México D.F. Jueves 1 de julio de 2004
Las nuevas medidas, "una salvajada, no hay forma
de aplicarlas", dicen en Miami
Exiliados burlarán restricciones de EU para
envío de remesas a Cuba: expertos
Analistas prevén que el sentimiento filial pueda
más que la política anticastrista de Bush
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 30 de junio. El golpe económico
que provocarán en Cuba las severas medidas de coerción que
impuso Estados Unidos a partir de hoy a las remesas que se envían
hacia la isla puede aliviarse a mediano plazo por el impulso de los emigrados
de asegurar el envío de dinero a su familia, estimaron analistas.
"El impacto ya se sintió en Cuba" con el aumento
de precios en las tiendas de venta en dólares al menudeo, dijo a
La Jornada Manuel Orozco, investigador del Instituto de Estudios
de Migración Internacional de la Universidad Georgetown de Washington.
Los
cubanos residentes en Estados Unidos sólo podrán visitar
a sus familiares durante 14 días cada tres años, en lugar
de cada año y tendrán que cumplir un catálogo de extremas
limitaciones para el envío de remesas, según las nuevas regulaciones
del gobierno del presidente George W. Bush.
Las remesas, calculadas por el Banco Interamericano de
Desarrollo en mil 193 millones de dólares en 2003, son la principal
fuente de ingresos netos de divisas de la isla.
"La restricción de viajar a Cuba cada tres años
disminuirá la cantidad de remesas, ya que los visitantes llevan
a la isla una parte significativa de ese dinero", dijo Sarah Andrea Blue,
investigadora de la Universidad de California y autora de un estudio sobre
el caso.
Sin embargo, la especialista descartó que el impacto
se prolongue en un mediano plazo. "Los cubanos siempre han encontrado una
forma de enviar dinero o viajar, a pesar de las prohibiciones del gobierno
de Estados Unidos.
"La política cubana de aliento a las remesas, como
la legalización del dólar y la apertura de tiendas en divisas,
ha tenido históricamente un mayor efecto en la cantidad de dinero
que se envía a la isla que las restricciones estadunidenses", afirmó.
Philp Peters, quien analiza la economía cubana
desde el Instituto Lexington, unthink tank de Arlington, consideró
que las nuevas limitaciones "tendrán su efecto, pero no tanto como
quiere la administración (de Bush).
"Hay muchas maneras indirectas de enviar remesas", apuntó
el experto. "En Miami, incluso para algunos seguidores de la línea
más dura el amor por la tía que vive sola en Cuba es algo
que está muy por encima de la política anticastrista. Muchos
se enterarán de las nuevas regulaciones, pero no obedecerán".
Francisco González Aruca, un operador de vuelos
charter de Miami a la isla, dijo que la nueva política estadunidense
"es una salvajada" pero "en este momento es muy difícil aún
evaluarla".
El empresario llamó la atención de que los
cubanos emigrados requieren a partir de hoy un permiso especial individual
para cada viaje que quieren hacer a su país, y aún se desconoce
el procedimiento, los requisitos y el formulario para pedir esa licencia.
"Aunque eso ya es ley, no hay forma de aplicarla", señaló.
"Además no sabemos todavía cuánto personal y con qué
eficiencia va a disponer el gobierno para atender a todos y cada uno de
los cubanos que quieren viajar a su país desde muy distintos lugares
de Estados Unidos".
Un economista cubano dijo que el efecto podrá medirse
a finales de año. "Ahora todo el que puede está mandando
dinero para que la familia aguante los meses que vienen".
Desde el triunfo de la revolución de 1959 y hasta
finales de los 70, la recepción de recursos privados del exterior
estuvo prohibida en Cuba. En los 80 hubo altas y bajas en el régimen
de cierre y apertura, tanto en la isla como en Estados Unidos.
En 1993 la legalización del dólar disparó
el flujo de ayudas familiares. Cuba abrió casas de cambio, permitió
una cotización comercial del dólar (ahora 26-27 pesos por
uno), emitió una moneda local convertible, reformó y amplió
la banca, autorizó la apertura de cuentas personales en divisas,
introdujo el uso de tarjetas y se unió al swift, la red informática
mundial para transacciones bancarias automáticas.
El destino final de las remesas es el mercado interno
en dólares, para lo cual el gobierno abrió a todo el público
las tiendas que antes de 1993 estaban reservadas a los diplomáticos
y profesionales extranjeros, permitió un número limitado
de microempresas familiares y creó un sistema fiscal.
Entre otras implicaciones, la restructuración financiera
de la última década pavimentó el camino de las remesas.
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