México D.F. Domingo 30 de mayo de 2004
Escamotean reconocimiento a comunidad de BCS
Culiacan, Sinaloa, 29 de mayo. La comunidad yoreme de Santa Rosalía, ubicada en Baja California Sur, ''nunca ha tenido un centro ceremonial respetado'', por lo que buscará ser ''reconocida jurídicamente'' por el gobierno del estado, con el fin de tener un sitio permanente donde seguir conservando sus tradiciones y cultura.
Ese reconocimiento no se ha otorgado con el argumento de que los yoremes de esa región son sonorenses y no bajacalifornianos, explicó Enrique Acosta, en el contexto de la reunión entre yoremes migrantes con los de la región norte de México, que se realizó en esta ciudad.
''Ese gobierno -expresó el investigador- debe entender que esa población tiene más de 110 años asentada en esa región y que se le debe dar una legislación especial"
Los yoremes de Santa Rosalía "son desplazados constantemente, y eso impide que tengan un lugar donde puedan continuar cultivando sus tradiciones y cultura".
Lo que ocurre es que "cada vez que entra una nueva autoridad municipal vende los terrenos donde ellos hacen sus fiestas tradicionales y los cambian de lugar''.
Los yoremes de Santa Rosalía "nunca han tenido un centro ceremonial respetado".
Esta comunidad indígena salió en 1890 de Ciudad Obregón, Sonora. ''Las 100 personas que integraban toda la comunidad en ese entonces se fueron de golpe a Baja California Sur a trabajar en la minería y desde entonces ahí residen. Primero llegaron a un sitio que se llamaba Purgatorio, luego a Providencia, posteriormente a una zona llamada Nivel 50, y hoy están en Santa Rosalía, dedicados principalmente a la pesca.
''En estos momentos lo más importante es que el Congreso del estado reconozca a esa población indígena, para que ellos puedan tener derecho a seguir conservando su cultura''.
En la reunión, inscrita en el sexto Encuentro Yoreme, participó también la comunidad Pascua Yaqui, de Arizona, que ''en 1968, obtuvo el reconocimiento jurídico como tribu de indios estadunidenses, con todos los derechos que eso conlleva'', dijeron.
El convivio estuvo dedicado a presentar bajo una enramada en la isla de Orabá diferentes danzas tradicionales, como la Danza del venado, "expresiones culturales que siguen siendo las mismas, de los dos lados de la frontera''. CARLOS PAUL, ENVIADO
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