Amaga el libre comercio la guitarra de Paracho

Piden revisar aranceles a la importación de instrumentos; preparan feria en el pueblo

MIRIAM POSADA GARCIA

Paracho es un pueblo en el que 40 por ciento de sus habitantes dependen de la elaboración y venta de guitarras; sin embargo, el libre comercio representa un riesgo para ellos, pues tienen que hacer frente al gigante comercial en que se ha convertido China, advirtieron representantes del gobierno de Michoacán.

Las guitarras no escaparon a la capacidad asiática de reproducir en forma masiva y a bajísimo costo casi todo lo que exista sobre la tierra, dada la abundancia de mano de obra que existe en esa región.

El primer impacto para los talleres y los célebres lauderos michoacanos ocurrió alrededor de 1996, cuando ingresaron en México 2 mil 500 guitarras procedentes de China, cifra que en años recientes se incrementó hasta alcanzar niveles de 10 mil o 12 mil piezas por año. Lo más paradójico es que se trata de instrumentos que cuestan unos 200 pesos, contra los 300 pesos que cuesta producir una de las más económicas en el "magno centro exportador de instrumentos de cuerda" del país.

Lejos del romanticismo que representa la búsqueda y selección de maderas por sus vetas, sonoridad, belleza y peso, la realidad es contundente: en menos de cinco años las ventas de guitarras de Paracho han caído 8 por ciento y se han perdido alrededor de 300 empleos.

Es una industria que está en riesgo, advirtió el coordinador de enlace de la 31 Feria Nacional de la Guitarra, Teodoro Barajas, al señalar que, si las autoridades mexicanas no intervienen, en los próximos 10 años esta actividad puede sufrir una contracción de 50 por ciento y se perdería por lo menos 60 por ciento de la fuerza de trabajo en Paracho.

Aseguró que en 1996, cuando entraron en México por primera vez guitarras chinas, las ventas nacionales fueron de unos 112 millones de pesos; ahora, a menos de 10 años, son de 104 millones.

Detalló que en la actualidad la producción nacional de esos instrumentos se ubica en 371 mil piezas al año, de las cuales 99 por ciento se fabrican en Paracho, incluidas desde las guitarras populares hechas en fábricas hasta los antiguos laúdes, violines económicos, cuatros venezolanos, requintos, guitarrones, contrabajos, mandolinas... En total 23 instrumentos, los más finos elaborados con palo de rosa, palo escrito, cedro, ojo de pájaro o ébano.

Para los artesanos de Paracho uno de los insumos básicos en la elaboración de cada instrumento es la paciencia que les permita cuidar corte, estructura, armado y acabado, para culminar con la "roseta", la firma del artesano que rodea la boca del instrumento con milimétricas incrustaciones de trozos de manera y concha nácar.

Sin embargo, la paciencia es de lo que más carecen en estos momentos los parachenses, porque antes, enfatizó Teodoro Barajas, es indispensable conseguir que las secretarías de Economía estatal y federal revisen las cuotas arancelarias de las guitarras importadas, así como los trámites de importación de maderas y materiales, y otorguen apoyos a la adquisición de maquinaria para la fabricación de clavijeros y accesorios, porque hoy día se ven obligados a comprar los que provienen de países asiáticos.

También son necesarios, añadió, la creación de apoyos a la exportación, una campaña publicitaria audaz, que promueva el consumo de guitarras de Paracho; un centro de distribución de materia prima, y contar con más apoyos para la capacitación profesional.

Aun así las guitarras y demás instrumentos de cuerda de Paracho llegan a Canadá, Estados Unidos, Francia, Bélgica, Suecia, Hungría y diversas naciones centroamericanas que conforman un mercado cautivo, donde hacen frente a la competencia española. En esos países no han sentido hasta el momento el impacto del libre comercio y el gigante asiático.

Todas esas son razones para que el pueblo purépecha cierre filas y celebre su 31 Feria Nacional de la Guitarra, del 7 al 15 de agosto, en la comunidad de Paracho, palabra chichimeca que quiere decir ofrenda. En el festejo de este año habrá, además de música de cuerdas, una amplia muestra de la riqueza cultural michoacana.