México D.F. Martes 22 de junio de 2004
Ordenan no demoler la cárcel; familia
de rehén pide a Seúl cancelar misión a Irak
Interrogarán a altos mandos militares de EU
sobre torturas en Abu Ghraib
En la ciudad sunita de Ramadi hallan cadáveres
de cuatro soldados estadunidenses
PATRICK COCKBURN THE INDEPENDENT
Bagdad, 21 de junio. La familia de un sudcoreano
amenazado de ejecución rogó esta noche a su gobierno reconsiderar
el plan de enviar 3 mil soldados al país árabe, al vencer
el plazo impuesto por sus captores.
Militantes
musulmanes en Irak dijeron que decapitarían la noche de este lunes
al traductor sudcoreano Kim Sun-il, de 33 años de edad, a menos
que Seúl diera un giro de 180 grados a su política.
Un video mostrado por el canal de televisión árabe
Al Jazeera mostró a Kim rogando por su vida. Una manta en el fondo
identificaba a sus captores como Jama'at al-Tawhid y Jihad, grupo encabezado
por el jordano Abu Musab al-Zarqawi, a quien se atribuyen vínculos
con Al Qaeda.
"Por favor salgan de aquí", implora Kim, en referencia
a los soldados sudcoreanos que ya están en Irak. "No quiero morir."
Kim, hablante de árabe y cristiano evangélico
que durante un año ha trabajado de traductor en una empresa en Irak
que fabrica artículos para el ejército estadunidense, fue
capturado en Fallujah el 17 de junio, un día antes de que Seúl
anunciara su plan de enviar tropas.
"Les pedimos retirar sus fuerzas de nuestra tierra y no
enviar ningún soldado más, y si no, les enviaremos la cabeza
de este coreano", advierte uno de los hombres armados y enmascarados que
rodean al aterrado sudcoreano en el video exhibido la noche del domingo.
El grupo señaló que Seúl tenía
24 horas para cumplir. La noche de este lunes el destino del traductor
permanecía en la incertidumbre.
Entre tanto, el juez militar encargado de procesar a los
guardias de la prisión estadunidense de Abu Ghraib acusados de abusar
de prisioneros ha declarado a la cárcel lugar del crimen y ordenado
que no sea demolida. El mes pasado el presidente George W. Bush dio a entender
que la prisión sería derribada y que se construiría
otra en su lugar.
Durante una audiencia previa al juicio de tres hombres
acusados de abusar de prisioneros, el juez estuvo de acuerdo en que se
debe permitir a sus defensores interrogar a generales del más alto
nivel.
En el curso de la audiencia, realizada en Bagdad, el juez,
coronel James Pohl, se negó a llevar el proceso de los tres soldados
-el cabo Charles Graner, el sargento Javal Davis y el sargento Ivan Frederick-
fuera de Irak. El juez pospuso el proceso de uno de los acusados hasta
el 23 de julio porque su abogado no se presentó, aduciendo la dificultad
y peligro de llegar a Bagdad.
La audiencia previa comenzó este lunes en el fuertemente
resguardado Centro de Convenciones de la Zona Verde de Bagdad, donde las
autoridades de ocupación tienen su sede. Se tiene la esperanza de
que los iraquíes queden impresionados de que se lleve a los culpables
ante la justicia, aunque las encuestas muestran que la mayoría de
la gente en Irak considera que los métodos empleados en Abu Ghraib
son típicos de la conducta de los soldados estadunidenses en este
país.
Asimismo,
este domingo se volvieron evidentes las líneas principales de la
defensa. Se refieren a que los guardias obedecieron órdenes de ablandar
a los prisioneros antes del interrogatorio, y que sus actos fueron autorizados
al más alto nivel.
Paul Bergrin, abogado del sargento David, dijo a los reporteros
durante un receso que los soldados de menor rango en la prisión
habían trabajado bajo intensa presión de los comandantes
y de la CIA, y que utilizaron "métodos israelíes", entre
ellos la desnudez, los cuales se cree que resultan efectivos contra prisioneros
árabes.
Los tres son parte de un grupo de siete militares acusados
de abusar de prisioneros. Uno de ellos, el cabo Jeremy Sivits, fue condenado
a un año de prisión en mayo, después de declararse
culpable. "Abu Ghraib era el infierno, era algo salido de una película
de horror", declaró. El cabo Sivits relató cómo Graner
obligaba a los prisioneros a desnudarse y se mofaba de ellos. "Le dio un
puñetazo tan fuerte en la frente a un detenido, que lo dejó
inconsciente", narró.
La publicación de las fotografías de prisioneros
iraquíes sometidos a humillación sexual y abuso por custodios
de la prisión que sonreían, con evidente orgullo de sus actos,
fue un golpe directo a la ocupación estadunidense de Irak, ya bastante
dañada por el fracaso en hallar armas de destrucción masiva,
la resistencia generalizada y el creciente número de bajas entre
sus fuerzas. Esas imágenes destruyeron la afirmación de que,
por muchas cosas que hubieran resultado mal, ya no se torturaba a iraquíes
en prisiones como Abu Ghraib.
La defensa más clara de los custodios es que eran
sólo una pequeña parte de una tendencia general hacia el
uso de la tortura por militares estadunidenses. "No podemos tener soldados
cuestionando órdenes en zona de guerra", señaló Guy
Womack, abogado del cabo Graner. Agregó que había una buena
probabilidad de que intente someter a interrogatorio al secretario de la
Defensa, Donald Rumsfeld.
Los abogados de la defensa pudieron obtener permiso para
interrogar al más alto jefe militar en Irak, el teniente general
Ricardo Sánchez, y al general John Abizaid, jefe del comando central
estadunidense. Bergrin señaló que les gustaría "tener
una entrevista con el presidente Bush, porque sabemos con certeza que él
cambió las reglas de compromiso para obtener información
de inteligencia".
La audiencia para el sargento Ivan Chip Frederick se pospuso
hasta el 23 de julio porque su abogado no llegó, y su intento de
representar a su defendido por teléfono fue rechazado por el juez.
Al sargento Frederick se le acusa de forzar a prisioneros
a masturbarse, obligarlos a formar una pirámide humana y decir a
un hombre encapuchado que quedaría electrocutado por unos cables
que llevaba sujetos a las manos si se caía de una caja.
La audiencia de este lunes sólo se refirió
a tecnicismos previos al juicio, el cual se llevará a cabo más
adelante en este año. La audiencia de la soldado Lynndie England,
que aparece en algunas de las fotografías más notorias, se
realizará este martes en Fort Bragg, Carolina del Norte, donde está
su base.
Uno de los efectos más dañinos del escándalo
de la prisión de Abu Ghraib para la Casa Blanca es que parece haber
marcado el fin de la autocensura de los medios estadunidenses, que durante
mucho tiempo tuvieron miedo de ser acusados de falta de patriotismo.
Lejos de la audiencia, la guerra en Irak continuó
este lunes, cuando se hallaron los cuerpos de cuatro soldados estadunidenses
en Ramadi, ciudad musulmana sunita a unos 110 kilómetros al oeste
de Bagdad. No está claro cómo murieron, pues los militares
de ese país rara vez se mueven en esta peligrosa región de
Irak, salvo en unidades mayores. Un video entregado a la agencia Ap mostraba
a los cuatro hombres aún en uniforme, muertos.
La única buena noticia que trajo este lunes a Estados
Unidos y al gobierno interino iraquí fue que la exportación
de petróleo se reanudó con alrededor de un millón
de barriles por día, bombeados después de que se reparó
un oleoducto que había sido objeto de sabotaje.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya
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