México D.F. Jueves 8 de julio de 2004
Asegura que México "está en buenas manos, las de un presidente serio y profesional"
Ante Lula, Fox se declara "muy respetado" y niega crisis alguna
Apartado de la agenda de la visita a Brasil, rechaza las versiones sobre "diferencias" en el gabinete
ROSA ELVIRA VARGAS ENVIADA
Brasilia, 7 de julio. En un gesto que denotaba obstinación por hacerse entender, por tranquilizar e infundir confianza, Vicente Fox hizo a un lado la agenda bilateral con Brasil y, con el mandatario Luiz Inacio Lula a su lado, dijo a los mexicanos que el país está en buenas manos, "en manos responsables, profesionales", y de un equipo que trabaja por el futuro. Aseguró que él mismo es un presidente "muy respetado, reconocido por seriedad, por profesionalismo, por la manera en que maneja los asuntos de México y los de América Latina".
No se sabe si en un gesto de respeto a las preocupaciones de su visitante o porque simplemente lo desconcertó, Lula se volvió a hablar con los ministros de la comitiva brasileña que lo había acompañado en sus encuentros privados con Fox y los funcionarios que viajan con él.
Quedó, así, de espaldas a un Vicente Fox que en esos momentos pedía permiso a sus anfitriones y apoyo a la prensa mexicana para dar "un breve mensaje" al pueblo de México: "Ha habido recientemente intensos debates sobre supuestas crisis, supuestas diferencias en el gabinete". No hay tal, expresó.
"Que no quede confusión: cuando se trata de México no sólo hacemos nuestro mejor esfuerzo, ponemos nuestro mejor talento, nuestra mejor voluntad y los mejores programas de planeación con la absoluta seguridad de servir a México".
A esas horas, apenas las nueve de la mañana en México, la declaración de Fox sorprendía y obligaba a preguntar si un nuevo hecho, desconocido por su comitiva y la prensa que lo acompaña, hacían necesario ese mensaje. Pero no, al parecer sólo se trató del interés por despejar cualquier inquietud producto de los términos en que se produjo la salida de su secretario particular, Alfonso Durazo Montaño.
Más tarde, ya en Sao Paulo, mantuvo el mismo empeño con los integrantes de la Asociación Empresarial Mexicana en Brasil. En México hay mucho debate y "mucho ruido" en los medios de comunicación, en el ambiente, "pero los indicadores de cifras duras, los resultados objetivos, medibles y verificables", marcan que el país avanza sólidamente en desarrollo económico, en generación de empleos y en reducción de pobreza, expuso.
Y no cejó. Dijo también que México es una gran nación y así seguirá, "porque eso es lo que queremos todos los mexicanos, porque esa es la férrea voluntad y compromiso de todos y no habrá reto que no podamos superar juntos".
En su turno, no obstante que el escenario interno tampoco le es halagüeño, Lula habló en Itamaratí (la cancillería) en términos distintos, y se refirió al ingreso de México como Estado asociado al Mercado Común del Sur (Mercosur), lo que permitirá escribir "otro capítulo de nuestra historia común".
Mexicanos y brasileños, afirmó, "no dependemos de nadie, única y exclusivamente de nuestra disposición política" para hacer que la relación bilateral avance. Presenta, en lo económico, un amplio abanico de posibilidades que pasa por el petróleo, la aeronáutica y el comercio, temas sobre los cuales se barajaron hoy posibilidades de alianza e inversión.
Así, Fox dijo que la estatal Petrobras -que ya abrió oficinas en México- podría aportar su "gran tecnología de vanguardia" para la exploración profunda en asociación con Petróleos Mexicanos. De hecho, durante las conversaciones Lula expuso su plan de reformas para propiciar la entrada de capital privado al sector energético, mediante una fórmula de apoyo a la empresa nacional.
En esa reunión, el mandatario brasileño compartió la iniciativa que ha lanzado para que en agosto, la selección brasileña de futbol juegue contra su similar de Haití, en Puerto Príncipe, donde el boleto de entrada sería la entrega de un arma por cada aficionado, y de este modo contribuir a la despistolización en el país caribeño.
Esa iniciativa se inscribe en las acciones que Lula ha propuesto, como la de crear un gran fondo mundial contra la pobreza, para lo cual invitó a Fox a participar en la reunión en la sede de la ONU, en septiembre próximo.
Ambos destacaron además que hoy México concretó la compra de un tercer avión tipo AWAC, de manufactura brasileña, con un costo de 35 millones de dólares y diseñado ex profeso para interceptar vuelos irregulares. De hecho, se plantea la posibilidad de instalar en el país un taller de reparación de este tipo de naves, para dar servicio a los países de la región que las utilizan.
Se trata, pues, de terminar finalmente con la larga rivalidad económica entre ambos países. De hecho, Lula subrayó que México es ya el quinto mercado para las exportaciones brasileñas, y a ellos les interesa además conseguir apoyo para sus proyectos del combustible metanol, con una tecnología que, expresó Fox, "nos da envidia".
A su vez, México desde la óptica de Tlatelolco se mostró satisfecho porque los términos de la declaración conjunta fueron aceptados íntegramente por Itamaratí. Pero lo fundamental en el encuentro entre Lula y Fox fueron las referencias del primero a los "esqueletos", como llama a sus compromisos ineludibles -pensiones, salarios crecientes a las fuerzas armadas, amnistías- que le heredó la administración de Fernando Henrique Cardoso, y que el mexicano hiciera suya la expresión y hablara de los que a él le tocan.
Lázaro Cárdenas Batel, tres veces tres
Con una historia peculiar, el gobernador de Michoacán, Lázaro Cárdenas Batel, forma parte de la comitiva mexicana y recibió las deferencias de ser un viejo amigo de Lula, al que acompañó en distintas etapas de tres de sus campañas presidenciales.
"Y ya en la última no estuve, porque yo realizaba la mía propia en Michoacán", relató el gobernador. Más allá de los vínculos conocidos de su padre, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, con el presidente brasileño, el mandatario estatal tiene tal nivel de cercanía, que fue de los pocos que accedieron al privado de Lula en el vuelo entre Sao Paulo y el puerto de Iguazú, Argentina.
Fox y su esposa viajaron en el avión de la Fuerza Aérea Brasileña a ese lugar, donde comparten frontera Argentina, Paraguay y Brasil, donde mañana se realizará la cumbre de mandatarios del Mercosur. En ese grupo venían también algunos otros funcionarios mexicanos y cuatro reporteros a los que por sorteo se convidó también para ese vuelo.
Así, este jueves, mientras los miembros del Mercosur analizan y aprueban -como lo marcan sus formas- el ingreso de México a ese mecanismo comercial, Fox tendrá, entre otras, una reunión bilateral con el presidente venezolano, Hugo Chávez. Por la tarde, el mexicano partirá a Paraguay para una visita de Estado.
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