Edgar Chumacero, el único esgrimista mexicano en JO

No voy de observador, sino a luchar con la idea de ganar una medalla

ROSALIA A. VILLANUEVA

El poblano Edgar Chumacero no rehúye a la responsabilidad de ser el único esgrimista que competirá en los Juegos Olímpicos de Atenas. "No quiero ser un observador en Grecia, como tampoco prometo que ganaré una medalla, pero voy con la idea de tratar de luchar por alcanzarla''.

El especialista en el arma del florete dijo estar orgulloso de haber clasificado a la justa veraniega, ya que desde hace 36 años no se tenía participación varonil en esta disciplina que actualmente lo ubica en el vigésimo lugar del mundo.

"La responsabilidad me la gané porque son muchos años de trabajo, con el objetivo de querer llegar a unos juegos.

"Es duro cargar con toda esa presión porque fueron décadas en que un representante hombre en esgrima no ganaba una clasificación olímpica, y la verdad estoy muy contento'', dijo emocionado el deportista de 24 años de edad.

Practicante de un deporte netamente europeo, Edgar realizó toda su preparación en el viejo continente.

Inclusive vivió en Alemania y sólo venía al país o a su entidad natal para competir en los torneos locales selectivos a las citas regionales y continentales como lo fue en este ciclo olímpico rumbo a Atenas, donde acumuló aproximadamente 48 copas del mundo.

Entre sus recientes logros tiene la satisfacción de haber derrotado a un medallista olímpico de Sydney y ser el segundo mejor exponente del continente americano que marcaría su debut en la justa helénica.

"Haremos nuestro mejor esfuerzo, tenemos posibilidades de hacer algo importante en Atenas y quiero ser un protagonista de ellos'', puntualizó.

Pese a que su estatura de 1.76 metros no se compara con la de sus rivales que rebasan el 1.90, Chumacero atribuye que su estilo es muy rápido para asestar el toque y que el fogueo que ha tenido en Europa le ha inyectado más confianza para encarar el compromiso griego, porque está seguro que su madurez deportiva se reflejará en Pekín 2008.

De niño practicó el taekwondo en Puebla, pero como su madre Hilda Hernández había sido esgrimista, y él era un chico inquieto, lo inscribió en un club y poco a poco comenzó a destacar en las categorías infantiles, juveniles, cadetes y la selección mayor por espacio de 10 años.

Edgar reconoce que de no haber sido por el apoyo económico de su familia y de las autoridades deportivas poblanas no habría logrado el sueño olímpico que por momentos pensó que no culminaría, ya que fue de los últimos deportistas que aprobó la comisión tripartita para integrarse a la delegación.

El esgrimista viajará el fin de semana rumbo al Grand Prix de Cuba y en julio participará en las Copas del Mundo de Venezuela e Irán.