México D.F. Domingo 30 de mayo de 2004
Presentaron en concierto el disco Lágrimas
negras
El Cigala y Chucho Valdés hicieron vibrar
a 5 mil almas en La Habana
AFP
La Habana, 29 de mayo. Unas 5 mil almas de todas
las edades vibraron la noche del viernes en La Habana, cuando el cantaor
español Diego El Cigala gimió boleros de siempre,
acompañado por el virtuosismo al piano del cubano Chucho Valdés.
Se trata del primer concierto promocional en América
Latina del disco Bebo & Cigala. Lágrimas negras, cidí
grabado en 2003 que ha causado furor en España y otros países,
al punto de que el diario The New York Times lo consideró
el mejor disco del año pasado.
Pero
el disco original está grabado con Bebo Valdés, de 84 años,
padre de Chucho, radicado en Europa desde los años 60, y que legó
en su hijo la realización de este y otros conciertos promocionales
por América Latina.
Lo llamativo del asunto es que el disco no se ha vendido
en Cuba, pero han circulado miles de copias piratas, estableciendo una
complicidad tácita entre los promotores del espectáculo y
el público, tanto el que entró al teatro Karl Marx como el
que quedó fuera, pues las localidades se agotaron dos días
antes.
"Aquí no faltó nadie", dijo un espectador
a la salida del teatro, en referencia a la ausencia de Bebo y de otro cubano,
el saxofonista emigrado Paquito D'Rivera, sustituido por la maestría
del también local César Valdés.
El cantante de flamenco Diego Jiménez Salazar El
Cigala nació en Madrid en 1968, y ha tenido una ascendente carera
entre los cantaores flamencos de España, con algunos de los
cuales ha grabado discos.
Fue el cineasta español Fernando Trueba el de la
idea de fusionar a El Cigala con Bebo Valdés, cuya música
había utilizado en el filme Calle 54, de manera que se dedicó
junto a Javier Limón a producir el disco Lágrimas negras,
nombre de la canción antológica de Miguel Matamoros.
El Cigala da un toque de hondo sentimiento que
cala bien en el gusto cubano a piezas como Veinte años, de
María Teresa Vera; Vete de mí (Virgio y Homero Expósito),
de la cual el difunto Ignacio Villa Bola de Nieve hizo su mejor
versión.
Un teatro repleto de público, puesto de pie con
largos y atronadores aplausos saludó ante el emocionado hijo -que
hizo trizas aquello de nunca segunda partes fueron buenas- el homenaje
que desde La Habana El Cigala rindió a Bebo Valdés.
"Mi maestro", al que "quiero como a un abuelo", dijo.
El tronco musical Valdés se extiende más
allá de Bebo y Chucho, ganadores de varios premios Grammy: llega
a una tercera generación, con Leanys y Cucurucho -hijo y
sobrino de Chucho, respectivamente- los cuales ya hacen pininos en el escenario.
Las pailas del concierto estuvieron a cargo del consagrado
cubano Changuito, mientras que El Cigala se hizo acompañar
desde España por un sorprendente contrabajo, Javier Colina, y por
el cajón de Israel Suárez, Piraña.
Considerado uno de los mejores pianistas del mundo y uno
de los grandes de jazz, Dionisio Jesús Valdés Domínguez,
Chucho, imprimió un toque muy personal en el concierto, que además
de arrancar frenéticos aplausos del público, dio pie para
que algunos comenzaran a hablar de "el nuevo Lágrimas negras".
VIBRAN MILES DE ALMAS EN LA HABANA
El virtuoso pianista cubano Chucho Valdés y el
cantaor español Diego Jiménez El Cigala, en
el teatro Karl Marx, el viernes pasado, luego del primer concierto promocional
en América Latina de Bebo & Cigala. Lágrimas negras,
considerado el mejor disco del año pasado por The New York Times.
El cd original fue grabado por Bebo Valdés, padre de Chucho FOTO
REUTERS
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