México D.F. Jueves 1 de julio de 2004
Critica el rector de la UNAM la confusión
gubernamental en política económica
Finanzas sanas, "medio, no fin": De la Fuente
PATRICIA MUÑOZ Y ROBERTO GONZALEZ AMADOR
Juan Ramón de la Fuente, rector de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM), advirtió que en
México "la política económica ha confundido los medios
con los fines", ya que aunque hay finanzas públicas sanas, inflación
controlada y tasas de interés bajas, la mayoría de la gente
no percibe los beneficios de nada de ello en sus bolsillos.
Abordado
por los medios de información durante la mesa de diálogo
organizada por The Economist Conferences, el rector explicó que
tener en orden las finanzas es un medio y no un fin.
Planteó que "los fines de la economía vigorosa
son el crecimiento, el empleo, la seguridad, el fortalecimiento de los
servicios básicos, y en el país nos hemos quedado en enumerar
algunos de los medios que parecen necesarios pero no son el objetivo final".
Hizo ver que mientras no se logren los fines, habrá
siempre un reclamo justificado de la sociedad, que no ve un beneficio directo
en sus bolsillos y no queda satisfecha con estas explicaciones de las bondades
de la llamada "nueva economía".
Según el rector, es totalmente impensable que el
país pueda mejorar su productividad y su competitividad cuando no
hay mucha innovación tecnológica y no tiene ni siquiera una
cobertura en educación superior que se aproxime al 40 o 50 por ciento
de lo que se necesita, como ha planteado la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Si realmente se quiere mejorar la productividad es necesario
desarrollar políticas más serias y profundas, "políticas
de Estado" en materia de educación superior y desarrollo tecnológico.
Sobre todo porque se tiene en los próximos 20 años una gran
oportunidad, que es "utilizar plenamente el bono demográfico, la
inversión de la pirámide de población", lo que significa
que en este periodo se tendrá un mayor número de jóvenes
que de gente de la tercera edad.
Es decir, habrá una gran fuerza productiva en el
país que tiene que aprovecharse como una gran ola para que la economía
mexicana resurja. Porque después de ese lapso la pirámide
será inversa y se tendrá un mayor número de ciudadanos
mayores que demandarán pensiones, servicios, jubilaciones, sin tener
gran fuerza productiva.
Pero para aprovechar este bono demográfico
es preciso en las próximas dos décadas desarrollar una política
tecnológica de largo aliento, ampliar la matrícula en educación
superior y generar los empleos que se requieren, para tener posibilidades
de que se dé una transformación importante en la redistribución
de la riqueza en el país. Para ello se tendrían que dar las
tres condicionantes, señaló.
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