México D.F. Domingo 27 de junio de 2004
"Tomadura de pelo" basarse en cifras del IMSS
para reportar incremento del empleo
Muy bajo, el crecimiento per cápita en los pasados
tres años, afirma académico
Ello sólo es válido en economías
avanzadas; el número real de pobres no se ha reducido
FABIOLA MARTINEZ
En los pasados tres años, la tasa de crecimiento
per cápita (producción y riqueza por cada individuo) reportó
un avance de 0.8 por ciento, "uno de los más bajos en la historia
de México", advirtió el investigador Carlos Salas, doctor
en economía.
Al hacer un análisis de la evolución del
empleo, indicó que los 208 mil nuevos puestos registrados en el
Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) -del primero de enero a la
segunda quincena de este mes- de ninguna manera constituyen un termómetro
válido para medir el desarrollo de la economía. Y es que
en nuestro país -explica- cada año se generan cerca de 1.2
millones de puestos, de los cuales 52 por ciento son en micronegocios (o
changarros), que subsisten mayoritariamente en condición
precaria.
De ahí se desprende que la reducción del
número de pobres reportada en la estadística oficial ha sido
posible sólo por el aumento de transferencias del sector público
(mediante programas asistenciales) y las remesas de migrantes, la segunda
fuente de divisas del país, sólo después de las ventas
de petróleo.
Salas, investigador de la Universidad Autónoma
Metropolitana, detalla en un estudio que el crecimiento per cápita
fue en los años 60 de 4 por ciento; en la década siguiente,
3.5, y en los 80 se ubicó en 0.1 por ciento.
A
partir de la apertura comercial y tras la firma del Tratado de Libre Comercio
de América del Norte (TLCAN) este indicador subió a 1.6 por
ciento, y en lo que va de la presente década descendió a
0.8 por ciento.
Con base en información oficial y estudios propios,
precisó que el rango de empleados urbanos ocupados en micronegocios
(hasta cinco trabajadores) fue, en 1990, de 40.3 por ciento de la población
económicamente activa (PEA) y el año pasado había
crecido cuatro puntos, nivel sólo comparable al 44.4 y 44.5 por
ciento registrado en el periodo de crisis de 1994-1995.
En entrevista, el también integrante del Instituto
de Estudios del Trabajo señala que el contexto referido es "una
expresión muy clara del problema del modelo económico actual:
alta dependencia de las exportaciones y un mercado interno abandonado".
-¿Es posible hablar de una recuperación
real del empleo a partir de la evolución de registros de empleo
en el IMSS?
-Existe una serie de problemas mezclados. En principio,
es falsa la idea de que en el país no se generan puestos de trabajo,
en un año se crean alrededor de un millón de empleos; ahora,
la pregunta es: ¿qué tipo de empleos son? Aproximadamente
52 por ciento, es decir, entre 600 y 700 mil puestos, se crean en micronegocios:
lugares de muy baja productividad, inestables y con bajos ingresos para
los trabajadores. Entonces, afirmar que vamos avanzando porque se reportan
208 mil registros en el IMSS -en lo que va del año- es una tomadura
de pelo.
-Sin embargo, las estadísticas del IMSS son presentadas
como el termómetro base del avance del empleo en el país.
-Esa es una visión miope por conveniencia, porque
el gobierno cuenta con los instrumentos para precisar la calidad de los
empleos que existen en el país, en particular los del sector informal.
Obviamente esa información no la difunden, porque ahí se
pondría en evidencia la forma en que subsisten millones de mexicanos,
sin seguridad social, sin prestaciones. Estoy hablando de quienes ejercen
oficios, actividades artesanales, las señoras que cosen en su casa,
vendedores ambulantes, aquellos que hacen reparaciones de todo tipo, el
profesionista autónomo, el consultor, el taxista, los propietarios
de misceláneas, de restaurantes pequeños, etcétera.
Es por ello que la tasa de desempleo abierto (TDA) representa ahora sólo
3.4 por ciento de la PEA.
-¿Descalificaría también el desarrollo
de la TDA como indicador real de la evolución de la economía?
-El nivel de desempleo es un termómetro adecuado
en las economías avanzadas, donde el trabajo asalariado abarca,
por ejemplo, a 90 por ciento de la población, situación que
no ocurre en México.
-¿A qué se refiere cuando destaca la situación
de "abandono" del mercado interno?
-La producción para el consumo nacional está
abatida. Uno de los factores que ha propiciado esa situación es
el contrabando, problemática en la que el gobierno federal, el Estado,
tiene una clara responsabilidad. Otra de las causas es la indiscriminada
apertura comercial que ocurre desde finales de la década de los
80, donde las pequeñas empresas se quedaron en la raya, sólo
con su pequeño mercado local, endeble, pobre, sin poder adquisitivo.
-¿Pero justo en este periodo se reporta una disminución
del número de pobres en territorio nacional?
-Si se estudia qué fue lo que pasó, se aprecia
que en los grupos más pobres (por sus ingresos totales monetarios)
aumentó el porcentaje de transferencia (de recursos provenientes
del exterior) y se mantuvo relativamente constante el nivel de ingresos
que obtuvieron por su trabajo, esto quiere decir que no mejoró mucho
su condición como trabajadores, pero los fondos que vienen del exterior
(vía remesas) o programas focalizados del gobierno representan ahora
una proporción más grande dentro de su ingreso. Esto es una
tragedia, porque se está creando un grupo social que no depende
de su trabajo sino de la beneficencia pública o privada.
-Los funcionarios del gobierno actual insisten en que
no debe despreciarse el esquema de changarros, porque de ahí
pueden surgir las grandes empresas del mañana. ¿Qué
opina de ese argumento?
-Eso es lo mismo a decir que de pronto aparecerá
un genio de las matemáticas en una colonia pobre de Chalco: la posibilidad
de que eso ocurra es tan remota que se convierte en un asunto de fe más
que de razón. La industria nacional no está siendo reactivada.
-¿Aprecia signos de recuperación de la industria,
en el corto plazo?
-No, por el contrario. El TLCAN, que suponía grandes
beneficios, ya dio lo que tenía que dar. Imagine que, por algún
mecansimo mágico, hoy se acabaran los pobres. Sin embargo, el modelo
económico vigente es tan cruel que en cinco años tendríamos
el mismo número de pobres, sencillamente porque el modelo se alimenta
a sí mismo, pensado en que el encadenamiento de la industria de
exportación va a jalar al resto de las economía. En realidad,
tenemos dos economías: una de primer piso, y otra subterránea,
que es la que da sustento a una gran parte de la población, pero
que definitivamente no sacará a la gente de la pobreza.
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