México D.F. Martes 27 de julio de 2004
Encuentro bilingüe y multicolor en la Convención
Sufragio latino, el factor crítico en estados clave como Florida
JIM CASON Y DAVID BROOKS ENVIADOS
Boston, 26 de julio. Aquí también se habla español.
Desde el presidente del Partido Demócrata hasta el de la Convención Nacional, y con diferentes acentos, los políticos latinos de todos los niveles -gobernadores, legisladores, funcionarios municipales- el sector electoral de mayor crecimiento en el país hizo acto de presencia la primera noche de esta convención.
El representante federal Robert Menéndez fue el primero en este acto nacional en mencionar el tema migratorio al declarar desde el podio que "es el Partido Demócrata el que está luchando para asegurar.... que los inmigrantes que trabajan duro tengan un camino hacia la legalización".
Hoy hablaron figuras como Antonio Villarraigosa, ex candidato a la alcaldía de Los Angeles e integrante del concilio de esa ciudad, la representante federal Hilda Solís, la vicepresidenta de la central obrera AFL-CIO Linda Chávez Thompson, la supervisora del condado de Los Angeles Gloria Molina y, tal vez el político latino de mayor presencia nacional ahora, el gobernador de Nuevo México Bill Richardson, quien es el maestro de ceremonias de esta convención.
No es casualidad. Los demócratas saben que los latinos podrían ser el factor crítico en estados claves como Florida, California, Nuevo México, Illinois y Arizona en esta elección. El partido ha invertido una suma sin precedente en publicidad en castellano. Hasta el propio John Kerry ha intentado aprender algunas frases en ese idioma.
Pero no sólo los latinos fueron cultivados esta noche. El espectáculo político ofreció un arco iris de sectores en la imagen que transmitió desde este teatro. Con representantes de discapacitados, mujeres, negros, asiáticos, trabajadores y más -las bases tradicionales de este partido-, se pintó lo que insistieron es la cara real de este país.
Y estos sectores podrían entregarle el triunfo a Kerry, si logra movilizarlos. Los estrategas saben que los sectores minoritarios son los que menos votan, y que el voto está dividido. Se dice y se repite que Bush necesita por lo menos 40 por ciento del voto latino para ganar la elección este año (obtuvo 35 por ciento en 2000), y el reto de Kerry es negarle eso al obtener más de 60 por ciento de ese voto. Algo parecido sucede con los hogares de agremiados sindicales, donde más de un tercio votó por Bush la vez pasada.
Uno de los objetivos de esta Convención es asegurar que cada uno de estos sectores se sientan esenciales para el futuro del partido. Aunque los dos candidatos presidenciales son millonarios anglos y güeros, necesitan a todos los que menos se les parezcan para ganar.
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