México D.F. Domingo 27 de junio de 2004
Se ensancha la brecha salarial de género
en empleos que requieren alta escolaridad
Crece la participación de la mujer en la economía:
35.3%, según Conapo
Aún lejana la compatibilidad de las funciones
de madre o esposa con las de profesionista
NOTIMEX
La participación femenina en la actividad económica
es de 35.3 por ciento y se prevé que continúe en aumento,
según un diagnóstico del Consejo Nacional de Población
(Conapo).
El organismo indicó que la aportación de
las mujeres de más de 12 años a la economía ha ido
creciendo: de 17.6 por ciento en 1970 a 27.8 en 1980, 31.5 en 1991, 36.4
en 2000 y 35.3 en 2003.
De acuerdo con las proyecciones del Conapo, estos índices
continuarán en aumento, por lo que para 2005 habrá 15.2 millones
de mujeres en el mercado laboral, 17.2 millones en 2010 y cerca de 21 millones
en 2020.
Ello implica que al menos 39 por ciento de los más
de 900 mil empleos que deberán crearse anualmente en los próximos
10 años para absorber a los nuevos integrantes del mercado de trabajo
serán ocupados por mujeres.
El
organismo señaló, con relación a las cifras actuales,
que en 2003 la mayor participación en el mercado laboral se observaba
entre las mujeres separadas y divorciadas (63.5 y 69.6 por ciento, respectivamente),
las solteras (37.5); mientras que las casadas, viudas o en unión
libre tenían una tasa de alrededor de 31 puntos porcentuales.
El Conapo estableció que la participación
de las mujeres se asocia primordialmente con el trabajo asalariado, las
labores por cuenta propia y el empleo sin pago, pues el año pasado
los porcentajes de mujeres en esas posiciones laborales eran del orden
de 58.6, 23.8 y 12.1 por ciento, respectivamente.
El sector terciario (comercio y servicios) ha sido el
más propicio para la expansión del autoempleo femenino, el
cual está estrechamente conectado con estrategias familiares de
vida, incluida la proliferación de pequeñas unidades económicas
que requieren poco capital y escasa tecnología.
La dependencia explicó que la presencia cada vez
mayor de la población femenina en el mercado de trabajo responde
a los procesos de modernización y restructuración de la economía
mexicana, aunque también expresa la proliferación de estrategias
generadoras de ingreso, mediante las cuales las mujeres contribuyen a sostener
el nivel de vida de sus familias.
La disminución relativa de la brecha salarial de
género observada en ciertos sectores, ha estado asociada más
que a una mejor calidad y remuneración de los empleos femeninos,
a una baja generalizada en estos conceptos.
Por su parte, en los niveles de alta escolaridad, las
brechas de género no sólo se mantienen sino que han tendido
a ensancharse, pues en 1996 la proporción de la población
ocupada que recibía más de cinco salarios mínimos
era de 8.4 entre los varones y 4.7 entre las mujeres, cifras que ascendieron
a 12.5 y 7.6, respectivamente, en 2003.
Lo anterior supone que en ese periodo la brecha de género
se amplió en detrimento de las mujeres, al pasar de 3.7 a 4.9 puntos
porcentuales.
Citó que son las mujeres quienes en mayor medida
trabajan sin recibir pago alguno o bien éste se ubica por debajo
del salario mínimo, pues en 1996 26.6 por ciento de ellas percibía
menos de un salario mínimo, mientras que para los varones esta proporción
era de 17 por ciento.
En promedio, los ingresos por hora trabajada son menores
para las mujeres que para los hombres.
La discriminación salarial a la que son sujetas
se presenta en mayor medida en ocupaciones socialmente denominadas como
"masculinas", como es el caso de supervisores industriales, donde las mujeres
tendrían que ganar 15.3 por ciento más para igualar el sueldo
de los varones.
"A pesar de que más de una quinta parte de los
hogares mexicanos está dirigida por mujeres, aún queda un
largo camino por recorrer en cuanto a las acciones para favorecer la compatibilidad
de las funciones de madre, esposa o jefa de familia con los de profesionista,
obrera o empleada", concluyó el organismo.
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