México D.F. Jueves 8 de julio de 2004
La pobreza y la precarización familiar los lleva a buscar ingresos
Aumenta el consumo de drogas entre los menores trabajadores, revela estudio
ANGELICA ENCISO L.
El consumo de drogas entre menores trabajadores se incrementó en cinco años -tanto en hombres como en mujeres-, además de que 55 por ciento inició su actividad sexual entre los 12 y los 17 años, señala el Segundo estudio en 100 ciudades de niños, niñas y adolescentes trabajadores, realizado por el Sistema para del Desarrollo Integral de la Familia (DIF) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
A esta situación se enfrentan los menores que se ven obligados a trabajar, porque "la pobreza y la precarización de las condiciones de vida de las familias" los lleva a buscar ingresos. Dos da cada tres niños labora para ayudar a su familia, por deudas familiares o propias, para mantenerse a sí mismo o para estudiar. "El trabajo de los menores es una estrategia de sobrevivencia de la población en pobreza", advierte el documento.
El reporte, que no incluye a los menores que se desempeñan como jornaleros agrícolas ni a los niños y adolescentes del Distrito Federal, indica que se redujo la población infantil trabajadora en comparación con el estudio de 1997, ya que se pasó de 114 mil niños a 94 mil en 2002, lo que representa 17.2 por ciento menos.
En 1997 se realizó el primer estudio sobre niños trabajadores en las principales zonas urbanas, en el cual se resaltó que el trabajo infantil es una violación a los derechos de la infancia.
En cuanto al consumo de drogas, en 1997 se encontró que siete de cada 100 niños y tres de cada 100 niñas consumían algún tipo de enervante. En 2002 el consumo creció a 11 de cada 100 niños y a cuatro por ciento en niñas.
El texto agrega que en cuanto al tipo de actividades hay cambios, ya que para 2002 aumentaron los menores que laboran como empacadores en tiendas de autoservicio y disminuyeron los que trabajan en la vía pública; pero advierte que las características de ese grupo socioeconómico informal impiden en la mayoría de los casos superar las condiciones de vulnerabilidad y pobreza en que viven. Gran parte de los menores residen en su casa, con sus familias, y una "minoría marginal" vive en la calle, menciona el texto.
Los niños que inician su actividad sexual a temprana edad -entre los 12 y 17 años- corren el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual y además ejercen su sexualidad en condiciones de vulnerabilidad.
Ayer, en la presentación del estudio, Yoriko Yakusawa, representante de Unicef en México, resaltó que la situación de los menores trabajadores refleja lo peor de los adultos, "la negligencia, la indiferencia, la avaricia".
|