ASTILLERO

Julio Hernández López

Verano caliente

Bush y la relección, pasando por Cuba
Fox y el oportuno enfriamiento diplomático

ENTRE MAS FRIA sea la relación de México con Cuba, más estará siendo ayudado George W. Bush en el diseño del verano caliente que prepara contra el gobierno de la isla. Necesitado de un golpe publicitario que le permita remontar las pérdidas en materia de popularidad que se han derivado de la comprobación de su locura belicista contra Irak, el jefe de la Casa Blanca voltea hacia Fidel Castro como blanco necesario para su tambaleante campaña por la relección. Actuar contra el presidente cubano le permitiría al vaquero de Texas reactivar el patrioterismo estadunidense y, en especial, reafirmar el apoyo electoral clave de la comunidad cubana residente en Florida, justamente donde hace casi cuatro años se decidió de manera turbia la victoria de Bush hijo (hijo de su papá, es decir, junior, no otro mexicanísimo sentido tendría el uso de esta fórmula de presentación onomástica escogida por este tecleador jijo).

EL CANDIDATO BUSH pretende conjuntar factores que lleven a la población cubana a una irritación extrema. Por un lado, las nuevas medidas de represión económica anunciadas por Washington (y que se iniciarán el próximo 30), que entre otras cosas contemplan sólo un permiso de viaje a la isla cada tres años a cubanos residentes en Estados Unidos, restricción del monto de remesas a familiares directos y marcaje intimidatorio a empresas extranjeras que hagan negocios en Cuba, lo cual ha obligado al establecimiento de un nuevo periodo "especial" de restricciones extremas a los cubanos. Por otro, el mayor financiamiento a la disidencia interna, tanto en apoyo económico como en difusión de señales informativas externas hasta ahora obstruidas en Cuba. Y, desde luego, el intento de desmantelamiento de áreas naturales de solidaridad con la isla, como por ejemplo México, de tal manera que a los cubanos parezca que el fin del régimen castrista es inevitable. La suma de esos ingredientes debería provocar, según la visión de la Casa Blanca, tal desazón y desesperanza en Cuba que el terrible calor venidero les llevara a intentar salidas desesperadas rumbo a Miami, las suficientes para que Estados Unidos sienta amenazada su seguridad nacional y encuentre motivos para enfrascarse en una nueva empresa bélica de "liberación" largamente pospuesta.

OTRO DE LOS PLANES de la administración Bush fue ayer develado por el propio Castro durante una masiva manifestación de protesta realizada en La Habana, al advertir a los políticos y empresarios gringos que tienen el poder que "no intenten aventuras locas, como operaciones quirúrgicas o guerras de desgaste con el empleo de técnicas sofisticadas, porque los acontecimientos se les pueden escapar de las manos". Los cubanos creen que la Casa Blanca se esmera en encontrar la ocasión propicia para lanzar un ataque contra Castro de los llamados "quirúrgicos", al estilo que los militares israelíes han usado para asesinar dirigentes palestinos.

EN ESE CONTEXTO, LA tardanza del gobierno foxista en restaurar relaciones diplomáticas plenas con Cuba es una forma de ayudar al plan general de ataque de Bush. Luis Ernesto Derbez hubiera querido que fuese muchos meses más tarde la reunión con Felipe Pérez Roque, en la que se deberán fijar fechas para la reinstalación de embajadores, pues lo que menos desea Tlatelolco es obstruir los proyectos militares bushistas rumbo a la presunta relección en noviembre de este año. De hecho, pareciera que la cancillería mexicana tratará de seguir dando largas a la normalización diplomática entre las dos naciones durante la visita a la capital cubana programada para el 18 del mes venidero. Un buen motivo para la demora sería la pretensión mexicana de que Cuba nombre un nuevo embajador en México, mientras el gobierno castrista exige que sea justamente Jorge Bolaños, el diplomático virtualmente expulsado por el gobierno de Fox, quien vuelva a ocupar la embajada en el Distrito Federal. Las trabas en Tlatelolco podrían ser superables, sin embargo, pues la normatividad diplomática ofrece resquicios honorables para permitir sin desdoro a los dos países reinstalar a sus embajadores. El problema más fuerte estaría en la Secretaría de Gobernación, donde Santiago Creel no encuentra la manera de justificar que vuelvan a sus escritorios los diplomáticos cubanos echados del país por presuntas actividades dañinas para la seguridad nacional. El caso más difícil sería el del consejero político Orlando Silva, contra quien se aplicó un criterio directo de expulsión inmediata, sin el disfraz parchado de darle cierto número de horas para que abandonara el país, como sucedió con el embajador Bolaños.

FOX, CREEL Y DERBEZ deberían encontrar pronto una manera de zanjar sus diferencias internas y presentar una propuesta viable de reinstalación de embajadores. Esa buena disposición ayudaría a disipar la idea de que la tardanza en formalizar un rencuentro anunciado se debiera a crecientes presiones gringas (como las redadas de mexicanos indocumentados en California). Y, además, mucho le ayudaría al gobierno foxista salvarse de comprobar que el gobierno cubano está decidido a responder con energía a las pretensiones de posponer la normalización diplomática hasta después del noviembre electoral estadunidense, cuando ya se hubiera intentado el verano caliente isleño.

ASTILLAS: EL GOBERNADOR DE SAN Luis Potosí, Marcelo de los Santos, determinó que corresponde a los trabajadores de La Jornada San Luis investigar quiénes secuestraron la edición del pasado viernes 17, en la que se denunciaba una maniobra gubernamental para favorecer a una empresa minera canadiense. De los Santos exhortó a los jornaleros potosinos a caer en el laberinto de la burocracia controlada por él: primero, acudir a la Procuraduría de Justicia estatal a denunciar la compra masiva de ejemplares organizada por el secretario general de ese gobierno panista, para que luego el procurador dependiente del gobernador informe que no es cierto que el secretario general trató de impedir que se conociera información indeseada por el gobierno de De los Santos. Eso sí, el citado mandatario panista anunció a los jornaleros potosinos que él ya había hecho una indagación interna cuyo resultado fue šla inocencia de su gobierno!

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