ASTILLERO

Julio Hernández López

ƑPerdón?

Otro discurso político del general secretario
En foro de tinte priísta se abre a medias

EL SECRETARIO DE la Defensa Nacional aprovechó ayer un foro sombrío, avejentado y antifoxista para sumar angustias al panorama político nacional. Así, en un contexto cuando menos confuso, el general Ricardo Clemente Vega García pronunció ante un auditorio de abogados de corte liberal, en su mayoría identificados con el viejo aparato priísta, un raro discurso, lleno de pésimas construcciones gramaticales pero, sobre todo, de mensajes ocultos o a medio desvelar que pueden generar varias lecturas, una de ellas la de la insatisfacción castrense con la conducción política del país e incluso la de una especie de confesión de que se cumple con rigor histórico, pero con poca convicción coyuntural, el deber institucional de apoyar a un poder civil precario.

TAN NECESITADO PARECERIA el jefe operativo de las fuerzas armadas mexicanas de hacer pronunciamientos políticos aunque fuera a media luz, que no le pareció inusual hablar en un acto similar al que ya había asistido un año atrás, con la misma agrupación, llamada Academia Nacional, AC, que preside quien fue subprocurador federal de justicia durante gobiernos priístas, José Elías Romero Apis. El 26 de junio del año pasado, la susodicha academia (cuyos actos periodísticamente más relevantes suelen ser las ceremonias de entrega de preseas a granel a personalidades de toda índole, o reuniones de apoyo a políticos priístas) decidió premiar a trece personalidades, entre ellas al propio general Vega García, a quien otro condecorado, el ex secretario de Salud, Jesús Kumate, pidió permiso, por ser militar este médico, para pronunciar un discurso con críticas al foxismo porque este gobierno pareciera tenerle "pavor, temor, como si fuera algo prohibido el nombrar las palabras Revolución Mexicana". En aquella ocasión (que igual que ahora estaba a unos días del histórico 2 de julio foxista), Vega García recibió uno de los collares de la Gran Orden de la Reforma.

AYER, EL GENERAL Vega García volvió a la querencia del priísmo leguleyo masónico (ahora para recibir una presea dirigida al Colegio Militar) con un discurso que reiteró la tesis expresada el pasado 19 de febrero, Día del Ejército, justamente en el colegio mencionado, respecto de los riesgos de que "se nos vaya de las manos la nación". En aquella ocasión, ante el presidente Fox, el general Vega García leyó seis cuartillas de palabras, según aseguró, muy cuidadas, en las que asentó la idea, ahora también repetida, de que el Ejército tiene las armas "mas no el poder político; nunca el poder político".

AQUEL 19 DE febrero, el general Vega García dijo una frase de estremecedor contenido político: "De cara al futuro, entenderemos lo que es nuestra nación. No la perdamos: urgente es conciliar". El Ejército llamando a conciliar. El secretario de la Defensa Nacional convocando a la tarea política de poner de acuerdo, en armonía, a los factores esenciales de la nación. Luego amplió el espectro que posibilitaría a esas fuerzas armadas tomar decisiones discrecionales: "La justicia y la tranquilidad, el sentido común (valores subjetivos, apunta el Astillero en posición de descanso) y la misma Constitución (letra objetiva, no sujeta a interpretaciones de ocasión: el mismo Niño Astillero, pero ahora en posición de firmes) marcan el desempeño de misiones complicadas en beneficio del país. No podemos, por tanto, usar el disimulo y no participar, en un esquema de lejanía". Es decir, cerca y bien involucrados, si los silogismos no le fallan feamente a esta columna que teme que le caiga la bola negra, aunque sabe que con la blanca es con la que se marcha.

AYER, APARTE DE insistir en sus tesis centrales, el general Vega García añadió un concepto que en su anterior visita a la Academia Nacional había "retirado", según atropelladamente explicó: "... no solamente conciliar para un militar, y que lo sabemos; es necesario saber perdonar en estos momentos". ƑPerdonar quién a quién? ƑLos ciudadanos a lo que queda del gobierno del cambio? ƑEl gobierno a los ciudadanos? Pero fueron muchos más los enigmas, las claves presuntamente entendibles: "la mejor muestra de confianza de las fuerzas armadas (...) son los cadetes del Colegio Militar, los que forjan a los futuros generales, y con esto se dice prácticamente todo"; y en referencia al sentido de la patria, de la bandera y de la Independencia: "no hay más pasos que dar para encontrar lo que se debe de encontrar (este tecleador pone cara de sargento mal pagado para no hacer comentarios)".

LUEGO RECORDO 1847 y el cerro de Chapultepec, cuando no se defendía "precisamente al Castillo, sino (...) a la Patria precisamente, y, si somos sencillos y claros Ƒcómo estaba la Patria en aquellos momentos? Esto es lo que no debe repetirse". 1847 como telón de fondo de sus palabras mayores, absolutamente claras, reveladoras de insatisfacciones que impulsarían a tomar los asuntos políticos si uniforme no se llevara: "El Ejército está por todo el territorio nacional. Sabemos lo que sucede, pero no nos corresponde a nosotros, de ninguna manera, entrar a los terrenos de la política". Y siguió con el mantra del "nunca el poder político".

PERO NO SE vaya el lector sin repasar este párrafo, lo quiera o no (šFirmes: escuchar!): "Estamos a disposición, precisamente, de las instituciones. Querrámoslo o no (el Niño Astillero se desvive por subrayar estas tres palabras), la institución de este país, la obediencia y la lealtad que debemos de tener, es hacia la Presidencia de la República ("querrámoslo o no", repite como loquito el tecleador verde de susto); tenemos que hacerlo, no hay otro camino, no hay renuncia ("Q o no Q", resume el columnero querendón). Ya casi de salida: "Podría seguir bordando sobre aspectos muy delicados. El problema es que lo diga un militar", y, a manera de podéis ir en paz la misa ha terminado: "šNo hay que aflojar! šNo hay que ceder! Al contrario, hay que saber perdonar". Y ahora sí ya con esta se despide el conscripto redactor cuyo mes inicia, sin deseos de hablar de pejes ni de bravos menas ni de nada, prefiriendo hacerse guaje y nada más preguntar: Perdón: Ƒqué quiso decir el general secretario? (Gulp).

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