México D.F. Martes 22 de junio de 2004
Vicente Francisco Torres presenta Muertos de papel
Recorrido en un libro por la novela negra mexicana
''Hay un desdén hacia la literatura policiaca'', deplora
FABIOLA PALAPA QUIJAS
El enigma y el delito, características de la narrativa policiaca, ocuparon el interés de escritores como Vicente Leñero, Jorge Ibargüengoitia, Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, quienes publicaron libros de ese género.
Muertos de papel. Un paseo por la narrativa policial mexicana, volumen de Vicente Francisco Torres Medina, crítico literario y profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Azcapotzalco, ofrece una visión completa de lo publicado en el país y de la influencia de la llamada novela negra en nuestra literatura.
La literatura policial se arraiga en Latinoamérica a finales de los años 20 gracias a las traducciones de novelas inglesas y francesas. ''En México hubo un auge de la narrativa policiaca en los años 40, cuando se publicaba la revista Selecciones Policiacas y de Misterio, la cual dio a conocer entre otros autores a Rafael Bernal, María Elvira Bermúdez, José Martínez de la Vega y Antonio Helú", señaló Torres.
Búsqueda de la justicia
Vicente Torres comentó que "la editorial Plaza y Valdés, en los años 80, lanzó un concurso de novela policiaca y a raíz de la convocatoria surgieron nuevos escritores y en esta época se descubre a Rafael Bernal, aunque El complot mongol apareció en 1969".
En la novela policiaca existe una variante, la novela negra, que se dedica a mostrar cómo en la sociedad no hay justicia e impera la corrupción. Presenta un mundo corrupto en el que los políticos y las personas adineradas corrompen todo, por eso la novela policiaca negra es vigente, es como el reflejo de lo que sucede en nuestros días, explicó el autor.
''Los escritores policiacos en las narraciones buscan justicia; ése es uno de los rasgos del género, en ellas encontramos muchos personajes idealistas como los detectives y periodistas, figuras típicas de la novela que intentan el restablecimiento de un orden."
La novela policial armonizó las exigencias intelectuales que heredó el siglo XVIII, el siglo de las luces, la edad de la razón con el interés por lo misterioso y por los seres que viven fuera de la ley.
A decir de Torres Medina, una gran novela policiaca se distingue de las del montón por la forma y el trabajo del idioma, pero sobre todo por el planteamiento de la condición humana, lo que caracteriza a las novelas notables en esa vertiente.
Abundó: ''Aunque no sólo es un problema de condición humana, como es el caso de Ensayo de un crimen (1944) de Rodolfo Usigli, sino que puede ser un señalamiento social como son los que encontramos en El complot mongol, de Rafael Bernal o en las más recientes novelas de Paco Ignacio Taibo II".
Para el autor de El cuento policial mexicano (1982) ''hay un desdén hacia la literatura policiaca, porque se considera como un género comercial que apela a los más bajos instintos, al crimen; en realidad es una literatura de evasión al igual que toda novelística, porque te sumerge en un mundo que no es tuyo".
Muertos de papel.., editado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, se presentará el próximo jueves a las 19 horas en la Casa Refugio Citlaltépetl (Citlaltépetl 25, colonia Hipódromo Condesa).
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