Coinfección
VIHy hepatitis C
Manuel Figueroa
El hígado es un órgano que desempeña
muchas funciones: combate las infecciones y detiene las hemorragias, elimina
medicamentos, drogas y otras sustancias tóxicas del torrente sanguíneo.
También almacena energía que puede usarse en caso necesario.
Se le reconoce como el laboratorio del cuerpo humano. Uno de los principales
agentes que pueden afectar este órgano es el virus de la hepatitis
C (VHC), altamente infeccioso por vía sexual y sanguínea.
El virus de la hepatitis C se transmite más fácilmente
que el VIH a través del contacto con la sangre. El 80 por ciento
de los usuarios de drogas inyectables la tienen. Aquellas personas infectadas
con el virus que causa el sida y que comparten agujas tienen una mayor
probabilidad de adquirir este virus. La cantidad de personas con hepatitis
C es mayor que el número de personas con VIH, pero aproximadamente
entre 15 y 30 por ciento de las personas eliminan el virus sin tratamiento.
El otro 70 a 85 por ciento desarrolla infección crónica y
si el tratamiento no tiene éxito, el virus permanece en el cuerpo,
pero quizá en 10 años o más puede provocar daño
hepático severo capaz de conducir a una insuficiencia hepática
y a la muerte.
Como se mencionó anteriormente, el hígado
es el laboratorio del cuerpo humano y en él se procesan también
los antirretrovirales contra el VIH/sida, por lo que éstos pueden
contribuir a que se desarrolle más rápidamente un daño
hepático asociado al virus de la hepatitis C. Para detectarlo a
tiempo es necesario hacerse un análisis de sangre de las enzimas
hepáticas: la transaminasa alanina (ALT) y la fosfatasa alcalina
(ALP). Si los niveles de éstas están por arriba del nivel
máximo son signos de enfermedad o daño hepático.
Por otro lado, los análisis de sangre para la hepatitis
C incluyen los de anticuerpos y los de la carga viral, similares a los
análisis de anticuerpo y de carga viral del VIH, pero no predicen
el avance de la enfermedad, como lo hacen los del VIH. El análisis
de anticuerpos contra el VHC puede no llegar a detectar la infección
en aproximadamente 20 por ciento de las personas coinfectadas con el VIH.
Las personas seropositivas al VIH con enzimas hepáticas elevadas
deberían hacerse un análisis de carga viral del VHC. Algunos
doctores, en países desarrollados, ordenan biopsias para determinar
si existe daño hepático.
Debido a que tanto el VIH como el VHC se transmiten al
entrar en contacto con sangre infectada, muchas personas están coinfectadas
con ambos virus. La conifección puede acarrear problemas particulares.
La hepatitis C empeora la enfermedad causada por el VIH, ya que al estar
dañado el hígado los medicamentos anti-VIH no se procesan
bien, con lo que disminuye su eficacia para reducir la cantidad de virus
en el torrente sanguíneo. El VHC por sí solo no interfiere
con los medicamentos contra el VIH, pero lo hace de manera indirecta afectando
al hígado.
En personas con VIH, la hepatitis C puede ser más
seria y causar daño hepático más rápido. El
tratamiento de la hepatitis C en personas coinfectadas es exitoso entre
un 25 y 50 por ciento de los pacientes, dependiendo de la variedad del
VHC, pero las personas seropositivas al VIH tienen más probabilidades
de transmitir el VHC a otros porque su carga viral del VIH es más
alta. Según las guías de tratamiento, para comenzar tratamiento
contra el VIH/sida, si la persona tiene hepatitis C, primero deben tratar
el VIH, ya que un caso con enfermedad avanzada no tratada o con sida puede
traer consecuencias graves; sin embargo, si las células T están
suficientemente altas y la carga viral es suficientemente baja, entonces
lo mejor es tratar primero la hepatitis C, ya que de esta manera el hígado
estará en mejores condiciones para tolerar los medicamentos anti
VIH.
Es bastante complicado tratar ambas enfermedades, por
lo que es preciso asegurarse de que el médico tratante sepa acerca
de las dos a fin de tener un tratamiento adecuado y evitar un daño
hepático. La hepatitis C puede estar presente por años y
dañar al hígado antes de causar problemas aparentes y cuando
se requiera iniciar tratamiento contra el VIH éste estará
muy dañado y podría ser intolerante a los medicamentos y
recrudecer la infección por VIH.
Fuentes: http://www.aidsinfonet.org
Lo + Positivo, Núm. 25, primavera 2003.
Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt).
Lo + Positivo, Núm. 26, otoño 2003.
Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt). |