México D.F. Martes 22 de junio de 2004
José Blanco
Diversidad improductiva
Problemas graves se acumulan, surgen nuevos y las salidas satisfactorias no existen. Las polarizaciones políticas son absolutas y cada actor culpa a los demás de la parálisis nacional. Nadie puede asumir su parte de responsabilidad. Las acusaciones se multiplican en todos los niveles respecto a cientos de problemas, y cada uno manifiesta una seguridad total sobre sus propias convicciones y no está dispuesto a ceder en nada.
Fox culpa al Congreso y el Congreso culpa a Fox de la congelación de las llamadas reformas estructurales. Entre tanto la política se judicializa y las campañas presidenciales se ponen en marcha más que prematuramente, agregando elementos de trabazón a eventuales acuerdos entre los actores que lleven a alguna solución.
Las discordias penetran en el interior de los partidos, partiéndolos en docenas de posiciones distintas. La lucha por el poder se va volviendo una batalla campal dentro de los partidos y entre los partidos, y hasta candidatos ciudadanos tenemos para descalificar en bloque a todos los políticos.
Segmentos activos de la sociedad reprueban al gobierno. Muchos políticos reprueban a los medios y los señalan como espacios de confusión.
La operación gubernamental es un manicomio ineficaz. Hay de todo a la vez. Amplias áreas del gobierno central se ven llevadas a no operar, porque tienen encima una absurda nueva santa inquisición burocrática que amenaza con inhabilitar a mandos medios si no se apegan a la forma como la burocracia de la Secretaría de la Función Pública "interpreta" la normatividad operativa. Esta bendición se combina con las manías de Hacienda de no ministrar en tiempo los recursos que la operación exige, y así cuenta con un mecanismo burocrático de control adicional de la inflación, según el catecismo de Francisco Gil. Al final del ejercicio todos han incurrido en subejercicio presupuestal.
En el gobierno de la ciudad la operación es el otro extremo. La normatividad sirve exactamente para nada. Al día siguiente que López Obrador tomó posición dispuso de los dineros de cuanta área tuvo a mano para despojarla de los recursos de sus respectivos programas, a efecto de hacer su cochinito para comprar votos del futuro (las becas de los viejitos). La discrecionalidad en las decisiones llega al punto en que la Ley de Transparencia y de Acceso a la información del Distrito Federal fue creada por el tabasqueño para poner a buen recaudo lo que quiere mantener oculto. Si el PRD pierde el Distrito Federal, el siguiente gobierno va a sacar toneladas de basura ilegal de miles de clósets del gobierno actual.
El candidato que se propuso "sacar a los corruptos de Los Pinos" alcanzó el poder mediante un mecanismo irregular llamado Amigos de Fox, cuya segunda versión, corregida y aumentada, parece llamarse Fideicomiso Ilegal Transforma México, centro de una telaraña de "triangulaciones" presuntamente a favor de Marta Sahagún y sus inauditas aspiraciones de heredar la silla presidencial. Ojalá y la Auditoria Superior de la Federación y el Congreso de la Unión pongan en claro este tema y podamos confrontarlo con el discurso de la primera dama, según el cual "un demócrata actúa con transparencia". Tenemos que cargar, además, con dudas colosales sobre los contratos de servicios múltiples en Pemex. Y aún antes con un empecinamiento negado a oír argumentos de cualquier tipo sobre la apertura racional a la inversión en el sector energético. Aunque hasta China y Cuba la tengan.
La corrupción de los Amigos de Andrés Manuel, el tropical rayito de esperanza la convirtió exclusivamente en complot contra su "proyecto de nación". Tendremos un enfrentamiento permanente entre el gobierno federal y el gobierno del Distrito Federal. La protesta ciudadana por los robos y los secuestros en la ciudad de México, el tabasqueño la convirtió también en parte del complot (en estos arrebatos tropicales la embajadora española terminó convertida en mentirosa, según López Obrador).
Ahora pelearemos varias semanas por los contenidos de los programas de historia de la escuela secundaria, quizá el más abandonado tramo de la educación. No hallaremos modo ni vía para ponernos de acuerdo tampoco en este tema. Se acumulará a los problemas no atendidos ni resueltos.
Al ser derruida la presidencia omnipotente, emergió a la luz pública lo que ya estaba ahí: la diversidad social mexicana. Pero la diversidad como tal, una vez liberada de las ataduras corporativas, no resultó mérito ni valor alguno. La diversidad sirve para algo sólo si la riqueza, que ella misma supone, es capaz de ser sintetizada en acuerdos y soluciones. Estos nunca podrán ser iguales a los puntos de vista de ninguno de los actores. Todos tendrían que ceder, pero tendrían que hacerlo trabajando con seriedad, con conocimiento de causa, con información profunda. Nada de esto sabemos hacer, y la necedad, el crimen, la corrupción, el marasmo, el desorden y la miopía han sentado sus reales: es la diversidad improductiva.
|