México D.F. Domingo 27 de junio de 2004
Finalmente entregaron a las autoridades a dos
sujetos que estuvieron a punto de linchar
En San Pablo Oztotepec "quien la busca la encuentra",
advierten pobladores
Aquí no soportamos que venga gente de fuera a
robar, expresa un vecino
AGUSTIN SALGADO
En San Pablo Oztotepec "quien la busca la encuentra",
y la aprobación del linchamiento, por parte de sus habitantes, como
método para combatir a la delincuencia, se expresa sin tapujos.
Horas después de que cientos de pobladores detuvieron,
golpearon y estuvieron a punto de linchar a dos presuntos asaltantes, ayer
la normalidad volvió a las calles de esta comunidad de Milpa Alta.
El
amago de ajusticiamiento hizo recordar lo sucedido el 5 de diciembre de
2002, cuando dos individuos fallecieron a causa de los golpes que los oztotepenses
les propinaron después de que intentaron despojar de su unidad a
un taxista de la localidad.
Aunque en esta ocasión las lesiones que presentaron
los sujetos no fueron graves, autoridades de la delegación, la Procuraduría
General de Justicia del Distrito Federal y la Secretaría de Seguridad
Pública capitalina planean aplicar medidas para convencer a la población
de San Pablo Oztotepec de que no es válido "hacerse justicia por
su propia mano". Una coincidencia: en ambos casos fueron taxistas de la
comunidad quienes convocaron y enardecieron a la muchedumbre.
El método de Fuenteovejuna
En San Pablo no importa la edad ni el género para
estar convencido de que "el extraño que viene a robar" merece el
castigo público. Cual Fuenteovejuna, las responsabilidades se determinan
en plural, y a decir de doña Manola, "si quieren encontrar un culpable
de la muerte de aquellos rateros o de los madrazos que les dimos a los
del viernes, que encarcelen a todo el pueblo".
Sentada en un escalón del atrio del santuario del
"Señor de Chalmita", la señora Manola asegura que el pueblo
es tranquilo, pero los sujetos golpeados la noche anterior se lo merecían.
A sus 65 años, está convencida de que "hay veces que no se
debe uno tentar el corazón para defender lo que le pertenece".
José Luis, taxista y dueño de uno de los
autos que los individuos golpeados y finalmente entregados a las autoridades
intentaron desvalijar, prefirió no hablar.
Un amigo suyo, quien pidió omitir su nombre, expresó:
"aquí no nos rajamos, hay mucha gente armada y no soportamos que
venga gente de fuera para quitarnos lo que es nuestro. Los policías
no sirven para nada. Ayer fue nada más un estáte quieto,
pero hace año y medio sí matamos a dos cabrones".
Una marimba ambulante recorre las calles. Dos jóvenes
interpretan una melodía, al tiempo que otro se acerca a los vecinos
en busca de una moneda. Afuera de su casa, don Martín argumenta
que los policías adscritos al sector de Milpa Alta, que de vez en
cuando patrullan las calles de Oztotepec, nada más "se dedican a
molestar a quienes llegan de la siembra y se toman una cerveza afuera de
las tiendas".
En la parroquia de San Pablito hay celebración
religiosa. Afuera, un joven que se gana la vida vendiendo dulces a los
feligreses, establece: "muchos han perdido sus animales, sus coches; entonces,
al primero que agarran, con ese se desquitan".
Por lo pronto, el próximo 4 de julio autoridades
de la procuraduría capitalina acudirán para informar a la
comunidad sobre la situación jurídica de los dos sujetos
aprehendidos anteayer, en tanto que la demarcación anunció
la conformación de una policía preventiva "con jóvenes
de la propia delegación, para que la misma población identifique
a quien vigila la seguridad en las calles y viviendas" del lugar.
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