México D.F. Martes 22 de junio de 2004
Pronostica que Bush pagará en las urnas
su alianza con grupos anticastristas
Fracasará "transición" que EU quiere
imponer a Cuba: Castro
Medida "despiadada e inhumana", restringir el envío
de remesas y viajes a la isla, sostiene
Denuncia que Washington "está proclamando" intervenir
militarmente en el país caribeño
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La
Habana, 21 de junio. Fidel Castro evocó hoy su propia muerte
para asegurar que, incluso en ese caso, está garantizada la sucesión
en el mando y la permanencia del sistema político en Cuba, por lo
cual vaticinó el fracaso del plan de "transición" anunciado
por el presidente George W. Bush el mes pasado.
Ante 200 mil personas, según medios oficiales,
el mandatario cubano también pronosticó que la alianza con
la derecha anticastrista de Florida puede costarle las elecciones a Bush,
y recordó, sin mencionarlo, que tiene un sucesor legal, su hermano
menor y ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, Raúl Castro.
"En las condiciones actuales de Cuba, ante una invasión
al país, mi ausencia física, por causas naturales o de otra
índole, no hará el menor daño a nuestra capacidad
de lucha y resistencia", dijo Castro, de 77 años de edad.
"En cada jefe político y militar de cualquier nivel,
en cada soldado, hay un comandante en jefe potencial que sabe lo que debe
hacer, y en determinada situación cada hombre puede llegar a ser
su propio comandante en jefe", agregó el líder cubano.
"Ustedes no podrán disponer de un día, una
hora, un minuto ni un segundo para impedir que la conducción política
y militar del país sea asumida de inmediato", expresó Castro
en un discurso en tono de mensaje personal a Bush. "Las órdenes
de lo que debe hacerse están dadas de antemano."
Castro habló en la Tribuna Antimperialista José
Martí, frente a la Sección de Intereses (oficina diplomática)
de Estados Unidos. Lo acompañaron ministros y miembros del Consejo
de Estado y del Buró Político del Partido Comunista de Cuba
(PCC), aunque estuvieron ausentes Raúl Castro, cuya presencia en
actos públicos rara vez coincide con la del jefe de Estado y el
vicepresidente Carlos Lage, quien viajó a Mozambique a la sexta
Cumbre del Grupo Africa, Caribe y Pacífico (ACP).
Con su habitual uniforme militar, el presidente de Cuba
llamó "Segunda epístola" su discurso, en alusión a
que es un mensaje a Bush que sigue al primero, leído en el mismo
lugar el pasado 14 de mayo.
El líder cubano ya se ha referido antes a las claves
de su propia sucesión, pero el argumento adquirió un nuevo
alcance al replicar al concepto central del plan estadunidense, proclamado
el 6 de mayo: "Socavar las tácticas de supervivencia del régimen
castrista y fomentar situaciones que ayuden al pueblo cubano a acelerar
el fin de la dictadura".
El
plan de Washington, que entrará en vigor el 30 de junio, incluye
explícitamente el objetivo de impedir el traspaso del poder de Fidel
Castro a su hermano menor, pero no precisa la forma en que Estados Unidos
estaría dispuesto a lograrlo.
El mandatario cubano salió al paso de esa tesis,
reprochando a Bush un "propósito de imponer por la fuerza lo que
califican de transición política en Cuba, si ostentando mi
actual cargo se produce mi muerte; transición que, por supuesto,
no vacilan en confesar tratarían de acelerar lo más posible".
En alusión a un eventual atentado, Castro abundó
en la réplica a Bush: "Usted sabe muy bien lo que en el lenguaje
mafioso eso significa.
"La idea es impedir después a toda costa, en cualquier
circunstancia, que una nueva dirección política y administrativa
se hiciera cargo de la conducción de nuestro país, ignorando
en absoluto la Constitución cubana, las facultades de la Asamblea
Nacional y de la dirección de nuestro partido, y las funciones que
la ley fundamental y las más altas instituciones del pueblo han
concedido, como en todas partes del mundo, a los que tienen las responsabilidades
pertinentes para asumir de inmediato esa tarea", señaló Castro.
En esa forma aludió al papel institucional de Raúl
Castro, quien tiene facultades constitucionales para asumir la jefatura
de Estado y de gobierno en caso de ausencia, enfermedad o muerte del titular,
el propio Fidel Castro.
Como
segundo secretario del Comité Central, Raúl es también
el sucesor automático de su hermano mayor en la jefatura del PCC;
como único general de Ejército del país, es asimismo
el jefe militar de más alta graduación, sólo debajo
de Fidel Castro, cuyo rango es el histórico de comandante en jefe.
Para torcer esos mecanismos se requiere enviar "tropas
a ocupar puntos clave del país", aseveró el mandatario cubano
en su discurso, por lo cual Estados Unidos "está proclamando el
propósito de intervenir militarmente en nuestra patria".
Pero Castro recordó que en 45 años Estados
Unidos no ha logrado socavar al gobierno
cubano, y advirtió que una incursión militar
o una operación quirúrgica en la isla pueden desencadenar
un éxodo "que no estamos en condiciones de impedir", así
como una "guerra total".
En implícita referencia a Irak, Castro expresó
que en Cuba no hay divisiones étnicas o religiosas o generales traidores.
"Usted no se va a llenar de gloria con una acción militar contra
Cuba."
El mandatario dijo que los círculos del anticastrismo
en Florida "están cada vez más desprestigiados y son cada
vez menos influyentes", por lo que sus votos, que representaron el triunfo
del actual jefe de la Casa Blanca en los comicios de 2000, "pueden ser
decisivos a la inversa en las próximas elecciones".
"El pueblo estadunidense está ya aburrido de la
bochornosa influencia que esos grupos ejercen sobre la política
exterior e interior de un país tan importante. La dependencia suya
de esos grupos terminará restándole muchos votos, y no sólo
en la Florida sino en todo el país", agregó Castro. "No pocos
estadunidenses de origen cubano están pensando ya en promover un
voto de castigo."
Castro consideró otra parte del plan de Washington,
las restricciones a los viajes y remesas familiares de los cubanos emigrados
a la isla, como medidas "despiadadas e inhumanas" y de "crueldad incalificable".
También calificó de "vil calumnia" la reciente
inclusión de Cuba en los listados del Departamento de Estado sobre
países que toleran el tráfico de personas y el turismo sexual,
y retó a Bush a permitir que 3 mil estadunidenses pobres, tantos
como los muertos en las Torres Gemelas, sean autorizados a viajar a la
isla para recibir atención médica gratuita.
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