sufijos que ofrecen numerosos matices: "que pueden indicar si estoy hablando con alguien; si estoy hablando rápido, si quiero hablar o no, si estoy en un proceso de hablar".
Por eso no existe un número fijo de vocablos en purépecha, dado que se puede multiplicar prácticamente sin límite.
-ƑEsa característica hace más compleja la lengua purépecha que otras?
-Para mí no existe una lengua más compleja que otra. Existen lenguas con particularidades diferentes. Para algunos una es más fácil de aprender que otra, dentro de cierta lógica. El español o el francés, por ejemplo, son complejos por razones distintas. El purépecha necesitaría de una análisis diferente; más cercano, especialmente por los sufijos, al que se hace del alemán o del latín.
-ƑEl purépecha está en riesgo de desaparecer?
-Es una lengua hablada por más o menos 100 mil, 120 mil personas, según varios censos. No está en peligro de extinción a corto plazo. Pero es un riesgo que tiene que ver con la reducción actual del territorio en que se habla. Hay pueblos donde los niños la hablan. Ahí no hay peligro porque existe una transmisión, una tradición familiar de conservarla, apoyada por instituciones oficiales y por la escuela.
"Hay otros pueblos, Parácuaro es uno de ellos, donde los niño ya casi no la hablan, sólo las personas de 30 o 40 años. Si los niños no la conocen, dentro de dos o tres generaciones ahí ya no se hablará o se hablará menos. Entonces sí hay cierto riesgo, no en toda la zona pero sí en algunos lugares".
Hablemos purépecha está concebido para un lector más allá del ámbito académico o científico, que lo ponga en contacto con la lengua y, a través de ella, con la cultura de ese pueblo.
Sería, explica la autora, el compendio y una versión accesible de dos trabajos anteriores, eminentemente académicos: Purépecha de Jarácuaro, Michoacán, (edición también en español publicada el año pasado por el Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios México del Colegio de México) y Grammaire du purépecha, publicado hasta ahora sólo en francés.
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