México D.F. Viernes 21 de mayo de 2004
Seminario en la UAM
Política bimodal para el agro, propone experto
MATILDE PEREZ U.
Sólo mediante una política con enfoque ''bimodal'' se podrá atender con equidad a los productores con predios menores a las cinco hectáreas y a los considerados ''más viables'' y exitosos, dijo el ex director del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), Antonio Turrent, y descartó que sin la biotecnología la población vaya a padecer hambruna.
En el seminario Nuestra agricultura en el tercer milenio. A diez años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que organizó la Universidad Autónoma Metropolitana, Turrent aclaró que su propuesta no es para que se dé caridad y se deje bien morir a los pequeños agricultores. ''Ellos requieren un abordaje muy diferente al de un gran consorcio; sin esa visión de política bimodal para el campo estaremos peleándonos siempre''. También puntualizó que a los investigadores que se dedican a atender a los pequeños productores se les considere parásitos de la sociedad; ''eso yo no lo acepto''.
Presentó el proyecto La milpa intercalada con árboles frutales, elaborado por investigadores del INIFAP y del Colegio de Posgraduados, con el cual una familia poseedora de una parcela de cuatro hectáreas podría lograr un ingreso de cuatro a seis salarios mínimos. El también investigador del INIFAP expuso que de los 4 millones de predios que hay en el país, 60 por ciento son menores a las cinco hectáreas. ''Son esos productores los que me preocupan, porque desde 1980, cuando México se adhirió al GATT (siglas en inglés del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio), han sido los perdedores''.
Agregó que actualmente una familia que cultiva una parcela de cuatro hectáreas de buen temporal y obtiene una producción de cinco toneladas por hectárea -aunque a escala nacional el promedio es de 2.3-, como ocurre en Puebla, recibe un tercio del salario mínimo anual; pero si se no se separa el costo de la mano de obra, la renta de la tierra y otros gastos, el ingreso no llega ni a la mitad del salario mínimo.
Respecto de la biotecnología, consideró que no es inocua; hay que abordarla con mucho cuidado, sobre todo porque México es centro de origen de maíz y frijol.
Postura contraria sostuvo José Luis Solleiro, de Agrobio. México no puede seguir atrasando la aprobación de una ley y normas para aplicar la biotecnología en la producción agrícola porque está limitando su desarrollo. No descartó que con el uso de la biotecnología uno de los retos es proteger la biodiversidad, pero -insistió- eso ''no debe significar que México renuncie a los organismos genéticamente modificados (OGM) y promueva un acuerdo trilateral con Estados Unidos y Canadá''.
A la fecha, en el país ''sigue la moneda en el aire'' en cuanto al etiquetado de los productos OGM, pero de hacerlo se tendría que montar una estructura muy costosa de laboratorios de certificación, con recursos humanos capacitados para detectar los segmentos de ADN en productos finales.
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