UNA
ECONOMIA SIN ATRACTIVO |
14 de junio de 2004 | |
Banco de México, Informe Anual 2003, página 23. Georgina Howard México ha dejado de ser territorio
apetitoso para los
capitales extranjeros, fundamentalmente porque desde hace una
década viene perdiendo competitividad. Prefirió quedarse
con el enfoque maquilador y de mano de obra barata, confiado en que su
cercanía con Estados Unidos y los acuerdos comerciales firmados
con una veintena de países, era condición suficiente para
garantizar la permanencia de los flujos de capital del exterior. La disminución más importante se observó en Brasil y México, donde la caída anual es de 15 por ciento. El organismo hace ver que la disminución de recursos externos a Brasil fue de 10 mil 100 millones de dólares, 43 por ciento menos que en 2002. En el caso de México dejaron de recibirse 10 mil 700 millones de dólares. A juicio del Banco de México (BdeM), el reducido crecimiento de la economía nacional debe analizarse a la luz de dos fenómenos que se han manifestado en los últimos años. Por un lado, la economía ha venido perdiendo competitividad en un mundo globalizado, como demuestra la menor participación de las exportaciones nacionales en el mercado estadunidense. Esto significa que, mientras otros países se han insertado de modo vigoroso en los mercados mundiales, la modernización de la economía mexicana se ha rezagado en cuanto a aumento de la productividad. Altos funcionarios del banco central reconocen incluso que las manufactureras continúan tratando de ubicarse en los segmentos más rentables a escala internacional para vender su producción. Pero, mientras, este tipo de actividades se desplazan de las economías con costos laborales más altos y cuellos de botella en sectores fundamentales para la productividad, hacia aquellas con menores costos de mano de obra y un marco económico más competitivo y flexible. De hecho, la producción manufacturera en sectores como textiles y electrónicos ha emigrado hacia las economías emergentes con mayor competitividad, especialmente China, Indonesia, Sudcorea e India, contrayendo el rendimiento de los proyectos de inversión en México. Hoy, advierte la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, los países que se pelean por atraer los recursos foráneos de inversión y que se han convertido en sus principales destinos son China, India, Turquía, Brasil, Costa Rica, El Salvador, Polonia y República Checa. Estos dos últimos países han consolidado su posición como receptores entre las naciones de la Unión Europea, ampliada recientemente. Además, sostiene Gerardo Mancilla, director asociado de la firma Consultores Internacionales, esos países han hecho "apuestas" o planes a largo plazo y desarrollado un nicho específico con esquemas activos de promoción, que no hizo México. En China, como revela el programa de inversión oficial del Ministerio de Economía, tiene un proyecto de desarrollo económico e industrial a 40 años y ha ido marchando hacia ese objetivo. Hoy, China cuenta ya con una industria de bienes de capital, mano de obra calificada, zonas libres de comercio y ha acrecentado su inversión en infraestructura; India se ha consolidado en el mercado del software; Turquía va a la cabeza en la industria textil, y Sudcorea en tecnología. Para poder materializar y consolidar el potencial de la economía mexicana, y según señalamientos del Banco Nacional de Comercio Exterior, es necesario acrecentar la capacidad de competir, haciéndola más eficiente y flexible, a fin de que pueda adaptarse a las condiciones de un mundo en constante transformación. Para lograrlo, el BdeM recomienda invertir más en infraestructura y capital humano, así como en extender la red de protección social, estimular la productividad y la eficiencia del sector energético, ofreciéndole un marco jurídico idóneo, robustecer el estado de derecho, consolidar la estabilidad económica y contar con mercados más ágiles, con mayor competencia y funcionamiento eficaz. Recientemente, el secretario de Economía, Fernando Canales, anunció con bombo y platillo que se captaron en el primer trimestre del año recursos por 7 mil 424.8 millones de dólares de inversión extrajera, casi el triple de lo registrado en igual periodo del año pasado. "Medias verdades", opinan los analistas, porque de ese monto -180 por ciento mayor al reportado en los tres primeros meses de 2003- poco más de 4 mil millones de dólares correspondieron a la compra que hizo el español Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) por las acciones remanentes de Bancomer, es decir, una transferencia de propiedad. Cabe recordar que el gigante español concluyó en marzo la compra del 38.42 por ciento adicional de BBVA-Bancomer, con lo que concentró 98 por ciento su participación en el mayor banco en México. Según una encuesta elaborada por el gobierno, entre 405 empresas se espera una inversión extranjera directa de 15 mil 592 millones de dólares en 2004. La nueva expectativa, enarbolada ya por el Ejecutivo federal, modifica una estimación de principios de año en que se esperaba captar entre 12 mil y 14 mil millones de dólares este año. La inversión extranjera directa en México durante 2003 alcanzó 10 mil 731.4 millones de dólares, 25.7 por ciento menos que en 2002, cuando sumó 14 mil 435.3 millones. Todas las naciones que hoy están ganado terreno al mercado mexicano, ya tienen acuerdos comerciales y un amplio desarrollo de su infraestructura y han invertido en sectores como comunicaciones y transportes. Mientras, México parece que se duerme en sus laureles y pierde ventajas competitivas rápidamente. Pero el presidente Vicente Fox insiste ante inversionistas que las empresas que operan aquí se han beneficiado de la cercanía con Estados Unidos y de la estabilidad macroeconómica. Incluso anticipó que se esperan inversiones adicionales de los 10 países que se acaban de sumar la Unión Europea. Lo cierto es que Francia, Gran Bretaña y Alemania hoy tienen nuevos socios que ofrecen nuevas ventajas, preferencias e incentivos a las inversiones y al comercio, que tenderán a mantener los capitales en la región europea. Por el lado de las relaciones económicas entre Estados Unidas y China se advierte menor capacidad de captación de inversión extranjera para México. China recibe abundantes corrientes de capital y abastece cada vez mayores proporciones del mercado estadunidense. Esta tendencia continuará y con ella el desplazamiento de competidores. En tanto, el país parece estar en un atascamiento, porque el grueso de la inversión extranjera directa es para producir bienes exportables a Estados Unidos y por empresas de ese país, y no para la creación de una plataforma industrial pensada a largo plazo y que se vincule de modo virtuoso con un mercado interno fuerte y más dinámico. Se sigue importando un valor muy grande de distintos tipos de bienes y servicios que se usan como componentes de la producción y, especialmente de las exportaciones. Con ello se reducen las opciones que pudieron abrirse con la ubicación geográfica y la "diplomacia comercial" que ha rendido muy pocos frutos a México. Habría que agregar, según destaca el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, que México tiene un sistema fiscal rígido, una estructura laboral poco flexible, un desarrollo inadecuado de la infraestructura física, como ocurre con los puertos y las carreteras, o con el conjunto del sector energético, así como una banca que preferentemente presta para el consumo y no para la inversión productiva de las empresas. De acuerdo con distintos analistas, las reformas estructurales -como las que se discuten desde hace ya muchos años en el país- son necesarias, pero de ninguna manera solución mágica para restablecer las condiciones del crecimiento sostenido del producto. Para eso se requiere una visión más amplia de la política económica y del horizonte temporal que exige el desarrollo del país§ Editora de El Diario DF |