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México D.F. Jueves 3 de junio de 2004
ASTILLERO
Julio Hernández López
Credibilidades desgastadas
El autoatentado oaxaqueño
El uso partidista de la PGR
JOSE MURAT PELEA contra la percepción firmemente asentada de que es falsa la versión del atentado que habría sufrido la mañana del jueves 18 de marzo en las inmediaciones del hotel Victoria de la capital oaxaqueña. En esta nueva riña política, el gobernador priísta ha decidido enfrentarse al procurador federal de justicia, a cuya jurisdicción había entregado sin reparos la indagación de aquellos turbios acontecimientos como una presunta demostración de que los resultados de esas diligencias no serían acomodados al interés político local.
LA PROTESTA MURATISTA (que podría llegar hasta las Naciones Unidas, según se ha anunciado) se da justamente cuando han sido filtradas a algunos medios las grandes líneas de las pesquisas macedonias, en las que supuestamente se demostrarían falseamientos tales de los hechos del 18 de marzo que alcanzarían con tintes procesalmente punitivos al gobernador. Frente a ese dictamen anunciado no es difícil elaborar un discurso de oposición al poder foxista, ni de presuntas represiones y persecuciones, cuando se ha tenido, como en el caso de Murat, una notable historia de disenso ríspido con los novatos guanajuatenses que más de una vez han patinado de coraje ante la depurada maestría del oaxaqueño en el ejercicio de artes políticas que a esos adversarios blanquiazules les parecen sucias, tramposas y chantajistas. De que en Los Pinos han tenido ganas de cobrarle viejas afrentas nadie ha de dudar.
PASA EL MANDATARIO priísta, sin embargo, acaso por el peor momento de su larga vida política. Apenas habían transcurrido unas cuantas horas de aquel incidente en la ciudad de Oaxaca cuando ya estaban instalándose ampliamente las primeras dudas y las primeras sospechas, acrecentadas por la rápida intención del aparato oficial oaxaqueño de colocar el presunto atentado bajo la óptica de supuestas reacciones políticas contra el pretendido protagonismo crítico, anticaciquil y revolucionario que habría tenido el gobernador en los planos local y nacional. Las primeras suspicacias también se detuvieron en el hecho del asalto sin sentido al domicilio particular del coordinador de la campaña de la coalición opositora al muratismo y a su proyecto de continuidad que encabeza el candidato priísta al relevo gubernamental, el senador Ulises Ruiz, de polémica trayectoria en el priísmo en materia de ingeniería electoral, virtual enlace de los intereses compartidos entre el propio Murat y Roberto Madrazo (estrella el ahora dirigente nacional priísta, en momentos de apuros similares, cuando Ernesto Zedillo pretendía derrocarlo del gobierno tabasqueño, de otro oscuro episodio, el de un presunto secuestro breve hasta ahora nunca aclarado).
PERO AUN CUANDO haya muchos que, como el autor de estas líneas, no crean en la versión del atentado, y sí en el de la elaboración artificial de aquel episodio de aspiraciones de martirologio justamente a tres días del recuerdo del asesinato de Luis Donaldo Colosio, el choque político de la semana (gobernador contra PGR) agregará elementos de desconfianza a la actuación de una procuraduría federal de justicia expuesta en demasía al desgaste por razones políticas y partidistas. Sucede que el puño cerrado de la PGR ha sido usado en exceso desde Los Pinos para exonerar a Amigos, para perseguir a quienes amenazan aspiraciones releccionistas conyugales (caso AMLO) e incluso para tratar de inducir resultados electorales, como se vio en Colima, donde la PGR anunció la exoneración del entonces gobernador Fernando Moreno Peña, que había sido acusado de nexos con el narcotráfico, justamente un día antes de que se abrieran las urnas para sostener o ultimar el cacicazgo de ese mandatario priísta distanciado, al igual que su sucesor de papel, de Roberto Madrazo y apadrinados por la amiga de la pareja presidencial, Elba Esther Gordillo.
HOY, EN EL CONTEXTO de la sucesión oaxaqueña, los resultados de las indagaciones del general procurador general de la República podrían parecer (y a eso están apostando Murat, Madrazo y Ulises Ruiz) una forma de ayudar a la corriente que encabeza Diódoro Carrasco, quien fue subsecretario de Gobernación con Francisco Labastida Ochoa y ha sido jefe político de Gabino Cué, quien ganó contra la voluntad de Murat la alcaldía capitalina y ahora encabeza una alianza de partidos que ha ido aumentando sus posibilidades de ganarle al PRI. Duelo de credibilidades desgastadas: la del gobernador al que por siempre acompañará el decreto popular de que su incidente de marzo fue un autoatentado, y la de un procurador federal de justicia cuyo rutinario discurso de respeto al estado de derecho ya a nadie convence.
ASTILLAS: A OSCAR LUEBBERT le ha llegado la hora de las definiciones. Senador priísta por Tamaulipas, tiene frente a sí la maquinaria del cártel de Matamoros, que quiere imponer a Eugenio Hernández como aspirante a suceder al jefe Tomás Yarrington. Ya antes otro priísta deseoso de contienda limpia por la candidatura tamaulipeca, el tampiqueño Alvaro Garza Cantú, había renunciado a su militancia y está al frente ahora de un proyecto plural encabezado por el PRD en el que en dado caso podría encontrar acomodo Luebbert (que podría competir con el propio Garza Cantú por la candidatura a gobernador en comicios internos que tuvieran la limpieza no encontrada en el PRI), si es que sus palabras de protesta y sus discursos democratizadores son verdad. De otra manera quedará como cuando menos en una ocasión anterior, en parloteo en busca de acomodos o negociaciones de consolación... Va viento en popa la Fundación Vamos Felipe. Este jueves habrá movilizaciones públicas en apoyo al ex secretario de Energía, y ya se formó un grupo de Amigos de Calderón, que también podría denominarse No Amigos de la Señora Marta... Y, mientras el Presidente de la República sigue hablando como si el desastre político fuera responsabilidad de otros, cargando ahora responsabilidades "a la sociedad", šhasta mañana! Fax: 5605-2099 [email protected]
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