.. |
México D.F. Miércoles 9 de junio de 2004
ASTILLERO
Julio Hernández López
A como dé lugar
Peligrosas intolerancias declarativas
La conspiración como cliché y excusas
ANDRES MANUEL LOPEZ Obrador razonó ayer de la misma manera que semanas atrás lo había hecho Jorge Castañeda. El 19 de mayo, el ex canciller había advertido que al jefe de Gobierno capitalino se le debería ganar "como sea", para impedir que siga "estafando" a los ciudadanos mediante "una plataforma populista". Ayer, frente a reporteros que le preguntaban cuál cree que será el "final-final" del episodio de El Encino y de la solicitud de desafuero por ese caso, el tabasqueño dijo que "debemos impedir, a como dé lugar", que "prospere" la intención de hacer "retroceder" al país mediante la construcción de "acusaciones livianas" que buscan "descalificarlo" electoralmente.
"COMO SEA" Y "a como dé lugar" son expresiones que muestran intolerancia y que abonan el camino para exclusiones y exterminios. Lo dicho por Castañeda parecería reflejar la desesperación de quienes se oponen a López Obrador y, a pesar de haber hecho cuanto hasta ahora les ha sido posible (conspiraciones incluidas), no han podido "bajarlo" de la cima de popularidad que hace a esos adversarios llegar a la conclusión de que el perredista será el próximo presidente de México, a menos que el "como sea" incluya medidas extremas, entre ellas, desde luego, la de la eliminación física. Ese riesgo latente (ya advertido, aunque de manera torpe, por el secretario Marcelo Ebrard) ha hecho que el entorno de Andrés Manuel López Obrador esté siendo legítimamente protegido en los meses recientes por un equipo integrado en su primera línea por mujeres y en un segundo plano por vigilantes varones y al que, por razones políticas, se pretende disfrazar de mera asistencia o ayudantía para que el hombre del Tsuru no aparezca ante los ciudadanos como un político más, rodeado de guaruras.
PERO ES TAMBIEN un disparate el que el jefe de Gobierno capitalino esté advirtiendo que "sólo el pueblo" podrá resolver un litigio institucional en curso, y que debe impedirse "a como dé lugar" que continúe un proceso de confrontación política que él juzga altamente negativo. "Por lo que a mí corresponde, no voy a permitir que avance la intención de retrogradar en el país", dijo ayer López Obrador, quien ya antes, entrevistado por Carlos Marín para Milenio, se había definido como "místico". "ƑCómo lo va a impedir, señor?", preguntaron los reporteros, a lo que Andrés Manuel respondió: "Vamos: con el apoyo de ustedes y de los ciudadanos". Le pidieron enseguida que explicara el significado de la frase "a como dé lugar", y contestó: "No. Vamos a detener esto. Este afán autoritario y este propósito de retrogradar".
AL COLOCARSE COMO juez de un proceso del que es parte, y al tratar de definir de acuerdo con sus personales criterios las acusaciones que con razón o sin ella se le han fincado, un político llegado al poder conforme a un sistema institucional (y que pretende llegar al máximo nivel de ejercicio de ese poder político, el presidencial) comete un doble error grave: exacerba los ánimos de por sí desbordados de quienes le ven como un florecimiento dictatorial que desde ahora descalifica leyes e instituciones cuando no le favorecen, y, al mismo tiempo, promueve y afianza visiones extremas de la política que creen posible impedir el paso del adversario "como sea" o "a como dé lugar".
SIENDO EL PUNTERO en las encuestas referidas a 2006, y siendo el único personaje no derechista (aunque no necesariamente de izquierda) que podría encabezar una alianza social progresista que tratara de salvar al país del desastre causado por la pareja presidencial, López Obrador está obligado a un ejercicio de autocrítica que le permita limar su tendencia a la bravuconería declarativa y reinstalarse conceptualmente en el marco político y jurídico que no puede ni debe estar a su servicio ni ahora ni cuando eventualmente fuese el presidente de México ("todo yo, todo yo, todo yo", investíguenlo ustedes, respondía ayer a reporteros que le pedían fundar las acusaciones que él había hecho de complot en su contra).
Véase para más abundamiento la postura asumida por el secretario capitalino de Gobierno, Alejandro Encinas, respecto al movimiento de boicot a las compras en Perisur, porque ahí se han producido varios secuestros. Con actitud de comisario soviético, Encinas ha hablado de una nueva conjura, en la que participarían el PAN, El Yunque, Televisa y otros actores que estarían conspirando para frenar al imbatible. Es muy probable que panistas y yunquistas hayan desatado esa embestida contra López Obrador, y que sus propósitos sean estrictamente partidistas, pero, además de que les asiste el derecho ciudadano de organizarse pacífica y legalmente para protestar por lo que a su juicio esté mal, tampoco puede pretenderse el desvanecimiento del sustrato esencial de un malestar ciudadano extendido: los secuestros siguen adelante, cada vez con más violencia e impunidad, mientras los mandos políticos y policiacos de la ciudad siguen tratando de guarecerse bajo estadísticas que pocos creen y mediante discursos de los que muchos rehenes pueden enterarse desde sus propios sitios de reclusión clandestina.
ES NECESARIO DECIRLO a tiempo, aunque la efervescencia lopezobradorista prefiriera adhesiones y aplausos al candidato idealizado: el tratamiento de toda crítica u oposición a partir de clichés conspirativos, la división de los mexicanos en buenos (los que están a mi favor) y malos (los que no me apoyan), y la recurrencia a fanfarronería fundamentalista, en nada ayudarán a México, pues simplemente conformarán una nueva burbuja de esperanza, esta vez cargada a la izquierda, que sin organización social verdadera, ni definiciones y compromisos ideológicos reales, sustentada en pragmatismos al estilo bejaranista y en caudillismos honestísimos, simplemente nos podrían llevar el próximo sexenio a una versión tropical (mejorada) del foxismo.
Y, MIENTRAS SIGUEN llegando cartas y datos sobre la reforma foxista de la educación secundaria, que pretende encaminar desde ese nivel a los jóvenes a ser gerentes o empleados, dependiendo de si estudian en escuela privada o pública, šhasta mañana! Fax: 5605-2099 [email protected]
|