México D.F. Viernes 21 de mayo de 2004
Los mantos subterráneos están contaminados y provocan daños a la salud
Más grave de lo que se supone, la crisis por el agua en México: experto
Las autoridades deben poner en marcha acciones para evitar escasez y polución
ANDREA BECERRIL
El problema del agua es "más crítico de lo que se suponía", ya que además de que el líquido superficial se acaba, en los mantos subterráneos se incrementa la presencia de sales y químicos contaminantes que provocan problemas graves de salud, como el debilitamiento óseo y cáncer de piel, advirtió Adrián Ortega Guerrero, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), durante una reunión con integrantes de la Comisión de Desarrollo Urbano y Ordenamiento Industrial.
Al respecto, Francisco José Fernández de Cevallos, presidente de esa comisión, destacó la necesidad de que todos los actores, y en especial las autoridades encargadas de proteger los recursos acuíferos, tomen las medidas tendientes a reducir su escasez y nivel de contaminación.
Durante el acto, Ortega Guerrero, quien es investigador del Centro de Geociencias del Subsistema de Investigación Científica de la UNAM, campus Juriquilla, Querétaro, dio a conocer el resultado de un estudio que se llevó a cabo en la Cuenca Lerma-Chapala por el que se detectó que el agua superficial se acaba y se tiene que recurrir a mantos subterráneos, en los que las cantidades de elementos como el fluoruro, arsénico, sodio y boro son mucho mayores a las permitidas por las normas de salud.
En Guanajuato, Durango, San Luis Potosí e Hidalgo se detectó la presencia de esos elementos en cantidad mayor a la considerada normal -en especial fluoruro y arsénico-, por lo que se debe cambiar toda la estructura en la que se ha basado hasta ahora la administración del uso, explotación y conservación del agua.
El investigador precisó que tan sólo en la parte norte de Guanajuato, en municipios como Dolores Hidalgo, San Diego de la Unión y San Luis de la Paz, la población afectada por la contaminación de los mantos profundos de agua es de 100 mil habitantes.
Por lo que se refiere a la ciudad de México, explicó que también existe contaminación, pero el problema es distinto, toda vez que las sales se concentraron en tiempo biológico por miles de años en la arcilla, arriba del acuífero, pero ahora con la extracción del líquido, se mueven hacia éste y el sodio y los bicarbonatos se mezclan con el agua. Es por ello que, por ejemplo, en Iztapalapa, en las regaderas aparezcan sales que se confunden con sarro.
Se trata de un proceso permanente, alertó, en el que poco a poco las concentraciones de sales en agua serán mayores, por lo que en 10 o 20 años la situación será crítica.
El doctor Ortega Guerrero explicó a los legisladores que la recién creada Ley Nacional de Aguas es un paso importante hacia una cultura de protección del líquido vital. Sin embargo, recalcó, se requiere modificar la visión del problema, porque hasta ahora la administración de acuíferos se basa en una supuesta recarga anual del subsuelo, calculada entre 30 y por 40 por ciento del agua de lluvias.
Tales estimaciones "son irreales", toda vez que los estudios del Centro de Geociencias de la UNAM indican que el agua utilizada para la recarga no es de lluvia, conocida como "agua joven", por el poco tiempo que lleva en el subsuelo, sino la que ha permanecido ahí por miles de años, "agua fósil", que es la más contaminada.
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