Galardón a escuelas mexicanas innovadoras

Una logró abatir la deserción; otra combate el suicidio entre estudiantes adolescentes

CLAUDIA HERRERA BELTRAN

Una escuela del barrio de Tepito que logró bajar los índices de deserción de 30 a 6 por ciento, y un plantel de Durango que se preocupó por prevenir el suicidio entre sus alumnos adolescentes, recibieron un reconocimiento internacional por emprender los mejores planes en contextos desfavorables de la región México y el Caribe.

La Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura premió ayer a 10 escuelas: cuatro mexicanas, tres cubanas y tres de Puerto Rico, entre 189 concursantes, en el marco del proyecto Escuelas que hacen escuela.

Cada año el organismo reconoce a planteles que atienden a sectores desfavorecidos, que sufren algún tipo de discriminación y se hallan en desventaja cultural o en situación de riesgo por violencia, prostitución, narcotráfico, guerrilla o migración.

En esta ocasión el máximo reconocimiento lo obtuvo la secundaria técnica número 3, Venustiano Carranza, ubicada en el barrio de Tepito, delegación Cuauhtémoc, por su programa Proceso de aprendizaje desde la perspectiva de la pedagogía especial. El premio consiste en la visita a una escuela en condiciones similares y la entrega de paquetes didácticos.

El colegio se llevó el galardón Mejor experiencia de la región, por su rebeldía a un entorno desfavorable: altos índices de delincuencia y de consumo de drogas y alcohol. Creó un modelo de atención educativa que tuvo, entre otros resultados, la reducción de la deserción escolar de 30 a 6 por ciento en el último año, así como una baja de 22 a 9 por ciento en los índices de reprobación.

Otro modelo exitoso fue el que emprendió la secundaria técnica número 19 de Durango, la cual creó la consejería y tutoría escolar. Con ello buscó prevenir y abatir los intentos de suicidio entre los adolescentes que viven en hogares desintegrados, con violencia intrafamiliar o abuso sexual.

Al recibir el premio, José Esparza Ramírez, profesor de esa secundaria, explicó que comenzaron el proyecto en 2001, debido a que detectaron que 7 por ciento de sus 2 mil estudiantes habían intentado suicidarse.

Narró que hace tres años una alumna, de nombre Alma, pretendió quitarse la vida después de que su madre lo hizo. Al poco tiempo otra estudiante, Erika, fue golpeada por su progenitora, quien era adicta al alcohol. Esta situación llevó a la joven a ingerir una sobredosis de barbitúricos.

El profesor recuerda que a partir de historias como la de Alma y Erika decidieron emprender un proyecto en el que 60 alumnos, los más vulnerables, reciben atención personalizada de consejeros escolares.

La escuela está ubicada en un barrio marginal de Durango, donde 17 por ciento del estudiantado proviene de familias que emigraron del campo y viven en condiciones precarias, muchas en asentamientos irregulares.

El profesor Esparza Ramírez explicó que no reciben recursos adicionales y que las consejerías funcionan gracias a la labor altruista de los profesores. "Con 60 muchachos que logremos que dejen de pensar en la muerte habremos contribuido", explicó.

La otra escuela galardonada fue el Centro Educativo Tatuutsi Maxakwaxi, de Jalisco, que impulsa un modelo de educación dirigido a indígenas. En él destaca la cultura de respeto y promoción de las tradiciones.

También está el Centro de Recuperación y Reforzamiento en Educación Secundaria, en Iztapalapa, que creó una unidad de apoyo alternativa a las escuelas de la zona, para auxiliar a estudiantes de bajo rendimiento escolar, principalmente en español y en matemáticas.

El organismo internacional creó el proyecto Escuelas que hacen escuela porque considera que la población adolescente es uno de los principales desafíos en Iberoamérica, ya que en general enfrentan problemas de cobertura, aprovechamiento y retención en educación secundaria o intermedia.

Manifestó que las causas son diversas. En los centros educativos existe sobrecarga de asignaturas, deficiencia en la formación de docentes, métodos educativos poco pertinentes, falta de relevancia de los aprendizajes, desvinculación con el entorno social y el mundo del trabajo, y bajas expectativas de los maestros respecto del aprendizaje de alumnos pobres, indígenas, migrantes, trabajadores o incluso mujeres.

Otros factores agravan la situación de los adolescentes, entre ellos la violencia, la pobreza, el trabajo y la explotación infantil, la lejanía de los planteles respecto a los hogares de los estudiantes, la desventaja cultural de las familias y que la secundaria sea socialmente poco valorada.

Los reconocimientos fueron entregados por la directora de la Oficina Regional en México del organismo, Patricia Pernas, y los recibieron la coordinadora de Educación Intercultural Bilingüe de la SEP, Sylvia Schmelkes, y el director de Secundarias Técnicas, Manuel Salgado.