México D.F. Jueves 8 de julio de 2004
Escribir requiere de una enorme vanidad, dijo el autor
Ensayos selectos, nuevo libro en la vasta obra de Carballo
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
Un nuevo libro de Emmanuel Carballo acaba de ser publicado: Ensayos selectos, el cual marca el punto de partida para la organización editorial de la vasta obra de ''uno de los críticos más influyentes y polémicos de la literatura mexicana".
La edición, preparada por el poeta Juan Domingo Argüelles, reúne 32 textos divididos en tres apartados: ''Estudios literarios", ''Protagonistas" y ''Memorias de un francotirador".
En la presentación de Ensayos selectos (UNAM), el escritor Leonardo Martínez Carrizales dijo que al hacer la recopilación, Argüelles ''ha tenido el privilegio de iniciar una tarea de crítica editorial que recupera los testimonios críticos de Carballo dispersos en los diarios, las revistas, las diferentes ediciones de algunos libros, y los ordena en un corpus gracias al cual reconocemos el rostro de un autor coherente y sistemático, a contrapelo de los diversos reclamos de las circunstancias".
También ensayista y crítico literario, Martínez Carrizales sostuvo que la edición de Argüelles ''vuelve legible a Carballo para el lector del futuro" al organizar un ''repertorio constante y definitivo de las letras mexicanas en el siglo XX".
En ese sentido habló de Ensayos selectos como ''una tabla de valores y no un catálogo, de la perspectiva independiente y original sobre toda una época de nuestra cultura literaria construida con base en la discusión de los asuntos que más preocuparon a la época del autor".
Entre tales asuntos, el autor de La gracia pública de las letras destacó ''la intervención de Carballo en la querella de nacionalistas contra universalistas durante los años 50"; ''el entendimiento que tuvo del lugar histórico reservado a la narrativa de Agustín Yáñez, Juan José Arreola, Juan Rulfo y Carlos Fuentes".
Asimismo se refirió a ''su apreciación de Alfonso Reyes como patriarca del oficio de escribir en México"; ''su alegato en beneficio de la autonomía de la literatura entendida como ceración de formas verbales con respecto de la moral, las ideologías, la historia y la política", y ''su valiosa contribución en el diseño del canon mexicano del siglo XX".
Siempre del lado opuesto a lo establecido
Juan Domingo Argüelles afirmó en su turno que en los Ensayos selectos de Carballo ''el lector comprobará que un libro de crítica o de historia literaria tiene que ser un buen acompañante de la lectura y un buen testigo de su época".
El poeta quintanarroense recordó que ''desde hace más de medio siglo, Carballo encarna al lector que, con rigor y pasión, asume precisamente los riesgos de estar de acuerdo o en desacuerdo con las obras que le entusiasman o que la afectan".
Un lector profesional de la literatura ''es afectado para bien o para mal por las obras que le interesan. Y reacciona en consecuencia, ofreciendo a los lectores las pistas, los caminos, las referencias, las señas particulares de esas obras que, cuando se internen en ellas, sepan hacia dónde van y qué les espera al final de ese trayecto".
A todos consta ''que Emmanuel Carballo ha sabido decir la verdad cuando una obra le gusta o cuando le disgusta".
Sobre el punto, Argüelles consideró: ''La crítica literaria, y ésta puede ser una divisa de Carballo, no anda por el mundo repartiendo consuelo. No es, nunca, una obra de caridad, aunque tampoco sea jamás una labor del egoísmo ni de la demolición. La generosidad de un crítico, para los autores y los lectores, está en la sinceridad de su expresión y en el rigor que se exige a sí mismo para no mentir ni mentirse".
Tanto Leonardo Martínez Carrizales como Juan Domingo Argüelles subrayaron el talante polémico y la radical independencia de las opiniones de Carballlo, lo que le ha generado indiferencia e incluso enojo entre el gremio.
En su intervención, con su habitual lucidez, ironía y vitalidad, Emmanuel Carballo relató anécdotas, habló de su trayectoria, de sus principios y se mostró satisfecho y orgulloso de haber estado siempre "del lado opuesto a lo establecido".
Dijo que lleva 75 años -los cumplió el pasado 2 de julio- "vividos a conciencia, un poco en el ostracismo pero satisfecho de estar sólo pero bien acompañado".
También invitó a los escritores jóvenes a prepararse y ser constantes y vanidosos. Para escribir ''se requiere de una enorme vanidad'', pero ''a sabiendas de lo que están haciendo, que sean conscientes de lo que están haciendo, porque si no valen la pena, dedíquense a otra cosa, no se hagan tontos. La primera regla de la literatura es: no se hagan tontos".
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