Pretenden mantenerla en prisión para cobrar un seguro

Encarcelada por colaborar para esclarecer un fraude

GUSTAVO CASTILLO GARCIA

Patricia Bourguete Coutiño creyó en los abogados de la empresa para la cual había trabajado durante siete años, en dos etapas, y confió en que al declarar sobre la forma en cómo uno de sus superiores había cometido un fraude contra Durkin, Sociedad Anónima, estaría libre de cualquier imputación. Sin embargo, un juicio plagado de irregularidades le ha dejado una sentencia de más de cinco años en su contra.

Su apoyo para salir del Reclusorio Norte, en donde se encuentra recluida desde el 28 de enero de 2003, son sus suegros, María Fernández y Alfredo Alvarez, pues su esposo, José Juan Alvarez, la abandonó a su suerte y se llevó consigo a una de sus dos hijas.

Bourguete Coutiño depende legalmente de la labor de un defensor de oficio y confía en que demostrará su inocencia ante un magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, informaron sus suegros.

Según las constancias del juicio 21/2003 que se lleva en el juzgado 34 de lo penal en el Distrito Federal, la ex auxiliar de contabilidad fue condenada a pesar de existir pruebas testimoniales y documentales que responsabilizan a Gilberto Cayetano Reyes Velázquez del fraude cometido por más de 2 millones de pesos contra la empresa Durkin.

Asimismo, fue sentenciada a pesar de que el propio Reyes Velázquez elaboró una carta (que se encuentra en el expediente del juicio) deslindándola de cualquier responsabilidad en el fraude, el cual, según él, ascendió a más de 3 millones de pesos y no 2 millones, como indican los peritajes elaborados en el caso.

Patricia Bourguete Coutiño y sus suegros aseguran que la maquinación para mantenerla encarcelada consiste en promover, mediante argucias legales "sin fundamento, la sentencia definitiva, porque ello significa la posibilidad de que los representantes legales de Durkin puedan cobrar un seguro que les reponga el dinero supuestamente sustraído por mí".

La historia de Bourguete Coutiño se remonta a junio de 2002, cuando supuestamente se detectó una diferencia entre los saldos de las cuentes bancarias y el que reportaba Reyes Velázquez.

Bourguete Coutiño asegura: "fui obligada por la abogada Bárbara Castro y algunos representantes de Durkin para que redactara y firmara un documento en el cual yo describía la manera en que Gilberto Reyes Velázquez realizó el fraude.

"La licenciada me engañó diciendo que la acompañara a declarar en contra Reyes Velázquez. Que si lo hacía y ratificaba siempre, ante quien fuera, lo que escribí en aquel documento, yo no tendría problemas, pues mi labor sólo era estar pendiente de cuánto dinero ingresaba diariamente por prestación de servicios en la empresa, y cotejar que el corte de caja fuera correcto.

"Sin embargo, me tendieron una trampa y yo mencioné la manera en que ocurrieron los hechos, me acusaron de ser cómplice en el fraude y presionaron al juez para que me declarara culpable."

María Fernández y Alfredo Alvarez señalan que distintos funcionarios de la sexta sala del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal les han comentado que la abogada Bárbara Castro ha buscado presionar a quien debe resolver en segunda instancia si Patricia Bourguete debe continuar en prisión.

Entre las anomalías detectadas por la defensa de Bourguete Coutiño destaca que no existe información específica de cómo se concluyó que el faltante en las cuentas de Durkin asciende a 2 millones 129 mil 369 pesos, lo anterior, a pesar de que otras valuaciones aseguran que el fraude asciende a 3 millones 444 mil 481 pesos.

Tampoco hay constancias de que por lo menos una parte del dinero sustraído de las cuentas de Durkin hubiera beneficiado a Patricia Bourguete; menos aún se ha documentado que la acusada hubiera ostentado el cargo de administradora.