México D.F. Domingo 27 de junio de 2004
La entrada de estos flujos hace que los gobiernos
ignoren las fallas de sus políticas, advierte
El aumento de las remesas puede frenar crecimiento
de países: FMI
El organismo afirma en un estudio que es poco probable
que estos recursos puedan usarse para impulsar el desarrollo económico
Las divisas generan dependencia que inhibe el bienestar familiar, concluye
ROBERTO GONZALEZ AMADOR
El creciente monto de las remesas, que en México
son la segunda fuente de divisas sólo después del petróleo,
genera estímulos negativos que "pueden reducir severamente" la actividad
económica, provocar una actitud complaciente de los gobiernos para
atacar problemas estructurales de la economía y minar la iniciativa
de los receptores de esos recursos, según un nuevo estudio difundido
esta semana por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
México es uno de los principales receptores de
remesas de trabajadores migrantes: en 2003 alcanzó la cifra histórica
de 13 mil 260 millones de dólares y sigue en aumento, de acuerdo
con datos del Banco de México. Los grandes bancos que operan en
el país están enfocando sus nuevos negocios a la gestión
de los dólares enviados desde Estados Unidos, mientras que en el
gobierno federal se afinan iniciativas para orientar el uso de esos recursos
al desarrollo de algunas regiones.
Sin embargo, un nuevo informe del FMI indicó que
las remesas "compensan a los receptores por los malos resultados económicos"
del país donde viven, pero al mismo tiempo crean incentivos negativos
que afectan el desempeño de la economía.
"El incentivo negativo creado por las remesas puede ser
lo suficientemente severo como para reducir la actividad económica",
indicó el reporte titulado ¿Son los flujos de remesas
una fuente de capital para el desarrollo?
Consecuencias del flujo de remesas
En
primer lugar, indica el reporte, los gobiernos pueden sucumbir a un estímulo
negativo generado por el flujo de remesas. "Las remesas significan una
fuente relevante de divisas para muchos países", como es el caso
de México. "En ausencia de esas remesas, es muy probable que el
tipo de cambio, y en consecuencia la política económica,
enfrentaría una gran presión, que sólo es mitigada
precisamente por esos recursos. Así que el gobierno puede incurrir
en la tentación de ignorar esos desequilibrios y dejar de tomar
costos políticos para resolverlos". Peor aún, añade,
los gobiernos pueden tratar de obtener beneficios políticos aunque
incurran en acciones económicamente irresponsables, con la expectativa
de que las remesas pueden aislar a la economía.
Un segundo aspecto que analiza el estudio del FMI es el
eventual uso de los flujos de remesas para financiar proyectos de desarrollo.
Este es uno de los temas que más ha tratado de impulsar el gobierno
del presidente Vicente Fox. Incluso, bajo la coordinación del Banco
del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi) existen varios proyectos
en marcha para dar a las remesas un destino diferente al de sólo
consumo.
"Las remesas, al menos hasta ahora, no parece que puedan
convertirse en una fuente significativa de capital para el desarrollo económico",
según el documento del FMI.
Al mismo tiempo, añade, no ha quedado claro que
este tipo de recursos puedan ser canalizados en el futuro hacia fines de
desarrollo. "Desafortunadamente, nuestros estudios indican que es sumamente
difícil llevar las remesas hacia este propósito".
Transformar los flujos de remesas en capital para el desarrollo
requiere cambiar la naturaleza de estos fondos, de un fin compensatorio
que tienen ahora, en inversiones. Esto implica que existan políticas
claras para convencer a los remitentes y a los receptores de los fondos
de que pueden obtener beneficios por invertir una parte del dinero para
fines productivos. "Esto es muy difícil, dadas las circunstancias
económicas de los hogares que reciben las remesas.
"En muchos de los casos, la persona que emigró
constituye la principal esperanza de la familia de obtener medios para
conseguir bienestar", plantea el documento. Si obtener dinero "es la principal
motivación al emigrar, entonces eso implica que las remesas serán
la principal fuente de ingreso de la familia y serán dedicadas principalmente
al consumo".
Añade que la dependencia de los recursos enviados
por el miembro de la familia que emigró puede, al mismo tiempo,
generar dependencia de los integrantes que se quedaron en el país.
"La dependencia de esas transferencias induce a los receptores
a usar las remesas como sustituto del ingreso derivado del trabajo, y también
los induce a tener menos iniciativa para generar recursos propios".
Según el estudio, los estímulos negativos
que pueden generar las remesas han sido ahora poco estudiados. Pero dado
que este tipo de flujo de recursos va en aumento, el FMI señala
la necesidad de incorporarlos al análisis sobre el efecto de las
remesas en las economías de los países en desarrollo.
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