México D.F. Domingo 18 de julio de 2004
Boicotean dos diputados republicanos reunión
de comisión que investiga el 11-M
Garzón, "nefasto personaje" que solapó
torturas a nacionalistas catalanes: ERC
Juzgado archiva denuncia por agresión de ex director
del diario Euskaldunon Egunkaria
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 17 de julio. Baltasar Garzón, juez
de la Audiencia Nacional de España, vivió esta semana una
comparecencia pública muy polémica frente a la comisión
parlamentaria que indaga los pormenores de los atentados del pasado 11
de marzo en Madrid, pues su-frió el desdén de los diputados
de los independentistas de Ezquerra Republicana de Cataluña (ERC),
que abandonaron la sala en señal de protesta por considerarlo un
"nefasto personaje" que ha solapado supuestas torturas contra separatistas
catalanes en 1992.
La
sombra de la actuación de Garzón en el macroproceso judicial
y policial contra independentistas catalanes en 1992, en que se detuvo
a unas 60 personas acusadas de "colaboración o pertenencia a grupos
terroristas", de los cuales unos 16 denunciaron torturas durante su periodo
de reclusión, se hizo presente en la primera y única comparecencia
del magistrado español ante la co-misión que investiga el
11-M.
El jueves anterior, cuando el juez estrella dio
su versión sobre los brutales atentados ante el Parlamento, en protesta
los dos diputados de ERC decidieron abandonar la sala, tanto por su actitud
ante las sistemáticas de-nuncias de torturas sufridas por presos
bajo su jurisdicción como por la "irrelevancia" de su testimonio,
una vez que anunció que no revelaría dato alguno o información
que es-tuviera sujeta a investigación judicial.
Los parlamentarios Joan Puig y Agustí Cerdá
abandonaron repentinamente la sesión para posteriormente explicar
que su decisión de repudiar públicamente al juez fue la convicción
de que Garzón "acumula episodios de poca transparencia democrática",
entre los cuales citaron la operación ordenada por él mismo
en contra militantes y simpatizantes republicanos catalanes en 1992, que
se saldó con 60 detenidos.
Señalaron que lo "más grave" fue que al
menos 16 de estos detenidos denunciaron "torturas" durante su reclusión,
que por falta de pruebas fueron archivadas y desestimadas por los tribunales.
Estas denuncias están to-davía en curso y a espera de una
resolución por parte del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo.
Los diputados de ERC, los más críticos de
la comisión y uno de los tres partidos que forman el gobierno autonómico
catalán, argumentaron además que Garzón "es un nefasto
personaje para la memoria del nacionalismo catalán, ya que esta
operación constituyó una de las mayores falacias contra el
independentismo".
Los legisladores republicanos lamentaron que por un lado
"todo el mundo" se lamente e indigne por las pruebas de malos tratos y
torturas en Irak, y, por otro, se haga "la vista gorda cuando suceden en
el Estado español". Por tanto, señalaron Puig y Cerdá,
"nuestra actitud es de humilde y discreta denuncia porque no vamos a dar
crédito ni cancha a un personaje como Garzón".
En la comparecencia, Garzón reveló que en
la noche del 11 de marzo, cuando Madrid sostenía a diestra y siniestra
que ETA era la autora de la matanza, él recibió información
de altos mandos policiales que le confirmaron que la principal hipótesis
de la autoría apuntaba al fundamentalismo islámico.
Con esto, contradijo la postura del entonces gobierno
del presidente conservador José María Aznar, que insistía
en que si se culpó de los atentados a ETA era porque los indicios
policiacos así lo señalaban.
El magistrado explicó a los parlamentarios de la
comisión que un dato más que le permitió creer con
más convicción en la autoría "árabe" fue el
desmentido del ex vocero de Batasuna Arnaldo Otegi, quien, según
Garzón, "no suele mentir en lo que dice o en lo que hace".
El juez además desarmó uno de los escenarios
más difundidos por el gobierno de Aznar, que sostenía que
el atentado podría ser obra de ETA y Al Qaeda en colaboración
conjunta, a lo que señaló que "es metafísicamente
imposible", tanto "por sus objetivos, su formación y por sus métodos".
Mientras, el juzgado de instrucción nú-mero
5 de Madrid decidió archivar la denuncia por torturas presentada
por Martxelo Otamendi, ex director del rotativo vasco Euskaldunon Egunkaria,
con el argumento de que "no se deduce la existencia de indicios de la comisión
de delito de torturas".
Otamendi fue detenido en 2003 junto con otros directivos
del entonces único rotativo vasco escrito íntegramente en
eukera, todos actualmente en libertad y bajo un proceso que no tiene nada
que ver con acusaciones de vinculación "a organización terrorista".
Otamendi denunció en su momento torturas y diversos
malos tratos durante su re-clusión, que formalizó en una
querella judicial que culminó el viernes anterior con el dictamen
del juzgado madrileño.
La sentencia sostiene que "no se deduce la existencia
de indicios de la comisión por la Guardia Civil de delito de torturas
y no aportan indicios distintos de las declaraciones ya efectuadas por
el denunciante".
Según los magistrados, tampoco "se de-duce indicio
físico alguno de que durante la detención fuera sometido
a prácticas vejatorias o degradantes de gran esfuerzo físico".
La defensa de Otamendi podrá interponer un recurso de apelación.
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