México D.F. Lunes 31 de mayo de 2004
El Ejército de Dios sentó sus
reales en Cuautepec, una de las zonas más pobres del DF
Apoyan a Flores Millán ex priístas que
utilizan la religión para invadir predios
Sus dirigentes gestionan recursos, apoyan candidaturas
o toman oficinas públicas
RAUL LLANOS SAMANIEGO
Con la bandera de la religión el Ejército
de Dios sentó sus reales en el valle de Cuautepec, una de las zonas
de mayor pobreza en esta capital.
En
esa mezcla de religión y política clientelar sus dirigentes
no sólo imparten cursos de catecismo y gestionan recursos públicos
para remodelar iglesias o levantar capillas, sino que invaden predios,
impulsan candidaturas priístas o perredistas, toman por la
fuerza oficinas públicas u ofrecen su apoyo al mejor postor.
Un ejemplo claro de esto último ocurrió
la semana pasada, cuando medio centenar de sus integrantes, cargando banderines
con cruces amarillas y rojas, se manifestaron en la explanada de la delegación
Gustavo A. Madero para manifestarse en favor de Octavio Flores Millán,
jefe delegacional hoy repudiado por algunos sectores locales.
El origen político de ese grupo es el PRI y sus
fundadores son Santiago Jarillo, quien enfrenta denuncias penales por fraude,
abuso de confianza y privación ilegal de la libertad, y Mario Benítez,
a quien se le ubica como acólito de la Basílica de Guadalupe
y artífice de este grupo de presión.
A ciencia cierta nadie sabe cuántos son, lo que
sí es conocido es que se asentaron en el predio Quetzalcoatl III,
área de conservación ecológica. Para ello rellenaron
con cascajo un kilómetro de ladera del río Temoluco, luego
levantaron paupérrimas casas y fraccionaron calles, a las que llamaron
"andador Santiago Jarillo I... andador Santiago Jarillo II..."
A pesar de ser área de reserva, hubo autoridades
que la dotaron de servicios, lo que generó inconformidad de la Dirección
General de Construcción y Operación Hidráulica (DGCOH,
hoy Sistema de Aguas del DF), que en el oficio DSHU-SAJ/2208 de agosto
de 2001, enviado al entonces director jurídico de la Gustavo A.
Madero, Andrés Lozano (hoy diputado local del PRD), se queja de
que indebidamente se introdujeron servicios públicos.
En el documento, firmado por Antonio Dovalí, se
detalla que a raíz de eso se frenó la construcción
de un tanque de almacenamiento para dotar de agua a la población
del lugar, por lo que reitera la necesidad de recuperar ese terreno.
Cobijo priísta y perredista
Mario Zaragoza, del Comité de Defensa de Cuautepec,
precisa que Jarillo fue muy cercano al ex delegado priísta José
Parcero López, a quien apoyó políticamente a cambio
de que le permitiera (en 1995) instalarse junto con su gente en el predio
Quetzalcoatl, donde llegó a controlar todo, a manipular a la gente
y a condicionar la entrega de "constancias de posesión" a cambio
de mil 500 a 5 mil pesos. Hubo predios que vendió en más
de una ocasión, por lo que algunas personas lo demandaron.
Añade Zaragoza que ya con el PRD en el gobierno,
lo cobijan funcionarios delegacionales y dotan de servicios, pero a la
postre se genera la división entre la gente de Jarillo y va perdiendo
poder. Es cuando conoce y se une al priísta Mario Benítez,
gestor en varias zonas, quien propone añadirle a la organización
el aspecto teológico para allegarse más simpatizantes. Sólo
que después este personaje se desligaría de todo ello.
Un documento de la Gustavo A. Madero precisa que el Ejército
de Dios surge en 2002 con gente de las colonias Gabriel Hernández,
Luis Donaldo Colosio, Verónica Castro, Malacates y Palmatitla, y
que "entre sus principales actividades no están las de carácter
religioso, salvo las que siempre ha realizado Mario Benítez: impartir
catecismo y dar mantenimiento a dos ermitas con la Virgen de Guadalupe
en las colonias Palmatitla y Arboledas".
Detalla que ese grupo gestionó la restauración
del atrio de la parroquia de Santiago Apóstol, en Santiago Atzacoalco,
y bajo las mismas siglas han pedido la regularización de predios
y el ingreso de sus seguidores a los programas de vivienda.
Política y religión
Santiago Jarillo acostumbra uniformar a los miembros de
su grupo con chamarras amarillas estampadas con una cruz roja, y de esta
forma protestar, luego negociar hasta lograr su objetivo.
Previo a las elecciones del 6 de julio de 2003, Jarillo
buscó una candidatura del PRI, al no lograrlo apoyó a Edumundo
Delgado como precandidato priísta a la Gustavo A. Madero, y al perder
éste se sumaron a Ernesto Báez, quien contendió por
el tricolor, pero perdió.
Sin muchas expectativas, el grupo cambió de bandera
y ofreció su apoyo a perredistas como Aurelio Pérez, quien
pretendía la delegación. Vecinos del lugar citan un acto,
en abril de 2003, en la colonia Gabriel Hernández, en que Jarillo
dijo a los presentes: "Dios dice que Aurelio tiene su apoyo..." Al final
abundaron las despensas.
En su penúltima aparición, Jarillo y su
ejército tomaron por la fuerza la sede de la delegación
Gustavo A. Madero para exigir la regularización del predio y mantuvieron
retenido al entonces titular Joel Ortega, por lo que se presentó
una denuncia penal.
La última acción del Ejército de
Dios fue la semana pasada, cuando hicieron una manifestación en
favor de Octavio Flores Millán cuando éste decidió
volver por sus fueros en la delegación.
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