México D.F. Viernes 21 de mayo de 2004
Horacio Labastida
ƑPor qué otra vez contra López Obrador?
En artículo anterior dejé claro que nos ha envuelto una larga historia de contradicciones, porque en momentos estelares ha surgido una oposición tensa entre intereses y demandas del pueblo y los intereses y demandas de clases minoritarias privilegiadas enhebradas a intereses y demandas del capitalismo transnacional y sus personeros políticos, muy especialmente, de Estados Unidos, donde con Jefferson a la cabeza se firmó la Declaración de Independencia en 1779, luego la constitución federalista de 1787, en Filadelfia.
La mejor parte de esos delegados confederacionales eran muy ricos, como George Washington, y esclavistas, al modo de Thomas Jefferson, después, éste, tercer presidente de EU en lucha contra Aarón Burr, el que mató en duelo a Alexander Hamilton (1804) en Nueva Jersey. Burr fue un tenebroso personaje que intentó fundar una república independiente; fracasó, resultó procesado como traidor y murió en Nueva York. Su vida modela al capitalista cargado de ambiciones personales.
Agreguemos a esto que la constitución estadunidense ha sido arreglada con el voto indirecto y no directo, para asegurar que los altos cargos del gobierno sean desempeñados por hombres vinculados a las elites acaudaladas y las grandes corporaciones.
La pasada elección de George W. Bush resultó derrotada por el voto ciudadano y triunfante por los sufragios indirectos. Bush es presidente de Estados Unidos por minoría, de acuerdo con el artículo II de dicha Constitución. Además, el dinero desempeña un papel decisivo en las elecciones. Así consta en el libro de Charles Lewis The buying of the president 2004 (USA, Perennial, 2004), cuyo autor apunta que George W. Bush recogió para su elección presidencial un promedio de casi 231 mil dólares diarios; Al Gore sólo dispuso de 85 mil dólares por día, y añade que de los 100 miembros del Senado 40 son millonarios, advirtiendo que a los que nada tienen les queda un recurso inevitable: hablar por teléfono y pedir a quien tiene que lo apoye. ƑQué significa esto? Algo muy simple: el político es comprado, nada menos y nada más.
El voto indirecto, el dinero y otras operaciones marrulleras como las reorganizaciones distritales han permitido y permiten que Estados Unidos sea gobernado por los barones del dinero y no por los ciudadanos comunes y corrientes. ƑPuede llamarse a esto democracia?
He traído a cuento al Tío Sam porque no hay país que haya tenido más influencia en México y porque esta influencia es origen de muchas de nuestras contradicciones. Cuando el EZLN habla de democracia verdadera se tira al fondo de nuestra situación política.
Debemos batallar sin descanso para hacer posible el proyecto de Lázaro Cárdenas, es decir, crear un pueblo civilizado y justo. Y este es el asunto repetido en nuestros más de 193 años desde la insurgencia de 1810-1822, durante la ilustración (1823-1824) y el golpe de Estado de Santa Anna contra el federalismo de 1824 y la puesta en marcha del centralismo de 1836 a 1847, y luego en la severa guerra de los juaristas para escudar la Constitución de 1857 contra los círculos opulentos, la intervención francesa y Maximiliano, así como en la contienda revolucionaria de 1910, opuesta a Porfirio Díaz y su proyecto de entregar al país a los inversionistas extranjeros, y en seguida, ya en la posrevolución, en oposición al presidencialismo autoritario que inauguró Alvaro Obregón al adoptar de facto los Tratados de Bucareli (1923) y que ha continuado el régimen actual del presidente Vicente Fox, alzamientos que en su esencia se reproducen hoy en el propósito de impedir a toda costa que el PRD y Andrés Manuel López Obrador participen en las elecciones de 2006.
Fallado el complot manipulado por Ahumada y sus socios, se busca desaforar al jefe del Gobierno del DF para bloquear su lanzamiento a la Presidencia. La causa profunda de tal ilegitimidad es el programa alternativo que ha manejado para la capital, cimentado en tres grandes principios: honestidad política hasta los empleados menores; desarrollo nacional con recursos propios, con la finalidad de que las inversiones extranjeras no impongan una dependencia que anule los derechos nacionales de autodeterminación; y una decidida intervención del Estado para vencer la pobreza, distribuir el ingreso con equidad y limitar así la expoliación que hemos sufrido por más de un siglo.
Este proyecto alternativo es radicalmente opuesto al que Los Pinos activa infringiendo nuestra Constitución política y favorable al enriquecimiento de los ricos y empobrecimiento de los pobres, programa que contradice lo que el pueblo viene exigiendo desde 1813, año en el que el caudillo Morelos pidió al Congreso de Chilpancingo que organizara a la nación en un Estado capaz de hacer que los ricos sean menos ricos y los pobres menos pobres. Tal es la contradicción que estamos viviendo en nuestros días y que esperamos se resuelva en favor de las mayorías populares y no de la aristocracia mexicano-estadunidense. ƑQué sucederá en el inmediato futuro? Sin duda el pueblo triunfará.
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