México D.F. Jueves 13 de mayo de 2004
Las menores se encuentran estables tras 18 días
de la cirugía, realizada en La Raza
Separan con éxito a siamesas que compartían
varios órganos
Las bebés estaban unidas por el tórax
y el abdomen, tenían un hígado y las mismas membranas que
cubren el corazón y los pulmones Carecían también
de la parte anterior de la caja torácica
CAROLINA GOMEZ MENA
Durante meses compartieron mucho más que la consanguinidad,
pero bastaron 10 horas para revertir una situación que ocurre en
uno de cada 100 mil nacimientos; esto ocurrió el pasado 26 de abril
un grupo de 25 expertos del Hospital General Gaudencio González
Garza del Centro Médico Nacional La Raza, logró, mediante
una intervención quirúrgica de alta complejidad, separar
a estas siamesas con "total éxito".
Las
bebés de siete meses de edad -a petición de sus padres no
se dieron a conocer sus nombres- estaban unidas por el tórax y el
abdomen, lo que médicamente se conoce como "toraco-onphalophagas";
compartían el hígado, las membranas que recubren el corazón
y los pulmones, además de que ambas carecen de la parte anterior
de la caja torácica, explicó el doctor Jaime Zaldívar
Cervera, director del centro hospitalario perteneciente al IMSS y quien
encabezó la operación quirúrgica. Acotó que
este procedimiento se efectúa por primera vez en el país.
Asimismo, expresó que lograr la "independización
orgánica total a dos seres humanos que comparten un existencia biológica
es uno de los máximos retos en la medicina moderna", por lo que
el experto consideró que no hay retribución que compense
que "seamos capaces de dar a dos personas uno de los valores fundamentales:
la libertad", más aún cuando en "71 por ciento de estos casos
esto es imposible".
En conferencia de prensa, Zaldívar Cervera, acompañado
por los integrantes del grupo multidisciplinario de cirujanos pediátricos
que participaron en la separación, detalló que tras seis
meses de analizar el caso se procedió a la intervención.
Y es que la intervención era sumamente compleja,
debido a que no sólo se tuvo que dividir en dos el hígado
que compartían las niñas, sino que dado que sus corazones
estaban cubiertos con un solo pericardio (saco de doble capa, flexible
y extensible, que envuelve al corazón) y sus pulmones con una sola
pleura (membrana existente entre los pulmones y las costillas), dichos
órganos tuvieron que ser recubiertos con injerto de pericardio de
bovino.
Asimismo, como consecuencia de que las pequeñas
carecían del tórax anterior, se les tuvo que colocar una
malla metálica de titanio para implantar la caja torácica
y los músculos, debido a la falta de los arcos anteriores de las
costillas.
Detalló que la bioprótesis, importada desde
Alemania, se fijó a los arcos costales posterolaterales y a la clavícula
con 25 tornillos, y ésta se cubrió con piel de las bebés
obtenida a través de la aplicación de la técnica de
expansores, la cual durante el mes anterior a la intervención permitió
que este órgano creciera cinco centímetros de cada lado,
y con ello se logró cubrir la zona intervenida.
De acuerdo con el galeno, las menores, que hoy cumplen
18 días de separadas, se encuentran "estables", y por lo pronto
una de ellas, en tanto se adapta al tórax de titanio, está
recibiendo ventilación asistida mediante intubación, pero
se prevé que en breve esta bebé, al igual que su hermana,
se adecue a respirar por sí misma.
De acuerdo con Zaldívar a las dos pequeñas
les será un poco difícil adaptarse a su nueva vida individual,
no sólo por el hecho de la lejanía física entre ellas,
sino porque la malla metálica es mucho más rígida
que los músculos intercostales que mueven el tórax para efectuar
las respiración.
Ninguna de ellas tiene ni los mencionados músculos
ni las costillas, y deberán acostumbrarse a la parrilla anterior
de su bioprótesis de titanio, que es inmóvil por ser de titanio,
por lo que tendrán que hacer mayores esfuerzos para inspirar y expirar.
Esta malla, que les remplaza las estructuras de las que
carecen, la deberán llevar puesta por lo menos dos años,
tiempo en el cual crecerán un poco sus costillas. Una vez ocurrido
esto, la bioprótesis será sustituida por injertos costales
propios y, de ser necesario, les tendrá que colocar una nueva malla,
si se comprueba que aún se requiere más tiempo para que estén
formados el tórax y abdomen.
La decisión de separarlas se tomó no sólo
cuando se comprobó la viabilidad de la intervención, sino
cuando se tuvo total certeza de que las posibilidades de vida eran idénticas
para ambas, y luego de que los padres firmaron la autorización,
en lo cual intervino el Comité de Bioética del Hospital General,
instancia reconocida por el Consejo de Bioética de México.
Dicho nosocomio, que este año cumple medio siglo
de existencia, es precursor en la ejecución de procedimientos quirúrgicos
de vanguardia, subrayó Zaldívar, al mencionar que en él
se realizó la primera cirugía de útero en el país,
el primer trasplante cardiaco y el implante de mano. Acotó que ésta
no es la primera separación de siameses, la primera se realizó
en 2001, pero no tuvo la complejidad del actual.
Las gemelas nacieron en el Instituto Nacional de Perinatología
de la Secretaría de Salud (Ssa), pero fueron trasladadas al Hospital
General para ser intervenidas.
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